Breve síntesis histórica de la derecha opositora venezolana

Con respecto a mi anterior artículo titulado “Se nos Jodió el País” publicado por Aporrea y leído por un número importante de usuarios que acceden electrónicamente a este medio de comunicación, y dado las alabanzas al artículo tanto  de militantes revolucionarios como de la derecha opositora, quiero en referencia a estos últimos, parafrasear a Augusto Bebel al ser aplaudido por la derecha en el Parlamento Alemán a inicios del siglo XX después de una de sus intervenciones, lo cual le valió este auto reproche ¿Qué has dicho viejo imbécil, que la canalla te aplaude?

Sirva lo anterior para aclarar a estos derchistas opositores al gobierno de Maduro que alabaron el artículo, que lejos de representar un salto de talanquera de mi parte es decir un aberrante salto atrás, solo quise con él, reafirmar mi concepción político ideológica socialista revolucionaria, ya que a mi criterio, nuestro actual gobierno ni es socialista ni es revolucionario, gobierno este que dentro de sus inconsecuencias y escudado en la figura de Chávez, solo arrastra aparte de su discurso anti imperialista, ciertas medidas populistas  paliativas ya rebasadas por la triste realidad económica en la que nos encontramos; y aunque la razón me dice lo contrario, espero de todo corazón equivocarme.  

Pero no es mi intención en este artículo la de echar más leña al fuego en la hoguera, o al menos en la parte de la misma correspondiente a la administración gubernamental, quiero eso sí desenmascarar acorde a mis recuerdos, vivencias, lecturas y conocimientos lo que en si representa la oposición derechista venezolana. Los antecedentes de esta actual oposición derechista al gobierno de Maduro (y por ende opuesta también a todo lo que en algún grado represente al Chavismo), nacen con la llamada generación del 28, la cual aparece como un aire democrático renovador, diferente a los envejecidos caudillos de ideología indefinida quienes también se oponían a la dictadura Gomecista. Se trataba de una pléyade de jóvenes en su mayoría estudiantes, de mentalidad democrática, con ráfagas marxistas en su precaria formación ideológica, que como muchos otros jóvenes desde épocas ya remotas con el Renacimiento como ejemplo a nivel mundial, y de épocas posteriores como la llamada generación del 60 en nuestro país, a la cual pertenezco y que solo quiero también poner como ejemplo,

Jóvenes estos los de la generación del 28 que desafiando la dictadura querían tomar el cielo por asalto, comenzando por el asalto y derrocamiento de la dictadura Gomecista. A la muerte de Gómez se abre un resquicio en las libertades públicas por donde se cuela esta impetuosa juventud pidiendo la profundización de dichas libertades, hasta llegar a poner por un breve momento en jaque al gobierno de López Contreras, pero sin tener la fuerza, la organización, el coraje y la experiencia necesaria para la toma del poder, lo cual creo que a la luz de la historia sería  injusto reclamárselo, ya que no se trataban de los bolcheviques rusos con un pequeño partido bien disciplinado y organizado, si no quizás algo más parecido al movimiento encabezado por Bela Kun en Hungría que a imitación de los comunistas rusos tomó fugazmente el poder en 1919 para luego no tener los elementos organizativos necesarios para conservarlo.

Al final y en “un segundo aire” López Contreras expulsa del país por “comunistas” a los dirigentes de dicha juventud insurgente, valgan los nombres dentro de los expulsados de Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni.  
Ya para la época él juvenil Rafael Caldera, al frente de una representación de jóvenes provenientes de la Acción Católica, quienes respaldados por el gobierno de López Contreras y por las autoridades eclesiásticas, habían roto con la Federación de Estudiantes de Venezuela presidida por Jóvito Villalba. Este grupo que luego se convirtió en el partido COPEI, terminó por apoyar la insurgencia Franquista contra el gobierno Republicano durante la guerra civil española (1936-1939). Para completa sorpresa de todo país, no provino el viraje hacia la democracia liberal de ese movimiento de insurgentes juveniles anti dictatoriales ya nombrado, si no que surgió desde el seno del propio gomecismo, el que se esperaba fuera un militar de corte Gomecista más, es decir el general Isaías Medina Angarita, electo Presidente de la República por el Congreso Nacional, con una mayoría de parlamentarios remanentes de la dictadura de Juan Vicente Gómez.   

