Faltan pocos días para que Maracaibo escoja entre seguir con la desidia o abrirnos en busca de convertirnos en otra ciudad, en la capital del Caribe, como pregona Pérez Pirela, el interesante candidato que el Polo Patriótico postuló para la capital zuliana.
No voy a repetir aquí su hoja de vida, suficientemente divulgada. Hablaré sí de algo que me ha gustado mucho: su visión de largo plazo del hecho político, de pensar en hacer un gobierno que no se agote en los 4 años de gestión, que trascienda más allá de la coyuntura electoral. Eso no es usual ni en Maracaibo ni en el país. Pensar así suponer pensar en un proyecto politíco, que si bien está establecido en muchos de los documentos oficiales, no se ha hecho carne viva y vivimos entonces azorados por el día a día, donde lo urgente predomina sobre lo importante.
Maracaibo es una ciudad que por su historia y su actividad económica, es mayoritariamente de clase media, más allá de lo económico, está una cultura esta clase social, incluso aun sin pertenecer a su estructura, los medios y la universidad (entre otros) ayudan a configurar esta semiosfera donde gran parte de los maracuchos terminan pensando y sintiendo como ella. Por lo tanto, una candidatura que tomé en cuenta ese dato, es una propuesta que ha logrado entender y sintonizarse con gran parte de esta comunidad, por ello, no es un detalle menor la publicidad utilizada, donde la multiplicidad de colores hablan de un pluralidad ideas, de una pluralidad participativa donde tienen cabida todos y todas.
En esta voraigne que vivimos desde hace 15 años, nos hemos acostumbrado a vivir en una permanente tensión, atosigados por lo electoral y las amenazas que nunca cesan. Encontrar entonces a un joven- de verdad joven- formado, con vocación de servicio, con ganas de hacer, con muchas ganas, resulta por demás estimulante.
Maracaibo ha sufrido varios desgobiernos, pero ninguno como este que actualmente padecemos, donde el atosigamiento de la basura es solo la punta de un carrusel de problemas que vivimos los que aquí hacemos vida cotidiana. La inseguridad, la falta de un buen servicio de transporte masivo, la carencia de espacios públicos para la recreación, la ausencia de una propuesta cultural y de una propuesta científica y técnica por parte del municipio, la carencia de un liderazgo que encarne, no ya la zulianidad, sino la identidad maracucha como depositaria de una identidad única y diversa que ha dado muestras de sus inmensas posibilidades, pero que a veces languidece ante la falta de estímulos y oportunidades. Ojo hablo de maracucho porque creo que que este adjetivo fue resemantizado en la región y hoy perdió su carga negativa.
Así entonces, esta ciudad se merece y necesita un alcalde como Miguel Pérez Pirela, no tanto porque haya nacido aquí, sino que está formado como pocos, por que está a la altura de la circunstancia que vivimos y del futuro que queremos construir. Por eso Pérez Pirela: Maracaibo espera por vos.
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