Las campañas de cerco y aniquilamiento constituyeron parte fundamental de la estrategia antiguerrillera utilizada por las burguesías latinoamericanas para derrotar a los movimientos revolucionarios durante las décadas de 1960, 70 y 80. Los revolucionarios venezolanos estudiamos en su momento las enseñanzas que al respecto encontrábamos en los textos de Mao Tse Tung y Ernesto Che Guevara. La imperiosa realidad de nuestra lucha revolucionaria por el socialismo nos llevó rápidamente a tener que aplicar esas enseñanzas en la práctica de nuestros frentes guerrilleros.
Aprendí hace más de 30 años, de boca del comandante Roberto Rincón Cabrera, en los breves descansos de una retirada forzosa que intentaba romper uno de esos cercos, producida luego de un fuerte y prolongado combate que tuvimos contra fuerzas del ejército y la disip, cómo en Venezuela, y particularmente en la guerrilla oriental, los revolucionarios aplicábamos la estrategia de huir hacia adelante, que en el terreno significaba trazar la retirada por direcciones opuestas a las que indicara la lógica del enemigo. Si el combate se realizaba frente a una carretera, pues en vez de retirarse monte adentro, la columna guerrillera daba una vuelta en U y terminaba saltando la carretera y colocándose a espaldas del enemigo que nos perseguía.
Esa estrategia funcionó durante algunos años para bien de los revolucionarios, pero la acumulación de experiencia por parte del enemigo, y la delación de algunos guerrilleros que se pasaron al bando burgués, permitieron que en la masacre de Cantaura no funcionara dicha estrategia y facilitara el aniquilamiento de la columna que comandaba el camarada Rincón Cabrera. Cantaura nos enseñó amargamente, con la caída en combate de 23 camaradas, que las estrategias de los revolucionarios no podían ser repetitivas y que debían adaptarse en cada momento a las políticas contrarrevolucionarias que diseña permanentemente el enemigo imperialista.
Hoy en 2013, con la alta tecnología que posee el imperialismo, las estrategias que utilizamos los revolucionarios en la segunda mitad del siglo XX pueden haber perdido buena parte de su vigencia, y la lucha del pueblo por el socialismo transita por otros caminos, impensables en esa época, que nos han conducido a importantes triunfos políticos, pero que no dejan de estar igualmente expuestos a las constantes ofensivas del imperialismo destinadas al aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias.
La revolución bolivariana enfrenta hoy una estrategia renovada de cerco destinada al aniquilamiento del gobierno constitucional de Nicolás Maduro. Ya en años recientes vivimos y derrotamos campañas similares, pero la actual se desarrolla en múltiples vertientes que reflejan el minucioso plan que ha preparado el enemigo, el cual ha corregido errores anteriores y ha planificado nuevas acciones que complejizan el problema que hoy enfrenta el gobierno bolivariano. Esta campaña busca desmoronar progresivamente el respaldo popular hacia la revolución, de manera de conducir el proceso a derrotas electorales progresivas que termine sacándonos del poder, o que terminen debilitando de tal forma al gobierno de Maduro que genere una crisis política de tal magnitud que le facilite al imperialismo la retoma del poder político por vías extralegales. A este respecto puntualizamos:
1) LA CAMPAÑA DE DESABASTECIMIENTO ALIMENTARIO, por lo menos en el occidente del país, no es derivada simplemente del acaparamiento de empresarios opositores. ES PRINCIPALMENTE UNA CAMPAÑA DE PROMOCIÓN DEL CONTRABANDO HACIA COLOMBIA. Se ha constituido toda una red mafiosa dirigida a dejar sin alimentos a Venezuela, sustentada irónicamente en las propias políticas sociales del gobierno bolivariano. Esta red mafiosa está siendo promovida expresamente como un saboteo general hacia la distribución de alimentos dentro del país, pero que ha contado desde hace tiempo con la complicidad de elementos corrompidos civiles y militares dentro de las mismas instituciones encargadas de la política alimentaria y del resguardo de las fronteras. Hoy esta red de contrabandistas ha incorporado a miles de ciudadanos humildes, muchos de ellos de la etnia wayuu, que actúan como bachaqueros o compradores-revendedores permanentes de alimentos en los mercados públicos y privados de Maracaibo. Ante esta red de miles de personas, cualquier oferta de productos acaparados vuelve a desaparecer tan rápido como se ofrece al público. EL BACHAQUEO ES UN POZO SIN FONDO, no hay producción nacional que la soporte. Para derrotar al bachaqueo es imprescindible enfrentar a las sólidas mafias que dentro de nuestras instituciones bolivarianas permitieron por años que las mismas existieran y se consolidaran. Hasta hoy sólo vemos que se combate un pequeño eslabón de la cadena mafiosa: algunos supermercados acaparadores de alimentos. Pero el grueso de la red contrabandista esta en los mecanismos construidos desde hace años para llevar esos alimentos hasta Colombia; allí hay mucha gente involucrada, particularmente quienes les toca resguardar nuestras fronteras, y quienes administran la política alimentaria bolivariana.
