Hay movimientos que están ya dejando de ser subterráneos, se elevan como magma volcánico y pronto harán erupción.
El pueblo ha despertado: ya pasó la luna de miel que permitió a los
revolucionarios "quincena o muerte" hacer su desfile en los pasillos
del aparato público mientras la esperanza de cambios reales mitigó el
Caracazo parte dos que se fue diluyendo en las innumerables marchas de apoyo al proceso y la concurrencia a los comicios electorales que han marcado el ritmo de estos nueve años.
Ahora vamos a ver si Venezuela es realmente de todos.
El séquito de burócratas enflusaos y perfumados que navega en el portaviones de la popularidad del presidente Chávez tiene que aterrizar a la realidad de un pueblo que les entregó más que el voto: el corazón. Respondiendo al llamado a la participación popular que es el lema del liderazgo indiscutible de Hugo Chávez, los colectivos de base damos un paso al frente para respaldarlo y hacernos presentes para reclamar de una vez nuestros derechos y deberes, para compartir la carga del autogobierno sin intermediación de mecanismos hiperburocratizados o que defienden sus intereses y privilegios a costa de la eficacia en la solución a nuestros problemas cotidianos, sea en el ámbito urbano, con sus complejidades, sea en el ámbito rural, en estado de constante acoso por los sicarios de los terratenientes y las mafias legales que dificultan la vida del campesinado a través de juicios por supuestas invasiones de tierras.
Es hora de hablar de las Comunas, del Parlamento Nacional de Legislación Popular, del Consejo Popular de Gobierno, de Tribunales Populares y de la Milicia Popular.
Es hora de elaborar desde abajo las reformas constitucionales necesarias para una democracia realmente participativa.
Es hora de asumirnos como los protagonistas insustituibles de este momento histórico para mantener el impulso y evitar desviaciones y titubeos en la emancipación popular.
Ya estamos cansados de que las dirigencias nos apadrinen: nos toca a las bases hacer llegar nuestra voz clara y fuerte reclamando de una
vez... es más, tomando legítimamente control y responsabilidad sobre ese poder del que tanto se cacarea que "es nuestro".
El poder no se mendiga: se arrebata. El poder popular no se decreta: existe como la luz del día, el canto de los pájaros y las olas del mar.
¡Hacia la Gran Asamblea Nacional Popular!
¡Ahora llegó la hora del pueblo!
¡Construyamos en la calle lo que no conquistamos con el referéndum!
¡Romperemos el cerco burocrático!
Fecha: 19 de Enero 2008, a partir de la 9am
Lugar: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, El Valle.
muninifranco@gmail.com
