Mariano Crespo plantea, en su artículo de aporrea org titulado "Aristóbulo Iztúriz, ni que fuera mago", interrogantes muy interesantes que todo el mundo se hace. Por qué Maduro no empieza desde ahora a tomar las medidas que sean necesarias para mejorar la situación económica en vez de esperar a ser reelecto para hacerlo. Esto tiene mucho sentido y el comando de campaña de Maduro debería tomarlo en cuenta y aclararlo para no dejar dudas al respecto.
La mejor campaña electoral que Maduro puede hacer es empezar desde ahora mismo con lo que dice que va a hacer apenas sea reelecto, porque la gente tiene derecho a pensar en la parafernalia de un Mago de Oz escondido detrás de la cortina. No tenemos espacio ni tiempo para cometer errores porque lo que está en juego no es poca cosa. Recuerden la sorpresa, el asombro y la estupefacción de todos los chavistas el 06/12/15. Nadie se esperaba la paliza que recibimos en aquel día aciago. Lo peor que podemos hacer es llenarnos de triunfalismo con los resultados positivos de las tres últimas elecciones sin tomar en cuenta dos variables que siguen latentes: el descontento mayoritario de la población y los dos millones de chavistas indignados cuyo comportamiento es imprevisible.
A pesar de estas variables reales y existentes, favorables a la contrarrevolución pudimos ganar las últimas tres elecciones de manera diáfana y contundente, pero estos resultados no tienen que repetirse inexorablemente si hay nuevos errores y omisiones. En todo caso el balance, a nuestro favor, entre los aciertos del gobierno y los errores de la oposición, hasta ahora, es lo que nos ha dado la ventaja política de la cual disfruta actualmente la revolución bolivariana. No abusemos de nuestra buena suerte ni pensemos que tenemos a Dios agarrado por la chiva.
Yo sigo insistiendo, porque lo vivo diariamente desde adentro del chavismo, que el principal logro organizativo en las masas, de esta revolución, es la del CLAP, porque es un paso trascendente del poder popular en la transición al socialismo. Si este esfuerzo y este logro se disuelven en otras iniciativas, aunque estas también sean loables y positivas, se corre el riesgo de no fortalecer, incrementar ni perfeccionar el arma social más poderosa que la revolución bolivariana ha inventado para derrotar la guerra económica del capitalismo y el imperialismo. Lo correcto sería concretar la idea de ¡Todo el poder para los CLAP! Aquí está la clave del triunfo económico en esta coyuntura política donde no podemos volver a equivocarnos.