2) Otro factor de igual relevancia que el desabastecimiento de alimentos es que se desarrolla simultáneamente UNA INFLACIÓN FUERA DE CONTROL QUE COMIENZA A DESMORONAR LA CAPACIDAD DE COMPRA DEL SALARIO DE LOS TRABAJADORES. La resolución eventual del desabastecimiento no termina siendo sino una solución muy parcial pues entonces las familias trabajadoras se encuentran con su poca capacidad para adquirir la canasta básica de alimentos (y demás gastos familiares) con los actuales niveles salariales del país. La alta inflación que hoy amenaza el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas de Venezuela debería obligar al gobierno bolivariano a revisar profundamente lo que ha sido nuestra política económica de los últimos años, y establecer correctivos destinados a impedir que continúe el auge de precios en los productos de primera necesidad. Medidas que ya han sido propuestas en numerosas oportunidades, como LA NACIONALIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR Y DE LA BANCA PRIVADA nuevamente deben ser consideradas ante una realidad que ha desbordado completamente las previsiones gubernamentales, ha vuelto sal y agua el aumento salarial decretado el 1º de mayo, y amenaza seriamente con profundizar el descontento y la confusión en el pueblo venezolano.
3) Bachaqueo e inflación forman parte de una estrategia de la burguesía internacional para generar malestar en la población venezolana, que busca provocar un estallido social, o por lo menos el desarrollo continuado de protestas callejeras e intentos de saqueo en supermercados. De esta forma contribuyen a la configuración de una crisis política que deslegitime al gobierno de Nicolás Maduro, obligándolo a retroceder y a pactar con el enemigo imperialista, buscando que determinados poderes institucionales o fácticos obliguen a la realización de unas nuevas elecciones en Venezuela. Esta estrategia imperialista parte de considerar que unas nuevas elecciones les permitiría ganar ampliamente las mismas, pues consideran que luego del 14 de abril el proceso de pérdida de respaldo hacia la revolución bolivariana ha continuado en descenso y ahora ellos sí podrían obtener la ansiada mayoría que les facilite su regreso al poder político.
4) Al bachaqueo y la inflación se unen otras estrategias simultáneas en las cuales pone énfasis el enemigo imperial: LA CRISIS ELÉCTRICA, que tiene plena continuidad en los constantes apagones que se suceden en todo el territorio nacional; LA EXACERBACIÓN DE LA VIOLENCIA HAMPONIL, que afecta incluso a líderes opositores y representantes diplomáticos extranjeros; LA CRISIS UNIVERSITARIA, cuyo abordaje no ha podido ser más aparatoso por parte del nuevo gobierno de Maduro, agudizando al máximo la tensión y las contradicciones de la política universitaria oficialista. Estos tres escenarios de crisis: sector eléctrico, inseguridad y universidades, también han sido generados por largos años de errores en la política gubernamental. No pretendemos ni tenemos espacio aquí para sugerir las medidas de fondo que pudieran comenzar a resolver estos graves problemas, pero sí decimos que no se resuelven con simples medidas puntuales (como cambiar ministros, sacar la FANB a la calle o aumentar el salario a los universitarios). Ya en otros documentos hemos sugerido diversas propuestas en esta dirección, y muchos otros camaradas han opinado de igual forma en los últimos tiempos.
Ante esta nueva ofensiva imperialista, que intenta aprovecharse de la debilidad derivada del fallecimiento del comandante Chávez y de los recientes y ajustados resultados electorales, el gobierno de Nicolás Maduro ha respondido con algunas políticas como el gobierno de calle, y la salida de la FANB para contribuir al combate de la alta criminalidad que sacude a las principales ciudades del país.