Así la evolución del país hacia la consecución de un Estado moderno de signo capitalista, basado en el fortalecimiento de una incipiente burguesía nacional cuyo breve y fugaz destello culminó a mi criterio con el gobierno Medinista, burguesía esta que al ser derrocado Medina Angarita, por la llamada “revolución de octubre” (vulgar golpe de Estado dado por una  asociación cívico militar encabezado por Rómulo Betancourt y Marcos Pérez Jiménez), se vio progresivamente ahogada y rebasada, por una nueva economía cuyo signo cambió al País, el cual a pesar de ser exportador de petróleo, no había dejado de ser productor en  el área agropecuaria, e incipiente productor en el área industrial, con un comercio importador de importación limitada,  pasando a será partir de entonces en  un país mono productor de materia prima, e importador de la gran mayoría de los bienes de consumo, incluyendo la mayor parte de lo que nos alimentamos.
Aunque ya Rockefeller amen de su participación en la explotación petrolera, a través de la Stándar Oil (ESSO), había incursionado tímidamente con testaferros venezolanos, en la economía interna de nuestro país desde los años 40 del siglo pasado, es Betancourt el antiguo revolucionario y “padre de la democracia” (uno de los iconos fundamentales de la actual oposición), quien le abre a este multimillonario norteamericano las puertas del país de par en par, por las cuales entra a incursionar en la importación y comercialización de bienes y servicios.

Comienza de esa manera una sustitución del pequeño comerciante y de nuestros incipientes productores de bienes de consumo, por un comercio de capital extranjero importador de productos foráneos, ¿cómo hubiesen podido competir las telas producidas por nuestra pequeña industria manufacturera con las telas importadas, tanto en precio como en calidad?, ¿cómo podía el vendedor minoritario competir con Sears Roebuck Company? Paralelo a lo anterior y después de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez el impulso que hubiese podido darle el nuevo gobierno de Betancourt a la producción aguas abajo de productos elaborados, cuyo desarrollo industrial era hacia donde se pretendía encaminar la dictadura, fue sustituido por el ensamblaje de partes importadas principalmente desde los Estados Unidos de Norteamérica (con el planteamiento ilusorio de la sustitución progresiva por nuestra industria de dichas partes), Es decir los Estados Unidos nos compraban a precios viles la materia prima con la cual manufacturaban partes que nos vendían a precios inflados, existiendo la promesa de que dichas partes progresivamente serían fabricadas en el país, lo cual hasta ahora estamos esperando.

Paralelo a esta política económica, el gobierno de Betancourt se convierte en un gobierno represor con mayor número de muertos en su haber que la represión ejercida por las anteriores dictaduras; como ejemplo, a la consigna popular de “la calle es para el pueblo no para la policía” responde en discurso televisivo la famosa frase dirigida a los cuerpos policiales y militares de “disparar primero y averiguar después”.Sin que la represión tortura, muerte y desapariciones haya cesado durante todo el periodo de la cuarta república, tiene su mayor exponente durante el mandato de Raúl Leoni sucesor inmediato de Betancourt en el poder, quien deja en manos de los militares (formados por los gringos en la Escuela de las Américas), todo lo concerniente a la represión de las fuerzas populares en rebeldía, se crean así los llamados T.O.  Siglas abreviadas de  Teatros de Operaciones, donde se tortura y mata sin juicio a múltiple número de ciudadanos, superando aun más en cifras a los muertos y desaparecidos del gobierno de Betancourt.
La popularización de la enseñanza hasta niveles hasta ese momento desconocidos en la historia del país, llevada a cabo por Luis Beltrán Prieto Figueroa como Ministro de Educación, incluyendo una aceptable calidad educativa, comienza su deterioro cualitativo a partir de su salida del Ministerio y del Partido Acción Democrática, ya que las credenciales profesionales de los educadores van siendo relegadas a un segundo plano, privando en forma alterna (según el partido del estatus que ocupara el poder), por el carnet militante.

