Una cosa es un problema que resolver y otra una situación que amerita tomar acciones para satisfacerla.
Alguien muy cercano a quien en vida admiré mucho por su agilidad mental, sus apreciaciones sobre la vida y capacidad de memoria, me dijo en alguna oportunidad que: "El ser humano además de ser contradictorio, cuando no tiene problemas los busca".
El Comandante Presidente, Hugo Chávez, con todo el esfuerzo de su persona y de su liderazgo, dejó en el estado Carabobo una estela o huella de votos a su favor, a raíz de su reelección del pasado 07 de octubre de 2012 que superó al 50% de los resultados en la región. Cantidad relativa que, traducida en términos absolutos se emite como cheque en blanco para el candidato a la gobernación del Estado para que este pueda darle un buen uso en las próximas elecciones del 16 de diciembre de 2012. Lo que debería entenderse: como tener la fuerza popular para mantener este caudal de votos y aumentarlos con ese mismo pueblo y el apoyo irrestricto del PSUV, sin necesidad de tener que comprometerse con una de la más rancia y traidora oligarquía, con sus lacayos y criados de libreta que hayan podido existir en toda nuestra historia republicana y evitar el muy recordado "voy pegao" de la cuarta república.
Con el debido respeto que entre mi persona, empresarios y políticos nos merecemos mutuamente, debo decir que el interés particular no es precisamente lo que en una economía de mercado se deja a un lado. Luego, en una economía revolucionaria y pre-socialista lo que si debe prevalecer es el interés común.
Cuál mejor apoyo podrían darnos los empresarios que están dispuestos a trabajar en procura de una mejor calidad de vida para nuestro estado que no sea la de invertir y crear nuevas fuentes de trabajo para nuestra población, asegurándole a los trabajadores estabilidad laboral, así como calidad y precios justos de sus productos y servicios para la población. Que mejor apoyo pueden ofrecer los empresarios para nuestro estado que no sea el de cumplir con sus obligaciones formales y contratar con el estado, compitiendo con ofertas valederas sin necesidad de pagar peaje a cualquier funcionario con apetencias de riqueza y evitando el convenio entre varias empresas que no permiten la mutua competencia para regular y controlar la venta y los precios a ofrecer al estado, conocido como cártel, muy utilizado por cierto, por algunos empresarios de la construcción.
Que mejor convenio puede ofrecerles nuestro candidato a gobernador a esos empresarios que apoyarían la candidatura del PSUV en Carabobo, que prometerles con fuerza, la aplicación sin dilación del Decreto de Ley Sobre Simplificación de Trámites Administrativos; la aplicación con fuerza de la Ley del Sistema de Seguridad Social, la aplicación sin contemplación de la Ley Contra La Corrupción; Ley Penal del Ambiente; la Ley de Contrataciones Públicas, entre otras.
Inaceptable sería que un empresario pueda nuevamente decidir a quién o quienes deban estar, por ejemplo: dirigiendo la secretaría de finanzas del estado, o la dirección de infraestructura; o la de influir en la escogencia de un funcionario para la dirección de cualquier otro organismo, como podría ser la inspectoría del trabajo (Dios nos agarre confesados), etc.
Para qué entonces, nos complicarnos la vida aceptando apoyo de quienes nos han adversado consuetudinariamente y que no podremos proveernos de la verdad, la cual podría ser supina y darnos cuenta al final de la jornada, tal como sucedió en una no muy lejana oportunidad, que pudo haber sido por tiempo indeterminado como una gobernación de corte revolucionaria.
Por qué no convocar a todos nuestros valiosos profesionales revolucionarios con experiencia y de comprobada solvencia (los hay por millares) tanto aquellos que se encuentran activos, como aquellos que han permanecido distantes al ver fallida la oportunidad de ser llamados para formar equipo dentro del gobierno o de sus instituciones, razón por la cual se mantienen alejados prestando sus servicios unos y otros siendo explotados miserablemente por el sector privado.
El sector económico privado puede convivir perfecta y felizmente dentro de esta revolución, bajo los preceptos éticos y morales existentes en nuestra sociedad, como de hecho ya existen; pero no pueden participar en las decisiones de estado porque su concepción ideológica capitalista es antagónica a la ideología socialista que se está tratando de instalar en nuestro país a través de la revolución. Por lo que no se trata en ningún momento de ser excluyentes, sino más bien cuidadosos.
Los problemas deben resolverse: primero identificándolos y clarificándolos, para luego establecer alternativas, valorarlas y finalmente tomar la decisión de escoger la más adecuada y de mayor valor asignado. Ahora, ante una situación planteada debe actuarse para mantenerla, mejorarla o eliminarla, no sin antes desde luego, valorar el camino para actuar.
El camino político, libre de monte y culebra dejado aquí en Carabobo por nuestro presidente reelecto Hugo Chávez, es una situación para la acción y solo admite la escogencia de dos alternativas mutuamente incluyentes que no pueden ser otras que mejorarla para mantenerla, y no para destruirla.
Creo que, trabajar duro en el poco tiempo que queda para la realización del proceso eleccionario es imperativo y se hace indispensable la búsqueda de una acción para evitar una abstención dentro de nuestras filas; estimulando la participación de toda la masa revolucionaria y su inclusión, la cual no dejaría espacio alguno para perder políticamente nuestro estado.
Es posible que, con lo que neciamente he manifestado en esta síntesis apreciativa de mi parte, si no tenía problemas seguramente ahora los tendré Pero uno no puede menos que recordar y advertir sobre hechos que inocente o premeditadamente se sucedieron y podrían volverse a repetir y no tener que recordar aquello que reza: "La primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez que lo hagas la culpa será mía".
Le doy un poco de humor a estas líneas, parodiando la reláfica de "Cupido al volante" de nuestro poeta Aquiles Nazoa y adaptado a este escrito: "Me diréis que esto es envidia; resentimiento, tal vez, pero eso de que un empresario vaya abrazado a un candidato para que todos sepamos que está cuadrado con él. Eso a juicio de vosotros muy bonito podrá ser; pero yo soy de otro parecer: porque un empresario, un empresario que en verdad aprecie a un candidato, debe escoger otro momento para abrazarse con él. Un momento donde no tenga unas elecciones ni a un partido que atender, sino el único afán de ayudarlo como dijo el tercio aquel".
Ante tanta mentira y especulación no nos compliquemos la vida y no cometamos los mismos errores que a otros los llevaron al fracaso político. Lo importante no solamente es alcanzar el gobierno o si prefieren: el poder. También lo es mantenerlo para sí y para otros que secuencialmente coincidan con nuestra ideología.
Valencia
Contador Público - Mg. Sistemas y Procedimientos - Diplomado en Normas Internacionales de Información Financiera - Especialista en Planificación Estratégica.
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