Venezuela, ha sido tomada para quedarse en silencio. Ya basta de encuestadoras que ofrecen una visión del mercado bursátil, detrás de algunas escenas políticas, cuyas revelaciones describen la intimidación de la gente, cada escena debe ser tomada en cuenta con detalles.
Hay realidades discutibles, la oposición no tiene una ruta planificada sobre factores que inciden en el diario vivir del venezolano Solo buscan derrotar al presidente Nicolás Maduro Moros colocando imágenes en el extranjero y no trabajando por los pobres en las urbanizaciones populares del Estado Venezolano.
La derecha venezolana, según investigaciones realizadas, desea repetir los viejos métodos del pasado y hacerlos públicos. Esta forma de difusión tiene su ápice en las colas de los supermercados. En algunos se formulan desordenes continuados Hay que prestar atención en Los Madeirense, San Diego y Farmatodo.
Hay conflictos que reflejan un interés común, las mismas se encuentran adaptadas a los modismos que habla el pueblo y en un solo idioma, el español.
Los militares, que compran en éstos mercados aceptan el desafío de la gente, los llaman de todo, lo cierto es que se busca generar una matriz de opinión. Existe un carácter frágil en el asunto de distribución de alimentos para el pueblo, los camiones no llegan a las zonas populares para no ser saqueados, pero sí con la cerveza y refrescos.
El Ministerio de La Alimentación es una figura omnipresente, en ese quehacer diario del padre de familia o la madre tras la búsqueda de alimentos para sus hijos. Lo cierto, es que hay dinero en la calle, lo peligroso es la propaganda para el Estado.
Claro, en las colas se habla también de Cristianismo y Derechos Humanos y, los principios de un orden jurídico adecuado. El chavismo, ha guardado sus boinas rojas, pero, ya desea sacarlas de nuevo.
No creo en los productos regulados, total, la economía informal y bachacos siempre se los han llevado, porque utilizan distintas cédulas o por presión a los gerentes de cada mercado.
En lo particular, me gusta comprar al mayor, me salgo de éste genio por cuatro meses y lleno de muchas contradicciones políticas. Las colas, es una campaña contra el gobierno que se corre como una bala. Todos los involucrados parecen personas acrílicas, provenientes de un museo.
Se tiene una ofensiva antigubernamental, donde los artistas están siendo utilizados como figuras para comprar identidades oficialistas. Es una cosmovisión materialista de la realidad. Los militares y civiles deben evaluar sus políticas hacia el país. No es el momento para determinar una deslealtad noble y, quién ejecuta órdenes.
Se debe ir al corazón del sistema, dejar la mentira a un lado y luchar por la patria de nuestros Libertadores. Nadie, debe hacer fortunas en condiciones sospechosas, menos fomentando la contrapropaganda y utilizando documentos, como testimonio vergonzoso del Estado Venezolano.
Tenemos que comprarlo básico y necesario. Estamos en el corazón de la historia, el momento del diálogo y gran debate, el fin de esas publicaciones es instar a los jóvenes a votar y las mujeres a rebelarse. Ser testigo o actor, es lo mismo en estas cosas, la derecha esta muy implicada en sabotear el Estado Bolivariano, pero, los ciudadanos hablan mal del gobierno y de los militares en las colas, ¿Por qué? Pero, al momento de votar no sufragan por los candidatos de la gran torta mudariana.