En las próximas elecciones municipales nuevamente la oposición venezolana acudirá con la intención de utilizarlas para someter al país a procesos de desestabilización que pudiesen configurar una crisis política que coloque en situación de riesgo la institucionalidad venezolana.
Ya han empezado a manifestarse los numerosos “expertos” de la burguesía describiendo un cuadro catastrófico en el cual presentan a nuestro país envuelto en una crisis profunda, que en su opinión, sólo será posible dejar atrás si ellos logran la victoria electoral.
En su discurso fracturador y anti nacional es evidente la aplicación de un conjunto de tareas recomendadas por el imperialismo estadounidense para crear angustia y desesperanza en la población venezolana en función de construir una subjetividad que pueda conducir a la salida del gobierno bolivariano.
En esta consuetudinaria presencia mediática de los portavoces locales del imperialismo se reiteran términos como escasez, desabastecimiento, inseguridad, impunidad, corrupción, etc., precisamente en la búsqueda de una situación de hastío e impotencia que conmine al electorado, forzado sicológica y mediáticamente a buscar reposo en las candidaturas del fascismo que anidan en la mal llamada mesa de la unidad , a las que por cierto ahora se suman los candidatos de la disidencia a trabajar contra el pueblo y sus conquistas.
Toda la campaña mediática y la ola de rumores de la burguesía contextualizan una guerra económica contra el pueblo que se expresa en múltiples aspectos que van desde el acaparamiento hasta la especulación y que se nutre del terror producido en la población.
La oposición venezolana activa una dinámica política fundamentada en el terror y sus impulsores son terroristas cuyo obvio objetivo es la desestructuración de la nación en función de crear condiciones favorables para la oligarquía y el imperialismo estadounidense.
En este contexto los militantes revolucionarios deben permanecer férreamente unidos y constituir un frente de batalla que por tener claridad en la acción y en los objetivos, pueda derrotar aplastantemente a la oligarquía y sus partidos en estas cotidianas batallas que se libran en medio de la guerra económica y derrotarlos también en las elecciones municipales que se realizarán en el próximo diciembre.
En este contexto de imprescindible unidad revolucionaria la aparición de candidaturas disidentes pasa a formar parte de las avanzadas imperiales y fascistas cuyo objetivo esencial es el debilitamiento del chavismo para crear condiciones para una victoria de la derecha antinacional nucleada en la mesa de la unidad.
Cualquiera que se diga, se crea y se sienta revolucionario debe comprender la naturaleza del momento histórico y la necesidad estratégica de derrotar a la derecha en el próximo diciembre y ello debe expresarse sin dudas y sin disimulos en la victoria aplastante de los candidatos del PSUV.
En esta necesidad de unidad e iniciativa revolucionaria se inscribe EL PRIMER ENCUENTRO POR LA PAZ Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL donde se discutieron múltiples visiones del municipio, de la ciudad y de los perfiles urbanísticos, sociales y culturales que debe tener el municipio socialista.
Este evento, organizado por un grupo de intelectuales luchadores sociales revolucionarios entre los que se encuentran Cruz Arias, Euribes Guevara, Cruz Rodríguez, Silio Sánchez, Armando Ramos, Pedro Muñoz, Conrado Peñaloza, Magaly Villalba, Carmen de Gorrín, Miguel Mendoza Barreto, Miguel Adonay, William Núñez, Eudelys Padrino, Gustavo Canelón, Dante Tirado, Raúl Ramírez, Lautaro Marffisis, pelón Hurtado, Eduardo Núñez, Beltrán Trujillo, Manuel Balza, José Piñango, Pedro Jiménez y muchos dirigentes que expresaron públicamente su apoyo a los candidatos del Chavismo en Monagas, y en el caso de Maturín, al candidato del PSUV José Vicente Maicavares.
Tal pronunciamiento se sustenta en el hecho de que sólo los candidatos del psuv y del Gran Polo Patriótico garantizan la continuidad del chavismo en Monagas y por tanto la paz y la soberanía en nuestro estado y en Venezuela.
