Mientras se intensifica la campaña electoral primaria en los EE.UU., Barack Obama, en “gira triunfal” del Caribe a la Patagonia, dejaba muchas interrogantes. Un mundo convulsionado, de este a oeste y de norte a sur, en América Latina, ya no sólo la acción imperial era contra Venezuela, ahora era una acción envolvente, continental; contra Dilma, Lula, Correa, Evo, Cristina, ¡contra Santos en Colombia!…, contra la propia Cuba, inicio de su viaje de despedida. En Argentina sorprendería escuchar a Obama decir lo feliz y complacido que estaba con el avance alcanzado en los primeros 100 días de gobierno macrista, neoliberal. ¿Estaba mal informado o estaba bromeando?
Ya en su terruño, saboreando la “exitosa” y expectante gira, surgen los denominados “papeles de Panamá”; periodistas y medios alineados a las políticas imperiales emprendían una feroz campaña contra Vladimir Putin, era el centro de atención y descredito a pesar de “no ser mencionado” en dichos documentos. Por su parte, en Venezuela, igual papel jugaron los medios y periodistas aliados al gobierno estadounidense; el plan estaba clarito y la mala intencionalidad también. La publicación de tales documentos y consecuente propaganda contra líderes políticos no afines al gobierno imperial, marcó la pauta informativa mundial, ¡el inicio del fin!, la bandeja parecía servida y el panorama del misterio Obama, daba sus primeros frutos, luces de la tragedia anunciada. Parecía tomar el control de la situación mundial.
¿Qué ocurrió?¿Por qué no funcionó tan macabra y criminal confabulación?
Es su apresurada carrera por dar a conocer tan descalificante información e involucrar a quienes en ella no tenían relación directa, sólo por ser “enemigos” políticos, doctrinarios y exigir respeto al gobierno estadounidense, el “chocolate” se les derramó. Creyendo que la cosa tomaría el camino pautado, Obama y sus “periodistas”, mercenarios de la comunicación, ¿no se percataron hasta dónde estaban hundidos en su propia inmundicia? En la destructiva arremetida se llevaron por delante a figuras aliadas: Petró Poroshenko, si Poroshenko, presidente ucraniano impuesto y defendido por el gobierno de Obama como figura clave en su afán de destruir a Vladimir Putin y su gobierno en Rusia, David Cameron, el de la noble Inglaterra, la familia real española, ¡la del decente y honrado Mariano Rajoy!,…, México lindo, su gobierno completico y los más significativos empresarios de la comunicación. La lista es larguísima y lo que falta. El arándano de esta desesperada tramoya lo constituyó el presidente argentino Mauricio Macri, je, je, je, adalid de la felicidad, amigo personal y estrella fundamental de Barak Obama para la reconquista del poder hegemónico perdido en América Latina y el Caribe. ¿Qué pasó Barack? ¿Te volvieron a engañar Obama?
La verdad verdadera de toda telenovela de fraudes y conspiraciones internacionales muestra su momento cumbre cuando, descubiertos por el propio Vladimir Putin, el gobierno estadounidense se ve obligado a admitir que ellos eran los responsables de tales acciones. PAGARON incalculables sumas de dólares a periodistas y medios para que publicados los documentos iniciaran una bestial campaña mundial contra ciertas y determinadas personas, para destruir. ¿Por qué a los aliados incondicionales como Macri y Poroshenko? o Cameron, o el primer ministro islandés Sigmundur David Gunnlaugsson.
¿Tendrán alguna vergüenza los periodistas venezolanos? ¿Nos dirán ahora quiénes son los verdaderos y más importantes personajes venezolanos metidos en tales robos? ¿Usaran el silencio para chantajear a dichos personajes? ¿Qué nos dirán?¿Estarán sus propios dólares “invertidos” ilegalmente en Panamá? Su amo y señor, el jefe que pone los dólares para desprestigiar habló, clarito y raspao, ha dicho que les pagaron. Pobre Barack Obama, ¿Quién te engaño? ¿Quién fue el miserable que te entrampo? ¿Quiénes te ahogaron en tu propio “chocolate”? ¡Tú lo sabes, si no, busca la respuesta en la ambición de tus mercenarios!
NO A LA LEY DE AMNISTIA Y AUTO PERDON