Politiporrazo

Campaña clerical conciliar o champaña de consagrar

Jugaré a la ironía política pues quien se mete a opinar en política corre el riesgo de la respuesta a sus opiniones.- Me parece otra torpeza, (otra más) de la jerarquía eclesiástica que conforma la CEV, -Conferencia Episcopal Venezolana-, eso de tratar inútilmente de buscar que su influencia entre el pueblo católico, apostólico y romano, piense como ciertos monseñores declarantes convictos y confesos de oposición radical, puesto que los cristianos no tenemos porque seguirlos como una grey convertida en partido político, especialmente si se toma en consideración que esos dirigentes con sotana, parecen más radicalizados y partidarios de su deseo por salir de Chávez y el gobierno bolivariano, que comportarse como verdaderos pastores de almas, como les obliga su escogido destino de ministros eclesiásticos. Hacen el ridículo en sus comunicados los jefes de la CEV, pues coinciden plenamente y no coincidencialmente sino en forma que parece estudiada, con los argumentos de desestabilización antidemocrátrica que cual pan de cada día nos entregan recalcitrantes pseudo dirigentes de la oposición.

Los que hoy se muestran fariséicamente “preocupados” por el destino del país, son los mismos que se hacían los locos cuando amantes presidenciales se daban el lujo de convocarlos billete mediante, para aparecer en fotos de prensa y hacerse perdonar sus pecados utilizando fuentes e influencias del estado venezolano, como factores propagandísticos. Son los que en otras épocas no parecía importarles las detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones e incluso asesinatos de opositores a los gobiernos de AD y COPEI, porque presumiblemente las víctimas eran revolucionarios de la izquierda castro comunista, guerrilleros o subversivos, conspiradores contra el orden establecido por la democracia al estillo de Betancourt, Leoni, Caldera, Carlos Andrés Pérez, Herrera Campíns y el tristemente célebre beodo Jaime... Por eso indigna como católico, verlos, oírlos o leer cuando nos piden concordia, tolerancia, comprensión e incluso democracia, solicitando más comprensión al disenso político, cuando uno sabe perfectamente que en otros gobiernos la iglesia poco se molestaba y lo que hacían era bautizar y brindar...

Por eso me pareció oportuno como verdadero católico desde mi nacimiento, bautismo y confirmación, incluido un matrimonio por la Iglesia, dejar sentado que no me parece sincera ni cierta la cacareada preocupación de la CEV, sino una campaña que llama a conciliar, pretendiendo que olvidemos su actuación fascista del año 2002, o como prefirieron ser sordos, ciegos y mudos, no sólo con la represión de las 47 horas de la dictadura carmonista, sino que sin remordimiento de conciencia se mostraron siempre en conchupancia con autoridades anteriores a 1999 en el poder ejecutivo, practicando el papel y el placer protocolar de “bendecir y brindar con champaña de consagrar...”, cuidándose de no propiciar campañas clericales teñidas de un tinte político con olor a “tufo” desestabilizador, donde hoy utilizan la prensa, televisión y emisoras de radio, en declaraciones que no parecen de sacerdotes sino de precandidatos presidenciales frustrados.


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Luis Sánchez Ibarra


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