En el barrio donde me crié, cuando las hormonas hicieron su trabajo para pasar de mi época infantil a la mocedad, existía un mequetrefe que llamábamos "el piquijuye". El referido badulaque, algo escuálido y mal comido, le buscaba pleito a otro más fuerte que él y una vez que airaba el ambiente salía huyendo espantado. En su rauda retirada amenazaba a su contrincante con su hermano, un mulato fortachón, que además de sus atributos físico era policía. En sus conversaciones con otros vecinos de mi edad, verdaderos rapaces, le comentaba que el piquijuye, el mismo, era guapo y apoyado. En verdad, estaba muy lejos de la valentía y se acercaba más a la cobardía.
No sé porque razón, cuando miro por la televisión a Juan Guaidó mi pensadora recurre a las remembranzas de mi época de mocoso. Al escuchar a este mamarracho fanfarroneando frente a las cámaras de la televisión, a mi mente me llega la imagen del piquijuye. Son públicas y notorias sus repetidas amenazas, de quien con su verbo maltrecho y desgastado intenta sacar de quicio al presidente MM. El títere sin cerebro, en su papelucho de presidente autoproclamado, desafía las autoridades y viola descaradamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con la certeza de sentirse apoyado por otros, tan delincuentes como él. Los mismos que conforman una ominosa cofradía con pretensiones agresoras. Más y peor aún, chantajea no solo al presidente, sino al pueblo venezolano, porque, según él, cuenta con las armas y sanciones de una pandilla de malhechores, simplemente porque ante el pueblo de Venezuela y frente al mundo se comporta como un cobarde y apoyado. Él solo, por su cuenta, no tiene los testículos suficientes para enfrentar sus desafíos. Juan Guaidó, en su permanente abstinencia intelectual, encarna el piquijuye, es decir, personifica la cobardía.
Son numerosas las pendencias y las amenazas de Juan Guaidó, que lamentablemente algunas de ellas, se cumplieron, como son las sanciones económicas y el boicot financiero que los países imperiales le aplican a Venezuela. Ciertamente, el solo por su cuenta no puede hacer nada para derrocar el gobierno democrático del presidente MM. Tiene que recurrir al apoyo de las fuerzas oscuras que gobiernan el mundo para causarles las desdichas que actualmente vive el pueblo de Venezuela. No conforme con esto el piquijuye de Juan Guaidó esgrime la guerra sicológica para mantener en una angustia endémica al pueblo de Venezuela y en sus reuniones con altos funcionarios de EEUU, solicita de forma inclemente una intervención militar. De esta manera un grupo de facinerosos extranjeros pisotearían nuestro sagrado suelo patrio, el mismo que logró su soberanía luego de tantas luchas y mucha sangre derramada. No cabe duda, la justicia venezolana debe buscar un castigo ejemplar que se ajuste al crimen del cobarde Juan Guaidó, quien se siente apoyado por otros peores que él y con descaro se jacta de su sanguinaria insensatez e inseguridad.
Si revisamos el florilegio de personajes que le brindan apoyo al mequetrefe de Juan Guaidó, no creo que sea motivo de jactancia, veamos algunos de ellos:
Donald Trump, el presidente de EEU, el jefe de la mafia opositora venezolana, es el criminal que arremete casi todos los días contra los pobladores de los herederos de Bolívar. Este genocida es el responsable de las muertes de niños, jóvenes, adultos y ancianos del pueblo sirio; es el garante de las ganancias del negocio de la venta de armas que mantiene en jaque el mundo entero; el racista que utiliza los twitter para denigrar de los latinoamericanos; el vil comerciante que se niega a firmar a los acuerdos de protección ambiental, simplemente porque esto causaría pérdida a los empresarios de USA; el cómplice de rey de Arabia Saudita y del primer ministro de Israel, en el genocidio contra los pueblos de Yemen y Palestina; el criminal en serie causante de la muertes de cubanos y venezolanos, como secuela de la aplicación de sanciones y bloqueos económicos; el propio pirata que se robó propiedades y dinero del estado venezolano, violando los convenios internacionales con relación a la embajada venezolana en Washington; el irresponsable que con su presencia militar en todos los lugares del planeta mantiene mortificados a miles de millones de personas; el insensato que chantajea constantemente con el uso de armas nucleares contra Irán, entre las perlas que debo señalar. Este es uno de los personajes que le brinda apoyo a Juan Guaidó.