En el primer mandato de Rafael Caldera la mayoría de las izquierdas ante su derrota en la lucha guerrillera, se acoge a la política de pacificación planteada por su gobierno, por otra parte este primer gobierno de Caldera se caracterizó por el allanamiento e intervención de la Universidad Central (ya lo había hecho Betancourt en el año 60), en el seno de la cual se discutía un vuelco sustancial y progresista de los estudios universitarios, además Caldera se encargó de eliminar las Escuelas Técnicas todo lo cual significó un retroceso en la calidad de la enseñanza tanto en el plano técnico como en el universitario. Pero donde si “se desbordó definitivamente el vaso” en materia económica fue con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, quien a pesar de que el país se encontraba con “las arcas llenas”, dado la subida para esa época de los precios del petróleo, no vacila en endeudar al país siguiendo los designios de la Banca internacional, quien para darle salida a nivel de préstamos a la América Latina con bajos intereses (estos últimos fluctuantes no fijos) de la masa de dólares estadounidenses que por ley interna del gobierno norteamericano dejaban de estar  respaldados por el patrón oro, este por cierto fue uno de los primeros pasos del capital financiero para convertirse en el ductor del capitalismo mundial.

La idea expresada por Pérez era la de propiciar el surgimiento de una nueva burguesía menos conservadora que la vieja burguesía venezolana, y así sin ningún tipo de control, condona las deudas de los terratenientes y agricultores en general, da prestamos a “trote y moche” los cuales a su vez no se transforman en inversiones productivas  si no en fuente de consumo e importaciones de todo tipo, amén de desviar los prestamos gubernamentales hacia la inversión inmobiliaria, surgen así fortunas de la nada sin dejar beneficios para el país, y se arraiga aun más en el venezolano la cultura del consumismo El otro aporte de este gran préstamo sin contar con las corruptelas consiguientes (cantidades importantes de ese dinero ni siquiera llegó a entrar en el país), fue invertido en la creación e inyección de capitales a las industrias de Guayana, cuya gerencia y corrupción administrativa subsisten hasta hoy, con muy poco o nulo beneficio para el país ya que en vez de ser fuentes de riqueza para la nación son un desaguadero de inversiones por parte del o de los gobiernos nacionales que han pasado desde su creación, lo cual en forma perversa contribuye al mito de la necesidad de que estas industrias nacionales sean privatizadas.

El dislate de esta política bajo el gobierno de Pérez dio sus amargos frutos durante la subida del social cristiano Luis Herrera Campins al poder, el hombre que había acuñado la frase “he encontrado un país hipotecado” termina por hipotecarlo aún más (siempre siguiendo los designios de la Banca Internacional), bajo su gobierno se devalúa el bolívar a la sombra de lo cual los que estaban “dateados”, logran incrementar sus fortunas, así como ministros y funcionarios gubernamentales quienes aprovechados de su cargo desvían hacia sus intereses, importantes sumas desde el erario nacional. En honor a la verdad y de manera paradójica en referencia a las riquezas obtenidas desde el poder de  un número notable de funcionarios y ministros, Herrera Campins en lo personal no se lucró con los dineros del país, vivió de su jubilación como funcionario del Estado el resto de sus días

Desde el punto de vista represivo bajo su gobierno hubo hechos atroces como la llamada “masacre de Cantaura”, donde se ametralló y bombardeo hasta el exterminio a un nutrido grupo de estudiantes  desarmados que estaban reunidos en una zona rural de Cantaura, es decir la misma política de Leoni de dejar al arbitrio de los cuerpos armados del Estado todo lo referente a la política represiva del mismo.
Cumplido Luis Herrera su periodo como presidente, asciende al poder el representante de Acción Democrática Jaime Luscinchi, ejemplo este más notorio de lo que significa el poder tarifado de los medios de comunicación, es decir con el eslogan “Jaime es como tú” y una campaña publicitaria que en ese momento demostró que el único mensaje de alguien que no tiene mensaje está representada por el medio publicitario. Ufanos ante el triunfo de este candidato, dichos medios de comunicación llegaron a proclamar sin ambages “el mensaje es el medio”.

