Recientemente se juramentó el Consejo de Planificación Local del Municipio Bolivariano San Francisco, una de las mejores ofrendas que este pueblo hizo a la celebración del año bicentenario de la gesta emancipadora de nuestra Patria. Ofrenda que anuncia, el tránsito hacia la concreción de la lucha por la independencia definitiva; luego de elaborarse durante más de diez años el piso jurídico de un proceso revolucionario pacífico, inédito.
Por ello, en este momento urge que el pueblo detente el poder real, no retórico, y el Consejo de Planificación local es un instrumento idóneo para lograr tal propósito, pues su puesta en marcha garantiza “…la tutela efectiva del derecho constitucional a la participación libre y democrática en la toma de decisiones en todo el ámbito municipal, para la construcción de la sociedad socialista democrática, de igualdad, equidad y justicia social.” (Artículo 4, Ley de Consejo de Planificación Local).
La ley revela el gran compromiso que tiene la referida instancia con las comunidades, razón por la cual cada uno de sus integrantes debe entender que no son meros representantes, porque entre otras cosas el carácter representativo castra la sustancial participación; han de entender que son voceros y por tal circunstancia deberán planificar junto a los diversos colectivos de las comunidades para llevar después sus “voces” al seno de ese organismo.
Pues
bien, con la juramentación del Consejo de Planificación local, en
San Francisco el Poder Popular ya suscribió un documento para contribuir
en el reordenamiento local, lo que impone grandes desafíos, entre los
cuales debe indicarse en primer término el de coadyuvar a cimentar
la nueva ética socialista en nuestras comunidades para que se piense
y planifique en función de los intereses de la mayoría.
