Luego de los acontecimientos políticos que ha vivido Venezuela a partir del 12 de Febrero y muy particularmente el Táchira, donde se ha apreciado una seria de acciones por demás ya calificadas y etiquetadas con diferentes opiniones, las cuales están dejando una secuela de resultados poco alentadores, se instala en San Cristóbal la semana pasada, La Conferencia por la Paz.
El tachirense como garante del buen sentido de responsabilidad y participación se hace presente a través de diferentes organizaciones gremiales, empresariales y populares, junto a un nutrido grupo de Ministros y funcionarios públicos, constituyendo las diferentes mesas de trabajo, con el objetivo de abordar un conjunto de soluciones a los principales problemas que agobian tanto, a quienes viven aquí en esta frontera venezolana, tan dinámica e importante.
En Venezuela se ha hecho patético desde los gobiernos y administraciones anteriores a la llegada de Chávez al poder, que cada vez que se presentaban dificultades o el accionar de la comunidad, se recurría al mecanismo de integrar comisiones para resolver los problemas y el resultado fue tan nefasto, que llegó a hacerse una costumbre cotidiana en el pueblo de darle muy poca credulidad a este mecanismo de concertación, al comprender que si querían que las cosas no se resolvieran, se constituyera una comisión; pues bien casi lo mismo está pasando ahora, solo que la novedad es llamarlas mesas de trabajo y que en honor a la verdad lo son, pero que todo lo acordado de buena fe se queda muchas veces en el tintero, porque no hay el seguimiento a la decisión tomada.
El año pasado, una vez asumida la responsabilidad constitucional de jurar Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, se desarrolló todo un programa de actividades y de accionar del recién electo gobierno, movilizándose por el territorio nacional con el llamado Gobierno de Calle; a Táchira le llegó en el mes de Mayo y allí con la participación de la comunidad y los representantes del poder público, se hizo un ejercicio de diagnosticar los principales problemas por áreas y sus posibles soluciones; casi un año después y en esta nueva coyuntura delicada del estado Tachira, valdría la pena que estas mesas constituidas para la Conferencia de Paz, evaluaran qué pasó con ese decálogo de acciones que se tomaron, sobre todo para reanimar el aparato productivo regional y echar a andar las zonas industriales, generadoras de empleo digno y estable, asi como de bienes y servicios, todo lo cual unido a la Creación de La Zona Económica Especial, podrían hoy tener al Táchira apuntando a un territorio de paz y progreso social y económico.
Igualmente en Febrero del año pasado, el sector privado motivado y apoyado por el Gobierno estadal, realizó unas jornadas de reflexión y acción sobre la situación agropecuaria del Táchira, ahí se dieron cita productores agrícolas, representantes de las Universidades, Tecnológicos y de los organismos públicos, y produjo el documento: “Táchira Potencia Agropecuaria” el cual fue consensuado con El Plan de La Patria, a través de las Políticas Nacionales y regionales que en materia agrícola ha delineado el Gobierno Nacional, y hoy es un valioso insumo para esta Conferencia de Paz, por la importancia estratégica que para el Táchira significa la actividad agropecuaria en general.
Esto lo decimos porque es responsabilidad política del gobierno todo, de que estas acciones no se queden solo en buenas intenciones y que peligrosamente vaya creando en el ideario colectivo del pueblo, incertidumbre, desconfianza e incredulidad, frente a iniciativas tan importantes como esta de hoy, porque además hace muchísimo daño a la sociedad que espera, sean resueltos sus principales problemas.
Dejamos esta reflexión del Papa Francisco, para que nos ilumine en este caminar de dificultades que hoy acompaña al pueblo Venezolano: “¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico dialogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque hace el bien común, (….) ¡Ruego a Dios que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!” Papa Francisco
“Exhortacion Apostólica” Evangelii Gaudium. pág. 102
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