Ramos Allup contra El Libertador Simón Bolívar

He observado con serena atención la conformación de la nueva Asamblea Nacional desde la elección de la junta directiva. La alianza triunfadora el 6D escogió al más experimentado de sus parlamentarios, quien será el operador político del proyecto de restauración del poder pro imperialista.

Ha sido interesante escuchar las acepciones de “tolerancia y reconciliación” que expone el coronado Ramos Allup. Tumbar al gobierno en seis meses, negarse a pronunciar el nombre oficial de la República Bolivariana de Venezuela, mandar a quitar irrespetuosamente los cuadros de Bolívar, burlarse de la familia del Presidente Chávez, ordenando desalojar su imagen en forma soez.

El veterano adeco remoza su imagen con medidas efectistas, que cabalgan sobre los errores del estilo parlamentario de la última legislatura. Me refiero a la grandilocuente apertura a los medios de comunicación y el llamado a sesionar con más frecuencia, simulando reactivar la gestión legislativa bastante mediocre en los últimos años.

Pero la arrogancia triunfalista de un derechista es muy difícil simularla. Cada minuto de estas vertiginosas cuarenta y ocho horas, hemos ido descubriendo la verdadera esencia del momio adeco: su desprecio por Bolívar.
¿Qué odia de El Libertador un discípulo de Betancourt, Gonzalo Barrios, Morales Bello, y CAP? El antiimperialismo y el compromiso con la igualdad. Ramos Allup -como sus mentores- es un agente de los gringos y del capital.

La presencia de Andrés Pastrana y del diplomático yanqui en la Asamblea Nacional, con toda la pleitesía, confirma el vicio santanderista del bando opositor.

Ramos Allup refuerza la imagen de un antichavista altanero para proyectarse como cabeza de un eventual cambio de gobierno.

II

Simón Bolívar es uno de los héroes con más obras de arte en su honor. En Venezuela y los países que ayudó a liberar, existen decenas de miles de esculturas, cuadros, retratos, grabados, tapices. La literatura le ha ofrendado poesía a granel, relatos, novelas, ensayos. Los mejores biógrafos de habla hispana, y aún los de latitudes lejanas y lenguas disímiles, se han obsesionado con la gesta bolivariana.

No hubo lugar que visitara donde los talentos más brillantes no le quisiesen dibujar. En Europa, Perú, Haití, Jamaica, Cartagena, Quito, Bogotá, se dejó constancia del semblante tenso de aquél genio siempre presente. Plazas Bolívar hay desde Berlín a Sao paulo, de New York a Moscú.

Cuando este energúmeno dice “el retrato clásico del Libertador” demuestra gran ignorancia. Sólo en el siglo XIX se pintaron centenares de retratos, en carboncillo, óleo, y otras técnicas, de las diversas épocas en la vida de Bolívar; incluso hay obras magistrales del momento de su muerte.

En Nuestra América no ha habido un gran escritor que haya dejado de dedicarle algún texto: Martí, Neruda, García Márquez, Asturias, Rubén Darío, Andrés Eloy.

El canto no se quedó atrás. De México a la Patagonia le hemos cantado a Bolívar en todos los ritmos multicolores de la mixtura cultural. Alí Primera lo revivió en labios del pueblo.

Pero todo este arte infinito inspirado por un ser humano excepcional, le vale nada al fascista que se esconde en el alma depravada de este adeco decadente.

III

Tuve el honor, como aprendiz, de trabajar al lado del gran escultor José Nicanor Fajardo, autor del Bolívar de El Moján, donde el maestro Fajardo plasmó sus estudios sobre el mestizaje y las angustias existenciales del Hombre de las Dificultades.

En 1983, a propósito del Bicentenario de su Nacimiento, participé en la exposición colectiva Rostros de Bolívar, junto a mis amigos pintores del Grupo Armando Reverón, Daniel y Jorge Paz, Edgar Bracho, Ildefonso Villalobos “Mochila”, los isleños Néstor Alvarado y Ernesto Nava, y nuestro inolvidable Nixon Mejías, que se alzó con el primer premio, con un Bolívar Árbol.

En mi oficina tengo mi propia versión de El Libertador con una flor roja en su pecho. Si Ramos fuese por allí seguro tendría problemas.

IV

Ese Bolívar que el innombrable adeco manda a echar a la basura, es el resultado de un estudio científico hecho con las más adelantadas tecnologías de la antropología cibernética, la ingeniería genética y la arqueología forense. Le guste o no, es una hechura dedicada al Padre de la Patria, y está obligado a respetarla.
Grave afrenta. En lo constitucional y lo legal se agravia la esencia del andamiaje republicano, que descansa en los cimientos de la Doctrina Bolivariana. Tampoco tiene soporte tan indigno comportamiento de un presidente de la Asamblea Nacional, que carece de atribuciones para disponer a capricho de la sede de un poder público que es Patrimonio Nacional.

Creo que estos comportamientos están deslegitimando aceleradamente la fiesta derechista en la AN. Mucho le costó a Urdaneta hacer valer el legado de Bolívar perseguido por la pandilla paecista, y a Baralt rescatarlo en la historia nacional. Chávez reivindicó al Bolívar que la burguesía centralista había reducido al mármol.

Tal parece que la lucha adquiere ribetes de épica independentista, y en ésta no podemos darnos el lujo de pifiar.

El autor es: Constituyente de 1999

Sólo la verdad histórica forma pueblos libres.


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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

 caciquenigale@yahoo.es      @IldefonsoFinol

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