Luego de conocerse los resultados del referendo consultivo del pasado 15 de febrero, las cabezas visibles del oposicionismo ofrecieron una serie de discursos que, además de carecer de contenido, no hicieron más que sumar a la locura colectiva que abonan en las raíces de sus seguidores.
Y es que su mensaje se caracteriza básicamente por una constante y premeditada contradicción. Recordemos:
(1) Para Sumate las máquinas “capta huellas” vulneraban el secreto del voto y con ellas el gobierno sólo quería un registro de los electores para coaccionarlos y perseguirlos. Este año 2009, María Corina Machado aseguró en Globovisión que la capta huella era necesaria para garantizar el voto y que no hay forma de vulnerar el secreto del sufragio.
(2) El 3 de febrero el Tribunal Supremo de Justicia declaró “inadmisible” un recurso de la oposición que pedía reabrir el registro electoral, para éste referendo consultivo. Pero, para las elecciones regionales de noviembre de 2003, solicitaron por todas las vías que cerraran el registro electoral.
(3) Hasta mediados de 2007, según la oposición, las misiones sociales eran una forma de ponerle un bozal de arepa a los venezolanos, de malgastar el dinero. En las regionales de noviembre pasado, las defendieron, ofrecieron mantenerlas y hasta enviaban mensajes alentadores a los misioneros.
(4) Ismael García y el general Baduel, siempre fueron representantes del “régimen” tiránico. Ahora, paladines de la libertad. El color rojo era la representación de la violencia y la sangre. En las regionales y el referendo, se fusilaron el color rojo y los íconos de la campaña del Psuv.
Hasta ahora, el discurso oposicionista no presenta ningún argumento sólido que le permita construir una visión más o menos integral de la economía o la geopolítica. A duras penas, echan manos de consignas panfletarias como el anticomunismo o la devoción a santos del catolicismo para adornar las escenografías mediáticas.
El analista Alberto Aranguibel define el discurso opositor de ésta manera: “ Su dificultad (la razón de fondo de su recurrencia en el fracaso) es que busca llevar adelante una lucha sin causas comprobables: reclaman libertad en uno de los pocos países donde existe y se consagra constitucionalmente una libertad plena, tanto para la empresa y los partidos políticos como para los ciudadanos. Acusan de comunista a un gobierno que no expropia el capital privado y que honra la deuda externa como ningún otro país de la región y de tirano al único mandatario de nuestra historia que se preocupa por la mayoría excluida de la población y le brinda salud, educación y sustento. Es decir, tratan de hacer sustancial lo insustancial. Construye, en definitiva, un pensamiento sin pensamiento ”.
Atrás parece haber quedado eso de llamar al gobierno bolivariano “el réeeeeeeegimen”. Sus nuevas consignas son: “un país distinto”, “una dirigencia distinta”, “un proyecto distinto donde nos abracemos blancos y negros; pobres y ricos”. (Como en los discursos de los presidentes estadounidenses donde les colocan detrás un chino, un latino, una rubiecita y dos negros, para –dicen los publicistas- dar imagen de inclusión)
Hasta ahora lo único distinto que han mostrado es: un Golpe de Estado de derecha, un brutal Sabotaje Petrolero, unos estudiantes que reivindican al represor Rómulo Betancourt y que incendian ésta ciudad y una dirigencia sin nuevos rostros y que le niega el paso a los opositores emergentes (sino miren a Omar Barboza, Teodoro Petkoff, Manuel Rosales, Henry Ramos Allup, el gocho Pérez Vivas, Liliana Hernández, Antonio Ledezma, los Salas Römer… y la lista de viejos ultraderechistas, es larga).
En definitiva, quitando la metralla publicitaria, el oposionismo a Chávez, no logra presentar un discurso sustancial, ni coherente. Su recurrencia a los clichés, cada vez con más estruendo se estrella contra la conciencia de un pueblo al cual desprecian y que sólo buscan (como han hecho siempre) en épocas electorales. La mentira y la saña mediática y política resultan sólo en irrespeto a la inteligencia y racionalidad del pueblo. El 15 de febrero les quedó claro aunque ahora no digan que perdieron sino que llegaron de segundos.
