Se puso a derecho la oposición. Ganando con 220.000 votos a base de una estrategia mediática nacional e internacional desinformativa y descalificadora, con estudiantes de clase pudientes financiados por la USAID_CIA, con todo el conglomerado político y económico de la derecha internacional, con asistencia del Vaticano y de la Iglesia purpureante nacional, esto sólo podría considerarse como una victoria maltrecha. Ha esto debemos añadirle algunos alcaldes y gobernadores del “proceso” que no veían con buenos ojos al Poder Comunal. La revolución no ha comenzado, apenas asoma la cresta que inevitablemente irrumpirá con la propuesta humanista socializante que tarde o temprano anidará en el proyecto de vida de la gente. Los que sufragamos a favor del sí lo hicimos convencidos moral, política e ideológicamente de un ideal socialista que lo pensamos como un proyecto de vida, de nación, liberador del sujeto dominado social y culturalmente, promoviendo al nuevo hombre que ya prefiguramos en la constitución de 1999. Los sufragantes del no accionaron (conscientes o no) defendiendo sus intereses individuales, sus pequeñas o grandes posesiones no amenazadas, la prevalencia del latifundio y los monopolios, y sobre todo promoviendo la desnacionalización, allí en ese esquema de vida ellos se sienten libres; Mijail Bakunin decía al respecto: “yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean”.
Esta clase política y social pronto se dará cuenta que están entrampados: aceptaron las reglas del juego definitivamente, hicieron suya la constitución de 1999, aceptan al CNE, pero sobre todo, aceptaron el liderazgo del Presidente Hugo Chávez, por que fue sólo hasta que nuestro presidente habló y aceptó los resultados, que se sintieron con permiso de salir a celebrar. Hoy pareciera que el silencio de la oposición se escucha más duro que nuestro revés temporal. Los vencedores parecen vencidos, el chavismo está en la calle con más de siete millones de electores, y ya se ha comprobado(y me atrevería decir que el respaldo es mayor). La propuesta social y cultural que hoy manejamos no la puede ofrecer la oposición. Y es allí donde tenemos la ventaja, es decir, se puede mentir una vez, varias veces, y eludir la discusión ideológica, pero esto tiene vida de insecto, corta y tarde o temprano tendrán que admitir que su propuesta es liquidar pdvsa, pactar con las corporaciones internacionales, promover el libre mercado depredador y minimizar al Estado a su expresión más diminuta, en ese momento la historia corregirá estos entuertos y dará de nuevo al Proceso el aliento para desarrollar la utopía liberadora del hombre y la mujer.
Por lo pronto debemos ver en estos días como se vende como pan caliente, en la Plaza Altamira, la Constitución de 1999, y ver como la atesoran en sus bibliotecas como una Biblia más de su hogar. Ah… ahora son bolivarianos. Bienvenidos, pero.. Quien venció entonces?
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