La verdad es que cuando vi por televisión el título de Últimas Noticias, del viernes 13/03/2015, donde aparece el cardenal Urosa considerando que la “acusación de EEUU (contra Venezuela) es inaceptable, por poco me infarto.
<¡No puede ser!, me repetí varias veces!>
Y no tiene nada de extraño que mentalmente uno se haga esa pregunta, porque sabemos -es público y notorio- que existen unos cuantos sacerdotes de esos que pertenecen a la llamada Liga de la Inquisición, que actúan como políticos de la mas rancia Derecha, algo así como los sicarios de Francisco Franco, quien fuera dictador de los españoles, que vienen pidiendo cualquier cosa para salir de la revolución bolivariana, al punto que hasta una monja andaba por allí pidiéndole un milagro a Dios para desaparecer a los chavistas.
No extraña que Urosa hable así, como político de oposición y muy poco como sacerdote en sus funciones espirituales. Ya el fallecido Alberto General Müller Rojas, el 22 de agosto de 2009 escribía: “Así la actitud de Urosa expresa una ambición de poder de un actor político transnacionalizado actualmente aliado con la superpotencia mundial, que dentro del concepto de "guerra preventiva", trata de imponer de hecho un nuevo derecho internacional. Con esta actitud desconoce el Derecho Internacional vigente, con lo cual pierde sustento el concordato existente entre el gobierno del Vaticano y el de Caracas. Ciertamente su conducta, con la cual usurpa una representación que nadie le ha conferido, forma parte de una injerencia indebida del Imperio en la vida del Estado venezolano que llama a la revisión de lo acordado entre estos dos actores internacionales. Un examen que podría significar una regresión a normas similares a las establecidas por el Patronato Eclesiástico que reguló las relaciones entre la Iglesia y el Estado desde 1830 hasta 1973, subordinando la primera a la soberanía del último. Un hecho perfectamente posible si se registran las presiones que ejerció la iglesia para cambiar la naturaleza de sus relaciones con Venezuela. En la situación actual Urosa no ha podido alegar ninguna violación a las normas establecidas en el citado concordato, por ello recurre a las normas constitucionales que supuestamente infringe el gobierno del Estado. Pero al hacerlo, usando el poder de la Iglesia, aparte de cometer un abuso de poder, practica una injerencia en nuestros asuntos internos que amerita una repuesta del Estado tal como las que se le han dado a los otros poderes foráneos que se han comportado de manera similar”.
Hernán Canorea en la mañana de ese viernes decía por VTV que quien hablaba por boca del sacerdote era el Papa, lo cual no es de extrañar, porque ese es su jefe. Aunque pareciera que la orden de hablar así viene de otro lado, porque por allí apareció John Kerry diciendo que “Si Petrocaribe cae, provocaría grave crisis”, que podría producirse una crisis humanitaria en la región, mientras otro John, pero Kelly, Jefe del Comando Sur, dice que estamos a punto del colapso y de implosionar a causa de la triste situación económica y, mas allá, el New York Times dice desconfiar de sobre la eficacia de las últimas sanciones de la Casa Blanca.
Y por si fuera poco, salen otras declaraciones como la de Jesús Torrealba, con eso de que caban de crear el movimiento de movimientos, La Fuerza de la Unión con un voluntariado “dispuesto a estar metido en esta pelea.
Cabe interrogarse: ¿Voluntariado en los grupos de la Derecha venezolana, cuando en ellos de lo que se comenta es que solo actúan a punta de dólares?
Lo que se aprecia es un manojo de declaraciones que parecieran informar pero no lo hacen, simplemente intentan crear irrealidades con el simple objetivo de taparear las intenciones que están bajo la manga, como cualquier jugador de barajas.
