I
Hemos venido siguiendo los pasos que ha venido asumiendo el presidente Nicolas Maduro y todas se enmarcan dentro de una conducta revolucionaria; primero la cruzada contra la corrupción y ahora contra los comerciantes empresarios saqueadores y hambreadores del pueblo que habían inflado los precios de su mercancía en un 200 % y hasta 1000 %. Todo esto enmarcada dentro de una guerra económica de acaparamiento, desabastecimiento y especulación, que obedece a un recetario del imperialismo norteamericano y de sus adláteres criollos de la conspiración amarilla.
II
Nos sorprendió la reelección a la alcaldía del municipio Guasimos, del estado Tachira de Evaristo Zambrano. Una candidatura cocinada en los conciliábulos y cenáculos de camarillas, divorciadas de las bases de esos pueblos que reclaman rostros y ejecutorias nuevas y para completar, en momentos que circulaba ante la Contraloría General de la Republica un informe por presuntos hechos de corrupción, que no lo dejan muy bien parado. A pesar que las alarmas estaban prendidas y circulaban estos hechos; insistieron en su reelección.
III
El PSUV del estado Táchira tiene que deslastrarse de todo esa cantidad de bueyes cansados, que andan divorciados de las líneas que traza y parten del gobierno nacional y que acabamos de mencionar y andar con pie resuelto acompañándolo en todas sus ejecutorias. No solo se es revolucionario con un verbo a veces calenturiento, hay que demostrarlo.
IV
Las denuncias contra el alcalde Evaristo Zambrano por sus presuntos hechos de corrupción no han sido denuncias tiradas al voleo; por ahí han salido en la prensa local los concejales Silverio Chacón, Jesús Enrique Garzón y Sixto Guerrero; donde dejan bien sentada tanto la veracidad de las denuncias como su consistencia en el informe ante la CGR.
V
Este alcalde anda acompañado de una cohorte de epígonos tarifados y de focas que aplauden a rabiar todas sus ejecutorias; pero con una gestión empañada, que no se ve, que no se siente, que no se palpa y que apunta hacia el amiguismo y al nepotismo. Tres de sus concejales repiten y dos hermanos se lanzan como aspirantes a la cámara edilicia.