El Acaparamiento y la Escasez Inventiva de quienes lo provocan

“No cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor” refería el aun célebre y un tanto sapiencial Juan Gabriel. Actualmente la reaccionaria oposición venezolana con el cacareado festín mediático del Desabastecimiento ha comenzado a cosechar el solitario destino que acompaña todo amante fastidioso y rutinario. Tanto y tan irracionalmente ha sido el esfuerzo por aterrarnos mediante su provocada Escasez que definitivamente, a consecuencia de su escasa inventiva y reconocible idiotez, terminó por inmunizar al gobierno de cualquier posible culpa sobre algo que desvergonzadamente ellos estaban auspiciando. Se tornaron tan frígidamente aburridos en tratar de convencer que Chávez era incapaz de resolver el acaparamiento que fueron golosamente invirtiendo su escasa credibilidad, quedando desenmascaradamente al desnudo.

Una de las máximas que aun no han aprendido los gringos de Vietnam y, sobre todo ahora, de Irak y Afganistán, es la de no mantener por mucho tiempo determinada táctica militar. El enemigo en cierto tiempo termina por asimilarla y contrarrestarla con aun mayor contundencia y efectividad.

La estrategia del acaparamiento alimenticio, el hostigar salvaje e inhumanamente a través del hambre, es tan recurrente que puede decirse que se ha tornado mítica a la hora de querer tumbar gobiernos. El Chile de Allende cruelmente se convirtió en una amarga e inmerecida estadística.

A diferencia de los aciertos obtenidos en otros países esta estrategia en Venezuela ha chocado con una contrastante realidad. El sector privado no maneja las riendas del aparato productivo y económico del país. La poderosa industria petrolera nacional ha sido precisamente la que no sólo ha generado la actividad económica del país, sino que ha subvencionado parasitariamente, incluso, al sector privado.

El posible éxito o incertidumbre que haya podido alcanzar este develado desabastecimiento lo ha propiciado, es necesario reconocerlo, el nivel de corrupción hoy aun presente en el país. Los sectores reaccionarios bien han comprendido que la mejor inversión para desestabilizar al gobierno y sus estructuras se encuentra en la de promover y financiar la corrupción.

El estratégico y vertiginoso aumento del contrabando de extracción ha promediado nuevas variantes al problema de la inseguridad y el acaparamiento. El paramilitarismo uribiano ha encontrado en este negocio atractivos alicientes para financiar y promover planes futuros de penetración a Venezuela. Una posible alianza entre los sectores privados venezolanos y las Autodefensas de Colombia para facilitar el derrocamiento de Chávez vía Escasez Alimentaria parece ya no tan descabellada.

El reciente alijo de tonelada y media de alimentos de Mercal (pollo, carne y leche) encontrado en una Clínica Privada ha corroborado en la opinión pública el verdadero trasfondo de esta ya descalificada pretensión. Las igualmente importantes e innumerables incautaciones de toneladas y toneladas de alimentos en dirección al vecino país, son tan frecuentes y desvergonzadas que ya quienes a pleno sol padecen la falta de estos productos comienzan a sacar sus propias conclusiones. Gracias a esta estrategia de la Oposición Chávez nuevamente se ha convertido en el principal e incondicional aliado del pueblo venezolano para combatir y vencer el hambre.

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Waldo Munizaga


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