Ruega que la cepa se multiplique como los mautes de Rosales

¡Oposición felíz, llegó la gripe porcina!

El gran teórico de la oposición, el mismo que ha venido promoviendo, con el disimulado pero entusiasta respaldo de Pompeyo, la recolección de fondos para ayudar al señor Zuloaga a pagar las obligaciones de Globovisión y las multas que podrían derivarse de la depredación y acaparamiento practicados por el mismo personaje últimamente mencionado, gritó con alborozo, ante una abigarrada multitud de dos docenas de partidarios, un “¡viva carajo, al fin llegó a Venezuela la gripe marranera!”

Y agregó con evidente euforia:

“Sabíamos que nuestros diablos nacionales y satánicos contactos internacionales, invocados con verdadera devoción, no nos fallarían”.

“¿Cómo concebir que los ruegos de Baltasar Porras, dejarían de ser oídos por quienes dispersan plagas, virus y maldiciones por el mundo?”.

Otro que le acompañaba, porque es tan denso el pensar de ese sector, que uno solo no es suficiente para llevarlo encima, poder voltear el envase que le porta y hacer correr lo que tiende a pegarse en las paredes, tomó la palabra y agregó:

“En verdad, habíamos arribado al desespero. Llegamos a creer que los demonios y los Jinetes del Apocalipsis, habían saltado la talanquera e ido también al lado de Chávez”.

“Nuestros vigías, desde que la bendita gripe pasó por Méjico, oteaban el horizonte sin cesar y bajaban de sus puestos, en el palo mayor de la nave capitana, como Rodrigo de Triana, tantas veces frustrados por no poder gritar a pulmones plenos: ¡Virus porcinero a la vista!”

El otro, feliz y contento como si tuviese un trompo en la uña, volvió a tomar la palabra y dijo a la apretada concurrencia y los trabajadores del canal que siempre en compañía de ellos andan buscando la noticia, lo que sigue:

“Llegamos a pensar con pesadumbre, que la porcina nunca llegaría y el zambo también se salvaría de esta vaina”.

Tomó aire, agua potable, no de Evián, como diría Roberto Malaver, pero si Perrier, sonrió con la felicidad del “Chacal de Nahueltoro”, aquel personaje de la película de Littin, al patear un balón, pese las acusaciones y estar encerrado en la cárcel y continuó el discurso que al alimón hacía con su pana:

“! Pero al fin llegó! ¡Nunca es tarde cuando la dicha es buena!”

“Ahora, con todo el placer que nos embarga, celebraremos que ella haya venido. Con énfasis e insistencia saldremos a gritar que eso también es culpa de Chávez. Como lo es la debacle del sistema capitalista mundial, el derrumbe del sistema financiero en las grandes potencias, la quiebra de la General Motors y hasta el genocidio cometido por Alan García.”

“Gracias a las prédicas de nuestros diabólicos contactos y acciones”.

Al escuchar esta última expresión, la periodista, la misma que manotea, empuja y adivina donde se expresarán las tragedias, manifestaciones y hasta inesperadas acciones contra el orden público, por atragantada, preguntó con torpeza:

“Dirigente, ¿Cuáles son esas acciones que ustedes han emprendido para traer la gripe cochinera?”

“Bueno compañera, esto debería mantenerse como secreto guarimbero, pero como ustedes forman parte de la banda y es fino el respaldo que nos brindan, voy a ofrecerle una primicia”.

Asió la botella verde y costosa llena todavía de agua traída de Vergéze, Francia, sorbió largamente, inclinando la cabeza hasta que gotas se deslizaron por el cuello y volvió su atención sobre la joven que le entrevistaba.

“Mire compañera, desde que se supo de la gripe, eso que el gobierno llama influenza para quitarle fuerza, hemos estado enviando gente a todas partes donde ella aparece. Timoteo Zambrano, Enrique Mendoza, Tejera Paris, Pompeyo, Teodoro, Ramos Allup y paremos de contar, pero la lista de los nuestros que ha viajado es larga”.

Tomó una bocanada de aire intensa y profunda, miró a los lados y regresó a concentrar su mirada en la muchacha que, periodista al fin, esperaba por la primicia para dar el tubazo.

Mientras tanto, la microonda clandestina, presta estaba para conectar con el corazón de la planta.

“Mientras ellos iban y venían, nuestros sacerdotes quemaron incienso como monte y lanzaron letanías a los demonios. El aquelarre aquel fue de espanto y brinco, pidiendo que los endemoniados enviados trajesen la “Caja de Pandora” y de ella los virus saliesen a contaminar a todos, tirios y troyanos, hasta nosotros mismos, con tal que eso sirviese para tumbar a Chávez”.

“¿Y qué pasó?”

Continuó con su imprudente y ladilloso preguntar la jovencita, mientras le batía el micrófono en la cara.

El acompañante tomó la palabra. Al líder principal se le agotaron las palabras y pareció apenado.

“Sucedió señorita, pero le ruego que por solidaridad no lo repita, que a ninguno de nuestros enviados se les pegó la gripe. Es decir, ni el virus ese les hizo caso”. “Y para mas calamidades nuestras, el precio del petróleo viene subiendo como espuma”.

“Pero llegó. Sea como sea, aquí está. Roguemos a los diablos que nos protegen que esa cepa se multiplique como los mautes de Rosales”.

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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