Por supuesto que a este gris presidente inclinado en exceso al placer etílico, que delegó en su secretaria y amante (ignara esta hasta la exageración) muchos de sus deberes presidenciales, no nos es extraño que al final de su mandato confesara “la Banca me engañó” (¿y es que podía esperar de la Banca algo distinto?). Había refinanciado en términos leoninos a favor de los acreedores internacionales la deuda externa de la Nación con aval de la misma al pago de la deuda privada, es decir las deudas de esa burguesía parasitaria que desde hace mucho tiempo viene azotando al país, la cual al finalmente  terminó pagándola él Estado. Burguesía esta, que hoy por hoy representa, uno de los puntales más importante con que cuenta la derecha opositora venezolana. Aparte de las prebendas concedidas a toda una corte de adulantes incluyendo a la alta dinastía eclesiástica, que iban a postergarse a los pies de la barragana presidencial, Luscinchi fue encontrado culpable de corrupción administrativa, y se exilió del país hasta que prescribieron las causas en su contra en la época en que ese tipo de delito en contra de la cosa pública tenía fecha de prescripción. Durante su gobierno continúa la constante en materia represiva cuyo más notable ejemplo fue la titulada “Masacre de Yumare” asesinato efectuado por la DISIP de nueve luchadores sociales después de ser apresados.

La toma de posesión de Carlos Andrés Pérez a su llegada al poder, fue con un fastuoso espectáculo con invitados mundiales de primera línea, espectáculo al cual los sectores populares bautizaron como “la coronación”. Hasta ahí su similitud con su anterior gobierno de la Venezuela Saudita del “ta barato dame dos”, ya  que pronto frustró las esperanzas populares con un paquetazo económico neo liberal, que termino en una sublevación de los sectores menos favorecidos de la sociedad; el llamado “Caracazo”, reprimido brutalmente por las fuerzas policiales y militares con un saldo incontable de muertes. Este viraje incongruente con lo que la gente esperaba, y sus graves secuelas represivas, terminó de propiciar el afloramiento dentro de las filas castrenses de un movimiento de corte nacionalista encabezado por el teniente coronel (comandante) Hugo Chávez Frías, militar este  altamente sensibilizado con las necesidades del sector marginado de la sociedad.

Los objetivos militares de esta asonada de signo revolucionario fracasaron, no así la semilla sembrada por el mismo.
Error intencional ó no dentro del estamento militar, fue el de permitir que Chávez en cadena nacional se dirigiera al resto de los sublevados reconociendo el fracaso militar de su movimiento, pero  sembrando un “por ahora”, con el cual se ganó la voluntad de la mayoría de la población cansada de casi cuarenta años de una democracia en el papel, plagada de corrupción, represión, y exclusión de un numéricamente importante sector social marginado, amén de su dependecia político económica del imperio norteamericano.
Esta conjunción de factores de rebeldía popular y castrense  convencieron al estatus políticos de lo toxico para su subsistencia que representaba el nuevo gobierno de Pérez, el cual acusado de corrupción (nada nuevo en la gran mayoría de los gobiernos anteriores antes y después de la “democracia” liberal de la IV República y persistente en la V), fue sacado por el Congreso Nacional de la Presidencia de la República.

Llegó así la hora tan esperada por un Caldera ya anciano, de volver a la presidencia de la República. Caldera prácticamente fuera del juego político, había aprovechado la insurgencia de Chávez para ser la única voz en el Congreso que enarbola dicha insurgencia no para condenarla si no para recalcar las causas de la misma, arrastrando con su planteamiento la solidaridad manifiesta de Aristóbulo Istúriz, representante este de la Causa R, para ese momento en ínfima minoría en el Congreso. Dichas intervenciones ganan copiosos dividendos políticos tanto para Caldera como para la Causa R. Una retención durante doce horas de las urnas de votación por el Ministro de la defensa Mármol León (una variable del procedimiento usado por Acción Democrática y Copei del famoso fraude electoral “Acta mata a Voto”), y la sorpresiva declaración del candidato de la Causa R., Andrés Velásquez reconociendo el triunfo de Caldera, elevan a este al poder.

