Callados. Silenciosos. Sin vida. Tirados en algún lugar. Más tres mil árboles esperan que el Ministerio Público en concordancia con la Asamblea Nacional Constituyente haga justicia a favor de la naturaleza. En los recientes actos violentos, vandálicos y criminales se talaron en 8 estados más de 3 mil árboles sin piedad alguna. Esos criminales no cantaron nunca el himno del árbol cuando “estudiaron”. Nada saben de la madre naturaleza, la que nos permite vivir largos años de vida. No saben que existe una relación armónica entre ella y el hombre. Pareciera que estas personas no tuvieron infancia, ni les enseñaron sobre la belleza y la importancia del eco sistema.
“Al árbol con solícito amor…”, frase robada del himno al árbol que nos enseñaron en la escuela primaria. Pregunto: ¿Qué sabe un árbol de política? ¿Qué culpa tiene un árbol de estar plantado en una calle o avenida, donde sin pedir nada nos da sombra, flora y frutos, algunos de ellos. ¿Qué culpa tienen los árboles que Nicolás Maduro haya sido electo por el pueblo presidente de la República Bolivariana de Venezuela? Los árboles sólo aportan su belleza y nos garantiza un ambiente para un mejor vivir, en su eterno silencio.
En efecto, los “guerreros” de Freddy Guevara y su gente, llevaron a la muerte a más de 3 mil árboles en todo el país. Manos criminales con sierras eléctricas se ocuparon en sembrar de terror en algunas calles y avenidas de Venezuela. Como unos trogloditas se ensañaron contra los árboles, sólo para ser utilizados como parte de sus perversos fines. No les importó nada la existencia de esos arboles y su valor para las ciudades y las personas. Ahora, desde el basurero, las hojas, las ramas y troncos, claman por justicia.
Esa acción debe ser calificada como una acción criminal contra la naturaleza, y debe ser aplicada la ley con dureza, como escarmiento para que nunca más veamos este genocidio en las calles, en las avenidas y urbanizaciones de nuestras ciudades. El crimen, esta vez, tiene que pagar…