Amanecer del 4D

Mucha gente se está preguntando cuál será el país que amanecerá el 4 de Diciembre, después que se haya cumplido la jornada electoral del día anterior. Versiones van y vienen, los corredores de bolas hacen de las suyas, los rumores se acumulan y se aumentan a placer, y los brujos y videntes son consultados con fruición.

Más allá de lo que cualquiera pueda opinar, creer o pensar, lo único que sí es cierto es que el país no se acaba el día 3 de Diciembre y que nuestro pueblo no tiene vocación suicida. Sin embargo, dependiendo de cómo se comporte cada quien en las horas que irán desde el cierre de las mesas electorales hasta la madrugada del día siguiente, puede ser que algunos liderazgos se eclipsen o se proyecten.

EL DILEMA DE ROSALES

Evidentemente, en toda Venezuela, la persona que llevará sobre sus hombros el dilema más grande de esa noche será Manuel Rosales. Cuando decidió lanzarse como candidato, muchos lo apoyaron con la convicción de que, siendo imposible ganarle a Chávez, Rosales sería el cordero ofrecido en sacrificio para aplacar la furia de los dioses, quienes todavía no perdonan a una oposición díscola y retrasada mental, que ha destrozado cualquier posibilidad de tener un movimiento medianamente organizado y serio. En otras palabras, muchos de los que aplaudieron su nombramiento como candidato “único” de la oposición, simplemente lo hacían con el placer de no ser ellos los que fueran incinerados en la pira de sacrificio.

No obstante, justo es reconocer que, a pesar de haber arrancado una campaña acompañado del saco de gatos que son los dirigentes de la oposición, sin propuesta política seria, con ideologías completamente disímiles y con partidos divididos desde las entrañas, Rosales ha logrado aglutinar a la mayoría del sentimiento opositor y ha hecho una campaña buena, si se le enmarca dentro de las dificultades de su circunstancia.

Obviamente, a pesar de sus esfuerzos, no puede ni siquiera soñar con ganarle a Chávez, y él lo sabe, así como lo saben la mayoría de los que conforman su comando de campaña quienes, muy a diferencia de lo que intentan venderle a sus seguidores, sí saben leer encuestas, sí saben de numeritos y sí saben medir el sentimiento de calle. Por más que intenten poner un rostro sonriente, todos los que en ese comando tienen alguna experiencia política, comenzando por el Jefe de Campaña, Teodoro Petkoff, están clarísimos de que Chávez es invencible.

Y justamente es aquí donde viene el problema. Porque la noche del 3 de Diembre, cuando el Consejo Nacional Electoral anuncie la aplastante victoria de Chávez sobre Rosales, este último tendrá que tomar una de las decisiones más importantes de su vida, en el medio de un torbellino de “angelitos malos” y “angelitos buenos” que intentarán convencerlo de qué es lo que debe hacer.

RECONOCER O NO RECONOCER: ESA ES LA CUESTIÓN

El dilema shakesperiano que Rosales estará viviendo se presenta porque deliberadamente los dirigentes de su comando han hecho lo imposible por hacerle creer a su militancia que ganarán. Cuando la cruda realidad se haga evidente, Rosales tendrá que decidir si mantiene la mentira o si, de una vez por todas, se aceptan las normas del juego democrático, la cuales indican que el que tiene la mayoría gana.

Los loquitos de carretera harán todo lo posible por convencerlo de que su discurso debe ser similar al que dieron Enrique Mendoza y Henry Ramos Allup, la madrugada del 16 de Agosto de 2004, cuando a pesar de que hasta los propios observadores internacionales del Centro Carter y de la OEA habían hablado con ellos, certificándoles que los resultados que iba a anunciar el CNE coincidían con los resultados de sus observaciones, ellos decidieron elevar la bandera del fraude.

Si esta fuera la decisión de Rosales, su suerte no será distinta a la que corrieron los dos personajes anteriormente nombrados: el primero perdió su gobernación y el segundo perdió su partido.

La otra posibilidad es que Rosales le dé la espalda a los fascistas y radicales, y que decida definitivamente ser el líder de una oposición medianamente seria y democrática, y que, como corresponde, reconozca con gallardía la victoria del Presidente de la República, además de desearle éxito en este nuevo período, por el bien de Venezuela.

Esto, que suena tan bonito que es casi imposible de imaginar, catapultaría a Rosales, sin duda, como el líder necesario para este “nuevo tiempo”, en cuanto a la oposición se refiere.

LA HORA DE LA VERDAD PARA LOS PARTIDOS

La otra cosa es que, el 4 de Diciembre, se sabrá con certeza quién es quién, en lo que tiene que ver con partidos políticos.

En elecciones a gobernaciones, alcaldías o comicios parlamentarios, el voto de los distintos partidos políticos puede variar, dependiendo si tienen un candidato propio o si están apoyando a un militante de otra organización, o incluso, aun yendo con un candidato propio, si ese candidato goza de popularidad o no.

Por el contrario, en esta oportunidad, como el candidato es el mismo, ahora sí es verdad que se sabrá con certeza con cuánta gente cuenta cada partido. No hay excusas, no hay diferencias. Esta es la hora de contarse. Y esto vale tanto para los partidos de la oposición, como para los bolivarianos.

LAS UNIONES Y DIVISIONES QUE ESTÁN POR VENIR

La otro que comenzará a suceder en el amanecer del 4 de Diciembre son las divisiones. La primera de ellas será la ya anunciada: la de Primero Justicia. Recordemos que una buena parte de los dirigentes de ese partido, hace como tres meses, ofrecieron una rueda de prensa para decir que estaban en contra de Julio Borges y el comportamiento que este habría tenido en su condición de líder. Su carnal, Gerardo Blyde, lideró el motín de los rebeldes, pero decidieron dejar las diferencias a un lado hasta que se efectuaran las elecciones. No obstante, es lógico que esa unidad pegada con chicle no resistirá la madrugada de la derrota, y lo que va a suceder, sucederá.

La otra división obvia es la de Acción Democrática, partido en el que la dirigencia tradicional tomó el camino de la abstención, mientras que las nuevas generaciones y un importante sector del movimiento sindical adeco, decidió apoyar a Rosales. El error histórico de que la tarjeta de AD haya desaparecido en unos comicios presidenciales, será pagado con la cabeza de la dirigencia tradicional. Pero como estos no son mochos, lo más probable es que la colisión sea inevitable y por tanto el partido se divida.

Por el otro lado, ya el Presidente anunció su intención de que se inicie, entre los partidos bolivarianos, la discusión para constituir un partido único de la revolución. A pesar de que quienes ostentan cargos en las direcciones de los partidos del proceso fruncieron el seño, la cosa va. Por tanto, se acabaron las parcelitas y las pequeñas cuotas de poder. De aquí en adelante, juntos y revueltos.

LAS ANGUSTIAS

El 4 de Diciembre saldrá el sol para todos los venezolanos. Para los que votaron por Chávez, para los que votaron por Rosales, para los que votaron por los otros, para los ni-ni y para los que se fueron para Choroní. Este pueblo quiere paz y quiere pasar unas Navidades tranquilas. La vocación democrática de nuestro pueblo es inquebrantable. Por eso, los derrotados de esa madrugada serán los odiadores y los violentos. Ya verán.

mphelnacional@yahoo.com


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Mary Pili Hernández

Ex-ministra de la Juventud, ex-viceministra de Relaciones Exteriores para América del Norte, y ex-concejal por el Municipio Libertador. Cristiana, Periodista, Socialista, Bolivariana, Antiimperialista y Chavista.

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