En mi época de niña y adolescente leí lo que cayó en mis manos. De Corín Tellado devoré decenas de novelas. También muchísimas tiras cómicas de lo que en Altagracia de Orituco llamábamos suplementos: Batman, Tarzán, Kalimán, Condorito, Supermán… Susy, secretos del corazón, que no eran tiras cómicas sino dramáticas. Puro llanto. Novelas de vaqueros o del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía que eran de mi papá También teníamos un sistema de compra de libros por suscripción imprescindible en el interior, donde las “librerías de lectura” no existen. Por cierto, nunca he entendido porque las llaman así. ¿Será que hay librerías de libros que no son para lectura?
Así accedí a Gallegos, Hesse, García Márquez, Vargas Llosa, libros de educación sexual, best seller de adolescentes alcohólicas y drogadictas y pare de contar. Variada fue la incursión de la familia Chacín Díaz en el mundo de las letras y la “currrtura”. Recordaba esto no por hacer una autoevaluación a estas alturas, sino para tratar de explicarme por qué gente “leída y culta” es pasto tan fácil de cuanta campaña pone a rodar la oposición venezolana. ¿Será que les faltó leer alguna novela rosa o de vaqueros?
¿Hasta cuando habrá que explicarle a cierto sector de venezolanos que eso de que le arrebatarán a sus hijos y a la patria potestad o de que hay que apartar una habitación en las casas para los pobres, es pura propaganda? Y es que no logro entender de dónde sale tanta docilidad “intelectual”. ¿Cómo se tragan con tanta facilidad tanta insensatez junta? Y se la tragan cada dos años más o menos.
La “ofensiva comunicacional” de la oposición venezolana desempolvó, otra vez, recetas de la CIA que ya han sido probadas en Venezuela en estos diez años. Remember los movilizaciones por el decreto 1.011 y la consigna “con mis hijos no te metas”. La ofensiva es desde todos lados y con cualquier barbaridad. Hay que leer bastante porque los temas son diversos. Escoja el que más le guste. Desde la monserga según la cual el gobierno le quitará los hijos a padres y madres, hasta la más tangible como la polémica desatada por el texto de la Ley de Procesos Electorales. Que no todo es provocado por la estrategia opositora. Con la representación proporcional de las minorías lo que no se entiende es la estrategia revolucionaria. Pero les debo esa otra “lectura”.
Decía que estas olas de agua sucia reaparecieron, ¡oh casualidad!, en momentos en que el Presidente Chávez anunció al mundo la desarticulación de otro plan de magnicidio. Denuncia que no fue tomada en serio, otra vez, ni por los medios de comunicación ni por la oposición. La reacción no descansa y no dejan de trasmitir por ningún medio a su alcance esa sensación de que el país en cualquier momento se va a hundir, esa sensación de que todo lo que el gobierno dice es mentira, esa sensación de que vamos hacia un abismo, esa sensación que tiene a millones de venezolanos en una zozobra permanente. Es la misma receta. Intentan prepararnos, como en 2002 y 2004, para que les demos las gracias por “salvarnos”. No son originales. Ni cuidadosos. La estrategia es abierta. Siguen jugando al todo o nada. Menos mal que yo me topé con los libros de los españoles Corín Tellado y Marcial Lafuente Estefanía, si no ya habría entregado a mi hija en adopción a algún extranjero para salvarla del comunismo. No te digo yo.