Si algo hay esencial al ser humano es el terror a las tragedias naturales. Pero parece que no siempre. Al menos en Venezuela.
Aquí hay un sector deseando, ansiando, suspirando por tsunamis, terremotos, diluvios, pestes, meteoritos, sequías, volcanes, tempestades, huracanes, tifones, tornados, ciclones, las Siete Plagas de Egipto. Mínimo.
Una beata impía rezaba cerca del tanquero Pilín León, varado y rebosante de gasolina, que durante el Paro Patronal comenzó a moverse. Beata porque rezaba, pero impía porque oraba para que el barco, hoy el Negra Matea, estallara y arrasara a Maracaibo, incluyéndola a ella. “¡No importa, con tal de salir de Chávez!”. En su locura intuía que si se movía ese tanquero el Paro entraría en barrena, como entró la oposición desde entonces. Por eso el Imperio crea más bases militares alrededor de Venezuela y resucita la IV Flota, porque sabe que no cuenta sino con una oposición chapucera y malandra en que Salas Römer dice que el matón Julio Rivas tiene “pegada”. Tal vez se refiere a las pegadas que Salas le ordenó propinar en la tángana del 6 en Valencia.
Ese “con tal de salir de Chávez" permite los peores despropósitos. Que se derrumben los precios petroleros, que nos arrase esta crisis capitalista, un desempleo devastador, una inflación catastrófica, una invasión demoledora, así pasemos varias generaciones recuperándonos, “con tal de salir de Chávez".
Toda sociedad persigue y reprime a los pirómanos, como a otros afectados por el síndrome de la fatalidad. Pero aquí hay quienes aplauden a esa variante de pirómanos llamados guarimberos, que queman neumáticos, chaguaramos y parques.
Repito: como Chávez es para ellos el Mal Absoluto, cualquier otro mal, por ruinoso que sea, resultará siempre menor. Por eso no les importa la muerte ni de sus hijos en una gran peste o en un cataclismo, porque ese mal es necesariamente inferior a Chávez.
Ahora están aterrorizados ante la posibilidad de que llueva y no haya el gran apagón nacional que están deseando patológicamente. Si Venezuela desaparece como la Atlántida, no importa porque entonces ya Chávez no tendrá país que gobernar. Chávez es, pues, peor que la muerte. Parecen locos. Son locos. El Diablo existe y es humano.
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