Nuestro nivel político es muy bajo, aunque en el mercado existen muy buenos libros que describen historias y vivencias de personajes que hacen leyendas en ese caminar. El germen revolucionario se disipa ante lo silente de una Asamblea Nacional con pre candidatos que desconocen la interpretación de un discurso político.
Colocamos al guerrero Guaicaipuro en un pedestal donde se colocó en el pasado a un genocida y avasallador como Cristóbal Colón, obviaron las reglas elementales del método histórico y abandonaron la comprensión del pasado y de allí vienen los anacronismos.
Yo no creo ya en la tal guerra económica, esto se originó porque hay infelidad al pensamiento del Legado chavista, no puede haber renovación del marxismo, si no hay mentes capacitadas para proponer nuevos derroteros y el reencuentro con la patria, que, es símbolo de libertad.
El nativismo indígena nos cautiva y contagia para expresar los indicios del marxismo y la tradición andina, las luchas indigenistas y campesinas buscaron mecanismos para su identidad como heroísmo ante la patria, somos el arraigo de Chávez y su ideario mesiánico.
La tertulia de la calle, desconoce al presidente Nicolás Maduro Moros como una realidad ante la nación, mientras el partido psuvista le falta fuerza de activación hacia las masas populares, el pueblo sigue al comandante Chávez Frías. Es admisible, quién no recibió su humanismo y carácter afable como presidente de ésta República Bolivariana.
Se debe confrontar las teorías con el sistema político imperante. La actual campaña electoral debe tener sus precisiones y debemos organizarnos como partido, tener contacto con nuestras masas y elaborar un programa cónsono con la realidad del país. Es el momento de desvincularnos de muchos movimientos que quiebran la unidad partidista del Psuv.
La revolución bolivariana, avanza en éste cuadro político, y debemos asumir responsabilidades que le toca actuar al mayor partido de Venezuela al lado de su pueblo.