Pero sigue sin visualizarse con claridad un cambio radical en la estrategia gubernamental que se oriente a la recuperación de los millones de votos que han migrado hacia la oposición en los últimos seis años. Pareciera más bien que intenta congraciarse con los altos jerarcas empresariales de la derecha, con las recientes reuniones con el Grupo Polar, y con los dueños de las televisoras Venevisión y Televén. ESA GENTE NO APORTA NI UN SOLO VOTO PARA LA REVOLUCIÓN, y es por lo contrario una muestra de debilidad muy difícil de entender por un pueblo bolivariano que hoy sufre directamente los estragos de la escasez de alimentos, los constantes apagones, la inflación desbordada y el auge hamponil. La buena voluntad de la burguesía parasitaria venezolana es sólo una ficción que nadie puede creer con seriedad. Estos 14 años nos han demostrado claramente cuáles son los intereses que defienden Lorenzo Mendoza, Cisneros y compañía.
Yo sugeriría a Maduro que se reúna con los profesores y empleados universitarios bolivarianos, sobre todo de las universidades autónomas, hacia los cuales el gobierno nunca ha mostrado el menor interés a pesar de que es en estas universidades donde se desarrolla la más intensa lucha política e ideológica, cara a cara, entre el fascismo opositor y el socialismo bolivariano. Que se reúna con las organizaciones de comuneros que promueven un verdadero poder del pueblo desde los consejos comunales y comunas. Que se reúna con los trabajadores de Guayana y reactive el Plan Guayana Socialista, congelado por la burocracia de la FBT. Que se reúna con los trabajadores del sector eléctrico, desplazados y amedrentados hoy por una burocracia que es responsable directa de los apagones y deficiencias del sector.
Tampoco se vislumbra la implementación de un esquema de dirección colectiva que permita abordar la creciente ingobernabilidad, y nos parece por momentos que Maduro intenta repetir el mismo esquema de liderazgo unipersonal utilizado por Chávez, esquema que no es viable por el hecho sencillo de que Maduro no reúne las cualidades caudillistas que poseía el comandante y su capacidad para hacer consenso es bastante menor. Antes de arriesgarse a profundizar recelos y diferencias dentro de la estructura general de gobierno a lo largo y ancho del país, Maduro debería comenzar por reconocer esta nueva realidad y proponerse el ejercicio serio de escenarios democráticos que permitan incorporar a los movimientos sociales y fuerzas políticas a la dirección colectiva de esta revolución popular bolivariana. La reciente convocatoria al Polo Patriótico pudiera indicar una rectificación de la política sectaria desarrollada hasta ahora por la dirección del PSUV. Estaremos atentos a la misma.
En la redacción final de este escrito han ocurrido algunas cosas relevantes: el audio difundido por la oposición y la salida de Mario Silva de su programa televisivo; el anunciado cierre de los dos programas que Vladimir Acosta mantenía en Radio Nacional, antecedido por el anuncio de Maduro de que existen infiltrados opositores en las filas revolucionarias que se hacen llamar intelectuales. Creo que en el gobierno siguen sin entender realmente la nueva realidad que se abre en Venezuela a partir de la muerte del comandante Chávez, y se persiste en una conducta perseguidora de las críticas provenientes de las bases populares (en el pasado eso se llamaba persecución estalinista).
No darse cuenta del peligro real que amenaza la continuidad de esta revolución, de que podemos perder los procesos electorales venideros, de mantenerse las actuales tendencias de voto, y no entender que tenemos urgentemente que recuperar el apoyo perdido en importantes sectores de la población venezolana, sería VOLVER A INCURRIR EN LOS ERRORES DE EXCESO DE CONFIANZA Y DE SOBERBIA PEQUEÑOBURGUESA QUE CONDUJO A LAS DERROTAS POLÍTICO-MILITARES QUE SUFRIÓ EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO VENEZOLANO ENTRE LAS DÉCADAS DE 1960 Y 1980. Seamos un poco más humildes, reconozcamos nuestras debilidades y tracemos colectivamente las tareas que permitan que la revolución siga avanzando por el camino del socialismo. El pueblo venezolano y todos los pueblos del mundo esperar ansiosos por el resurgir victorioso de la revolución bolivariana. Esa es la gran responsabilidad que hoy tiene Nicolás Maduro en sus manos.
En la política el cerco es recíproco (Gramsci). Enfrentemos al cerco imperialista con una ofensiva revolucionaria basada en la democracia participativa y el poder popular, tomando la ofensiva de las transformaciones sociales y colocando en retroceso a la burguesía y sus lacayos internos !!
¡¡ HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE !!
¡¡ PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS !!