En el tinglado político de nuestro país estamos a la puerta del desarrollo de una tragi comedia con visos a poderse convertir en un drama, los acontecimientos a acontecer son los que definirán las características finales de dicho evento.
La absurdidad y errático manejo del decorado engloba tanto al gobierno como a la oposición, ya veremos cómo se desarrolla el guión de aquí en adelante.
Por parte de un sector mayoritario de la oposición, el tratar de impugnar una elección presidencial a la cual se negaron a participar, alegando por adelantado la trampa por parte del CNE, lo cual en términos formales es fácil de desmentir, dado que ese mismo CNE fue el que le reconoció su inmensa mayoría en las elecciones para la Asamblea Legislativa, así como lo había hecho con el NO a los cambios propuestos por Chávez a la Constitución del 99, además de la participación de tres candidatos opositores al evento electoral para la presidencia de la república.
No tengo dudas tanto del sesgo de la mayoría de los componentes del CNE a favor del gobierno, con obvios ventajismos pre electorales. Pero el hecho en sí del evento electoral, es decir los resultados electorales en si mismo, son imposibles de violar con el sistema electoral que poseemos, la salvedad viene dada por la presencia o nó de testigos de mesa por parte de la oposición, es decir testigos que puedan avalar que los resultados electrónicos de las actas se compaginen en un ciento por ciento por los resultados del escrutinio manual del 54 % de las urnas testigos.
De no ser así, es pensable cualquier artimaña por parte del gobierno para adulterar los resultados, como sucedió en el caso de el escrutinio manual de las urnas en lugares apartados como sucedió en el Edo Bolívar, o el abultamiento del porcentaje de votos de Maduro en la elección presidencial, siendo a ojos vistas el ausentismo de votantes a lo largo y ancho del país. Situación esta que se repitió en las elecciones a la Asamblea Constituyente, y en las elecciones municipales próximas pasadas.
Entonces ¿a que juega la mayoría opositora? Por lo que se observa dentro de sus abigarrados intereses. Son tres los escenarios planteados, con un fondo de apoyo internacional:
La insurrección popular, hasta ahora fracasada en sus anteriores intentos, y de dudoso apoyo popular a dicha oposición, si en verdad la situación de miseria generalizada obliga a los sectores más depauperados a enfrentar al gobierno.
El golpe militar, difícil solución dado que los militares constituyen el verdadero gobierno, lleno de prebendas más que de responsabilidades político administrativas, y metidos en todos los negocios y chanchullos habidos y por haber.
La intervención extranjera. Si algo nos hace repeler a la extrema derecha opositora, por aquellos que consideramos al gobierno una aberración ideológica que no tiene nada que ver con el socialismo ni con la revolución, y si como un grupo de bandidos incrustados en el poder; es la disposición de "lame culos" de dicho sector opositor favorable a la intervención militar extranjera. Como si fuera poco todo el intervencionismo de los gobiernos de los E.E:U.U., durante el desarrollo histórico de la Latino América independiente, los ejemplos de la fragmentación de Yugoeslavia y la destrucción de Irak y Libia, su intervención frustra en Afganistán y Siria, además de su apoyo permanente al genocidio Palestino por parte de los gobiernos sionistas de Israel, son hechos palpables que solo producen indiferencia o desdén en estos opositores intervencionistas, quienes fungen más que como venezolanos en busca de libertad, como agentes del combo imperial dirigido por los Estados Unidos.
Intereses no ocultos de préstamos de FMI para la "reconstrucción" del país (acordarse adonde fueron a parar los 8.000.000.000 que le prestó el segundo gobierno de Caldera a la Banca, para enderezar los entuertos del mal recordado ministro Tinoco que dieron al traste con el sistema bancario nacional), a costa de los beneficios sociales de los sectores más vulnerables de nuestra población, y venta a precio de gallina flaca de toda nuestras riquezas nacionales, sería el precio a pagar a cambio de la invasión militar al país, y no estoy incluyendo las perdidas territoriales a manos de nuestros vecinos: Colombia y Guyana, incluyendo la histórica voracidad territorial del Brasil.
Supongo que este grupo de opositores vende patria, no se han paseado o subestiman el que los intereses patrios, conjugarían entorno al gobierno o lo que a la primeras de cambio de lo que de el quede (la cobarde huida ante una invasión de tanto militar corrupto, y civiles también, en defensa de sus dineros mal habido debe ser espectacular), traerían a largo plazo una guerra civil interminable. Menos mal que tanto Rusia, como China son un contrapeso que a la luz de lo que sucede en Siria, hasta ahora les ha impedido a Estados Unidos a intervenir directamente. Por otra parte los gobiernos latinoamericanos adversos a nuestro gobierno, temen abrir la caja de Pandora que significa el traer a Latinoamérica la conflictividad ya de larga data que se a desarrollado y se desarrolla en el Medio Oriente.
Queda por preguntarle al sector opositor si no sería el camino menos peligroso el llegar a un acuerdo general de la oposición que encare la vía electoral, a sabiendas que con mucha habilidad debe estar preparada para sortear los escollos de ventajismo preelectoral,a favor del gobierno, por parte de un CNE claramente sesgado, teniendo la convicción como ya se ha demostrado en varias ocasiones, que el proceso de votación en si es inviolable, si hay los testigos de mesa necesarios en cada Centro Electoral. Testigos estos, que pueden ser cruzados, es decir que estén dispuestos a defender los resultados electorales, sean estos favorecedores o no al partido o fracción al cual pertenezcan.