Mauricio Macri, el presidente de argentina, es otro de los "primores" que respaldan a Juan Guaidó. Este empresario rapaz incumplió sus promesas electorales y engaño de forma descarada del pueblo sureño; eliminó los logros sociales de los Kichners; endeudó Argentina con el FMI por más de cien años; propició la salida de capitales y empeñó el país por el mal uso del endeudamiento; favoreció la corrupción de él y su familia al depositar dinero en los paraísos fiscales, así mismo, se enriqueció con los sobornos de la Odebrech; de igual modo acrecentó la inflación en varios dígitos; en su gobierno creció el desempleo y la pobreza aumentó… entre lo más resaltante de la joya que le brinda apoyo a J.G.
A Iván Duque no lo quiere ni siquiera su asociado Donald, quien constantemente le reclama el aumento de los cultivos de coca en territorio colombiano; es el mentiroso que no ha impedido la muerte de líderes sociales de Colombia; el embustero que desatiende los indígenas de la Guajira quienes actualmente mueren de hambre; es el cómplice de las mafias contrabandistas de gasolina de Cúcuta; mantiene una connivencia inextricable con Álvaro Uribe, el inventor de los falsos positivos, en su accionar en materia de tráfico de drogas; su imposibilidad de impedir el tráfico de drogas hacia EEUU; el segundón de Uribe, Duque, aumentó la burocracia en el aparato administrativo de la Nueva Granada; además aspira modificar el Plan de Paz de Colombia para que los halcones alimenten sus cuentas bancarias con la compra de armas a EEUU y me faltaría espacio para seguir enumerado otros ramilletes de quien engalana la solapa del saco de JG.
De Lenin moreno lo primero que debo decir de este espantajo, otro de los que apoyan al piquijuye JG, es que este bellaco es un desprestigiado traidor; descaradamente llegó al poder tras la mano de Correa para luego denigrar del ser que le dio la posibilidad de llegar al gobierno; este tunante propició el endeudamiento del gobierno con el FMI; el perjuro desmejoró los alcances sociales de los jubilados, negando aquellos beneficios alcanzados durante el gobierno de Correa; violó las leyes internacionales en materia de asilo con respecto al periodista Assange; persigue despiadadamente a los funcionarios que trabajaron en la administración de Correa, quienes al igual que Lenin, fueron copartícipes de dicha gestión. Al igual que con las otras joyas no me puedo extender. El mequetrefe de JG, exhibe con orgullo en su saco la presea que confirma el apoyo del presidente de Ecuador a la invasión militar gringa contra Venezuela.
Otro de los forajidos que le brinda apoyo al majadero de JG es Sebastián Piñera, el peor presidente de Chile en los últimos cien años, según algunos analistas políticos. Entre las "finuras" de este "destacado neoliberalita" figura: la violación reiterada e insolente de los derechos humanos de los chilenos; es responsable de las muertes de varios indígenas mapuches en su intento de rescatar las tierras que les pertenece; acusado de nepotismo al colocar en el gobierno algunos de sus familiares; frenó el crecimiento económico de Chile; durante su gestión se acentuó la delincuencia; también aumentaron los despidos masivos acrecentando el desempleo; en materia de impuesto favoreció al más rico; como consecuencia de los recortes presupuestarios se produjo una desmejora en la atención en materia de salud y educación del pueblo chileno, prácticamente privatizadas…Al igual que los anteriores me faltaría espacio para nombrar los desbarajustes de este político mendaz, quien es muy bueno en materia injerencista contra Venezuela, pero no para resolver las penurias del pueblo chileno.
Me restan nombrar muchos más de los cofrades que apoyan al fatuo de JG y de sus adláteres, un grupo de cobardes quienes por miedo, no logran enfrentar cara a cara al presidente MM y tuvieron que recurrir a los agentes extranjeros en sus pretensiones de entregar al país a cambio de lucros personales.
Por lo general todos los traidores son unos cobardes y el sirviente de Juan Guaidó es uno de ellos, así mismo estos fulanos esconden su cobardía detrás de las faldas de sus protectores y patrones. Bien lo afirmó el general Simón en la carta de Jamaica de 1815: "El alma de un siervo rara vez alcanza apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos, o se humilla en la cadenas". Lee que algo queda.