Caldera con un novel partido confeccionado a retazos por múltiples pequeños partidos y restos de partidos, incluyendo al PCV. Inicia su gobierno con un mensaje nacionalista y termina por la senda neo liberal, vendiendo o pretendiendo vender bienes y empresas de la Nación, entre estos su gobierno pretendía se vendieran del 17 al 20% de las  acciones de PDVSA, pretendía además privatizar la educación, y cambiar la atención del IVSS de solidaria como sigue siendo hasta la actualidad a individual, es decir atención médica acorde a el monto de la cotización pagada por cada empleado o cotizante del IVSS. Se otorgaron las concesiones de los llamados Campos Marginales petroleros, con impuestos risibles (si no fuera por lo trágico) a la Nación., todo esto tuvo como precedente que ante la inminente quiebra bancaria producto de las malas políticas de los gobiernos anteriores Caldera le concede a la Banca un préstamo de la Nación por seis mil seiscientos millones de dólares USA  es decir  la decima parte del producto interno bruto de ese año, cantidad esta que el Estado nunca recuperó. En otras palabras el paquete completo Neo Liberal y más.

Milagros tuvo que hacer la bancada opositora en minoría, para la época y solo circunscrita al PPT (después de la división de la Causa R), para lograr frenar algunos de estos intentos privatizadores y en parte lo logró. La posterior llegada de Chávez al poder frenó y revirtió todo este paquete Neo liberal. Posterior a la llegada de Chávez al poder, y después de la derrota en las elecciones presidenciales de Salas Roemer, quien hasta última hora vendía su imagen como algo diferente y sin conexión con el pasado, los hechos terminaron por desentrañar este absurdo “bulo”, ya que en su apoyo terminaron por respaldarlo todo el estrato político cuarto republicano. Igual “bulo” quisieron posteriormente vendernos  los jóvenes (en edad más no en ideas) de Primero Justicia y sus derivados, excrecencia de lo más reaccionario de Copei y de lo más aristocrático de la Iglesia Católica como el Opus Dei, además de muchos de ellos haber militado en sectas de pensamiento fundamentalista religioso de corte medieval como Patria Familia y Propiedad.   Jóvenes estos ya no tan jóvenes a los cuales encontramos ahora en estrecha conchupancia con  todos los partidos que conforman la MUD. Cómplices o actores directos de todas las acciones terribles contra el Estado y el pueblo Venezolano, en íntima sintonía con las políticas antinacionales del gobierno Norte Americano, las cuales justifican.

Largo el listado de las acciones anti patria de esta oposición derechista neo liberal, que ahora pretende desde la Asamblea Nacional poner en ejecución una ley de Amnistía que engloba el perdón para conspicuos estafadores de cuello blanco como los banqueros ladrones hoy exiliados “políticos”, protegidos por el gobierno norteamericano, de los asesinos culpables de la muerte de 42 personas por las guarímbas, de los autores intelectuales de la muerte del fiscal Danilo Álvarez, de los incitadores a la violencia asesina y del odio hacia todo lo que representa el Chavismo. Su historia reciente está plagada de hechos desde todo punto de vista punible y que la bonhomía del presidente Chávez en aras de la conciliación nacional dejó pasar “por debajo de la mesa”. Aun me escuece el alma cuando recuerdo al presidente Chávez regresando de su fugaz cautiverio durante el golpe de Estado, pidiendo perdón con un crucifijo en la mano, y al Ministro del Interior y Justicia diciéndole a los golpistas sorprendidos “con las manos en la masa”, que estaba allí para defender sus Derechos Constitucionales, como si esas víboras pudieran reconocer la hidalguía, a la cual siempre confunden con debilidad, y por lo cual al salir indemnes de la asonada procedieron al paro petrolero. Para esa época y sin el menor escrúpulo una dirigente opositora expresó públicamente “si no lo doblegamos políticamente lo doblegaremos económicamente” (a costa del sufrimiento y la desesperación popular por supuesto) y eso lo están logrando en la actualidad con la guerra económica, ayudados por los errores del gobierno, plagado a todos sus niveles de muchos oportunistas disfrazados de revolucionarios.



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Arnaldo Cogorno


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