Entre los años 1919 – 1920 surgió en el cine mudo que había generado una explosión con el célebre Charles Chaplin, un personaje creado por la ficción del cine animado, conocido como “ El gato Félix”.
Desde sus orígenes – según los historiadores – su paternidad fue muy cuestionada y se habló incluso de plagio por parte de Otto Messmer, animador norteamericano quien se dijo lo había copiado del caricaturista y empresario del cine Pat Sullivan.
A una gran distancia y salvando las diferencias, surgió un gato no actor de cine; pero sí aficionado a la política, quien haría carrera inspirado en el más puro estilo adeco, mantenido hasta nuestro tiempo y reflejado de manera especial en su discurso, con imitación burda de Rómulo Betancourt y de su mentor Alfaro Ucero; políticos de la década de los 60 - 80 a quienes no pudo superar, a pesar existir los apuntadores y asesores de imagen de los tiempos modernos.
Desde su cuna, donde fue Alcalde, José Gregorio Briceño “El Gato” dejó como heredero a su hermano menor y se catapultó a la gobernación en la década de los 70-80, con enfrentamientos frecuentes con el gobernador Guillermo Call; a quien le traía a los vecinos en camiones, hasta las puertas del palacio blanco de la Plaza Bolívar de Maturín y cerraba con frecuencia las calles y avenidas en protestas continuas, que le arrancaron el aplauso y el fervor de los adecos y copeyanos de entonces.
Después vendrían tiempos donde, gracias a la mano peluda de Luis Miquelena, Chávez le quitaría el apoyo para perder las elecciones, al dividir el chavismo y dejar paso libre a su rival político e hijo putativo del “caudillo”, quien resultaría electo por gobernador; nos referimos a “el burro” Luis Eduardo Martínez (se inició la llegada del zoológico a la gobernación).
Vendrían tiempos de una pasantía por la Asamblea Nacional - sin mucha trascendencia - para abrazar luego el partido rojo y lograr la bendición de Chávez y llegar en sus hombros a la gobernación de Monagas, abandonando las naves de su recién creado partido “Mi Gato”, a través del cual aspiraba llegar a la silla de Miraflores; sueño que no sabemos a estas alturas, si acaricia todavía, a pesar de pactar con el perdedor de las pasadas elecciones, el candidato de Primero Justicia y de la MUD, “el perdedor” Enrique Capriles Radonski.
Lo más significativo del Gato Briceño - actual rival de la candidata del chavismo Yelitza Santaella - es que desde mucho antes que se anotara a perdedor, ya lo habían abandonado sus propios amigos a quienes ayudó desinteresadamente y los paseó por los más variados cargos administrativos; desde secretarios generales de gobierno, hasta flamantes presidentes de empresas y directores de Relaciones Públicas (muchos de ellos periodistas) y otros, sus propios paisanos hacedores de cultura.
Al llegar al final de la historia del “Gato Félix” - personaje animado a quien salvaría la tv - es importante observar como lo abandonaron sus “mejores amigos”; ahora dizque “auténticos revolucionarios”, quienes se pasean por la casa del Psuv y le cantan loas a Yelitza Santaella, porque aspiran regresar a sus anhelados cargos.
“Cosas veréis Sancho” porque a estas alturas del partido, el gato ya no está tan feliz.
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