Los Yukpas están muy lejos de Miraflores

Dada la inseguridad fronteriza del Zulia, la situación socio económica del pueblo Yukpa se complejiza de manera ascendente; cada día se parece más, salvando las diferencias por supuesto, con la compleja y violenta situación que vive la nación Wayuu en la Subregión Guajira, o en toda la Guajira colombo venezolana. Para ello no alcanza el dinero generado por la lánguida renta petrolera, y por supuesto otras preocupaciones políticas por abordar en las capitales de los estados y en Caracas en especial no les permiten mirar al Gobierno hacia la lejana frontera perijanera, más cuando en las carreteras y caminos que la cruzan están los hombres armados del Estado y del Paraestado que de ellos se deben encargar. Así se ha determinado.

Invisibilizarlos, primero.

Con el tiempo, no se reparan los caminos que comunica la ciudad de Machiques con las comunidades principales ubicadas por cuenca de ríos para que así nadie las visiten y ellos le cueste cada día más salir de las montañas de la Sierra de Perijá. El gobierno no honra sus obligaciones que por ley y convenios internacionales firmados deberían cumplir, porque no hay acceso a las comunidades; así de simple responden. No pueden llegar los camiones con los materiales para hacer las casas, por ejemplo, o los médicos, ni las jornadas de salud.

Cuando un vocero de alguna comunidad logra llegar a la puerta de una institución, el policía o el funcionario de turno le dice que mejor vuelvan mañana, o que deje sus datos para que lo visite mejor una comisión en su comunidad. O que espere unos días allá en su comunidad para resolverle su problema de pago de Madres del Barrio, aunque en su comunidad no hay barrios, ni carreteras, ni llegan nunca las bolsas de comidas. O que va, cuando el problema es de tenencia de la tierra, una comisión del INTI acompañado de funcionarios del MINPPI.

Tratamiento mediático, segundo.

Como la sociedad en general los ven entrando y saliendo por las puertas de las instituciones con las manos vacías, o protestando frente a ellas una que otra vez, o aparecen expresando sus inquietudes de vida o muerte en algún medio de comunicación de la oposición; astutamente los canales del Estado Gobierno los sacan cuando son invitados para algún acto político del Psuv o de aisladas propaganda de alguna ayuda ministerial u jornadas puntuales, o algún acto relacionado con el impulso del Arco Minero.

En estos días, para el Día de la Resistencia, duró Sabino Romero, hijo cuatro días para asistir a una acto en Amazona, y lo que le dieron fue sólo 600 bolívares para comprar dos vacas luego de varios meses de elaboración y presentación de un proyecto de ganadería, y visitas a granel al Consejo Federal de Gobierno en la ciudad de Maracaibo.

Ahora con su hermano menor Samuel el lunes 22 de agosto de 2016 salió en la madrugada de su comunidad Chaktapa a Machiques, de allí a Maracaibo para tomar un bus en la noche a la ciudad de Caracas para ver si le dan otras vacas más, pues en el acto de entrega del proyecto habló con el Ministro de Cultura Ñañe, quien le dijo que se fuera a su despacho, le dio el teléfono que por supuesto no atiende, que él lo ayudaría; fueron a buscar por UNEARTE al Catire o a Fidel para que los ayudaran en esta travesía por Caracas. Pues también iba hablar del brote de paludismo que diezma sus comunidades en los ríos Yaza y Tukuko donde habitan las tres cuartas partes de los Yukpa, así como a las comunidades Wayuumaana y Kasuusain a orilla del río Socuy, municipio Mara.

Pero también quiere visitar al IAN para de nuevo plantear el pago de las haciendas que faltan por adquirir, el arreglo de las vías, de las viviendas a construir prometidas por Jagua cuando era Vicepresidente, del robo de ganado, las ayudas agrícolas, el hambre...

Pero nada de esto sale por VTV, o TELESur, ni por el Correo del Orinoco, sólo de manera aislada y esporádica por uno que otro medio de la oposición.

Que la violencia se trague a algunos, terceros

En tercer lugar, es muy fuerte la presencia y el avance de la delincuencia colombiana en la frontera, de la distribución ahora de la droga en las comunidades Yukpa, principalmente en los jóvenes, del pago de altas sumas de dinero en sacos y droga a cambio de vacas robadas. Y el traslado organizado a Codazzi, Colombia de cientos de estos animales. Ya no son estos factores fronterizos delincuenciales colombianos, ya ellos se salieron de estas tareas riesgosas, son sólo ahora financistas o intermediarios, ya no ejecutan estos antiguos trabajos. Son los indios los que tiran las operaciones y arrean el ganado, o colombianos pobres de la zona. Generando de esta manera divisiones entre las comunidades y enfrentamiento entre los que roban y los que no roban, entre los líderes de estas comunidades que apoyan y las que no participan; la situación es tensa, más cuando hombres armados del Estado Gobierno participan en este negocio compartido con los hombres armados del Paraestado delincuencial presente en todos los municipios fronterizos tanto del lado colombiano como del Zulia. Este entente delincuencial es hoy el que gobierna la frontera Yukpa, como más al norte la frontera Wayuu.

Crece cada día más números de indígenas en el Zulia que no trabajan la tierra o la artesanía, son pendencieros como en la época de la colonia, sin oficios definidos, son víctimas de la violencia del Paraestado y la dejadez activa del Estado Gobierno. Incluso hay hoy ya actividades compartidas entre estas dos formas yuxtapuestas de Estado, inclusive se necesitas, se auxilian, se intercambian roles y personal. Hasta importantes sectores ganaderos se lucran con la venta de sus vacas y el pase de contrabando a Colombia de su ganado ya sean por el municipio Machiques de Perijá, Mara, o la Guajira.

Etas dos maneras de Estado fronterizo, sus operadores coinciden con el desmembramiento de los pueblos y comunidades fronterizas, principalmente indígenas, entre ellos los Yukpa que por su naturaleza Caribe guerrera no comprenden del todo, por ello no los dominan. La muerte violenta del líder de la comunidad Tinacoa Cristóbal Romero se enmarca en esta nueva situación delincuencial. Son los Yukpa quienes ahora cargan con los muertos, con los presos en las cárceles y sus locos por tanta droga suministrada. Pero nada de esto sabe el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas (MINPPI).

O que el hambre se los termine de llevar, cuarto

O los pueblos y comunidades indígenas entran en este perverso juego de poderes entre funcionarios del Estado Gobierno y colombianos del Paraestado o no comen de las bolsas de comidas, o no tienen créditos, o no se le hacen las viviendas, o carecen de transporte… Son ellos los que dominan estos dos aparatos de poder (los dos Estados) los que deciden qué organismo o funcionario entra en una comunidad determinada, o en la frontera en general, quienes están o no en una sala de batalla, o por quien se vota hoy en día en la frontera.


 



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