Es la debacle de una élite que no comprende nada

Cuento Idiota

La gente inteligente, como es el caso de este gobierno, creo que es mejor que se conviertan en brutos a ver si realmente nos respetamos los unos a los otros.
Carlos Ortega


No solo se inmolan los héroes. A veces sucede por estupidez o por motivaciones que quizá nunca comprenderé. En Guyana en 1978 el reverendo Jim Jones llevó a sus aterrorizados fanáticos a un suicidio colectivo que aún estremece. Hubo clases sociales que se negaron a respirar nuevos climas. Como la aristocracia francesa, que ya no fue soportable por la comarca ni, como los dinosaurios, quiso adaptarse. Se entregó entonces a una progresión creciente de torpezas, algunas patéticas, todas agónicas. Lo malo es que esas inmolaciones suelen ser un cuento contado por un idiota, pleno de ruido y furia, que no significa nada, contaba Shakespeare.

Estos que hoy se inmolan son, con palabras de Borges, versátiles en el error. Convocan a paro en Navidad; entregan a PDVSA; y la causa de todo: su arrogancia estructural les impide ver al pueblo y su lucidez. Nunca lo verán. Morirán vírgenes.

Su arma principal es la esclerosis, que es, además de lo ya expuesto y mucho más, arruinarse y arruinar a sus aliados; trancar sus propias calles; asediar sus dineros y los de sus seguidores en un corralito bancario; irritar a todos creando desabastecimiento; entregar la dirección política a lo peor de la farándula -respeto a ese sector, como a todos, pero la farándula es tan disonante como dirigencia política cual un sastre en plan de carpintero. Como dice Domingo Alfonso Bacalao, opositor pero inteligente, muy inteligente y buen escritor:

Han sacado cuentas de manera improvisada y han concluido, ídem, que Chávez caería rápido, se equivocaron. Tras la ruina de buena parte de los comerciantes que, paradójicamente, les aupaban, han convertido el paro, que era un mecanismo, en un fin, con la posibilidad cierta de destruir ahora el parque industrial de Venezuela [...] Un estadista, un político serio, quien aspira un liderazgo legítimo, no puede bajo ninguna circunstancia cometer tantos errores, concluiríamos, si así en la oposición, ¿cómo en el ejercicio del gobierno? El 11, 12 y 13 de abril y ahora esto, su torpeza solo superada por cierta ambición desmedida de poder y de dinero, convierten a la Coordinadora Democrática en un cadáver [«Estadistas minúsculos», Notitarde, 17/1/03].

-¡Que mi hijo pierda el año con tal de salir de Chávez! -escuché a una madre.

O sea: causar un daño comprobable al hijo de sus entrañas para evitarle uno que está por comprobarse. Ha sido aterrorizada hasta la insensatez, cual dice Montaigne. En Guyana 276 niños fueron muertos por sus padres aterrorizados mediante conocidas técnicas de control mental. ¿A quién daña que los niños de las escuelas privadas pierdan un año, mientras los demás avanzan? En las guerras más crueles se excusan escuelas, hospitales, museos. Si no se respeta ni a niños ni a enfermos, ¿a quién se respeta?

Es la debacle de una élite que no comprende nada. Por sus obras la conoceréis: ahí está como dejó a Venezuela y no fue por falta de poder y de recursos. Quienes adversan al gobierno van a tener que buscar otra dirigencia, que no diga tres «de que» contrahechos por frase, que no la conduzca a derrotas irreversibles, que no la arruine para luchar y que no destruya la democracia, el capitalismo y el país para rescatarlos. Una dirigencia cuerda, culta e inteligente, pues. País y gobierno la necesitan.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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