El cronista es el guardián de la memoria de la ciudad y su compromiso es reivindicar por encima de todo lo cotidiano y lo particular. Quien aspire a cumplir cabalmente esta función debe satisfacer una serie de exigencias: Buena reputación, indiscutible trayectoria intelectual y formación adecuada. Por eso, Don Alfonso cumplió con su misión. Sin la presencia del Dr. Alfonso Ramírez “El Polaco” (n. 21/09/1929 - m. 29/06/2014) la Historia de Tovar estaría incompleta. Para Tovar, Don Alfonso es y seguirá siendo por los siglos su Cronista Mayor, el Trovador del Chayotal, el memorialista sempiterno y el más fiel enamorado de la ciudad a la que dedicó sus desvelos de escritor y combatió con su humorismo a falsos historiadores.
¡Qué contradicciones se dan en los pueblos! Tovar se preciaba de tener el mejor Cronista de todas las ciudades de Venezuela y ahora sus autoridades han designado a dedo a un clon(ista) de segunda (Sí, con L de clon) o plumífero de ocasión, porque Don Alfonso El sabio no tiene reemplazo. ¡Qué enorme desatino! A quien acaban de nombrar cronista de Tovar se estrenó el 8 de septiembre con un discurso de plagio, con escritos que no le pertenecen y con investigaciones que no ha hecho. Ahora está solicitando un cronista auxiliar o un verdadero cronista que lo auxilie y una secretaria. Cosas veredes, Sancho, en tiempos de revolución o involución.
Lo sensato y de acuerdo a la ordenanza publicada en la Gaceta Municipal Año III - Mes IX: N° 04 Extraordinario - Tovar 28 de setiembre de 1998, era que la designación del nuevo cronista fuese a tenor de lo establecido en el artículo 2º “…mediante concurso de credenciales” y correspondía a la Cámara hacer dicho “…llamado a concurso…”, el cual debió haber considerado “…requisitos tales como: a) Nacionalidad venezolana. b) Mayor de edad. c) Estar residenciado en el Municipio en lo posible o mantener contacto personal continúo y frecuente con la comunidad que representa. d) Tener experiencia en el campo de la investigación, documental y bibliográfica; y tener publicaciones referidas al Municipio, y e) Reconocida solvencia en la comunidad”.
Por eso, preguntamos: ¿el clonista Ícaro o pícaro hijo de Dédalo(s), recién nombrado, cumple con estos requisitos?, ¿dónde quedó lo previsto en el artículo 2º de la Ordenanza? O, por respeto a la memoria de Don Alfonso, ¿por qué los concejales no fueron un poco más lejos y, como se hace en otros municipios del país, aparte del concurso de credenciales, los aspirantes hacen una presentación oral y pública sobre sus trabajos investigativos en cuanto a la historia del municipio; y por último, ¿participan de una prueba escrita con la finalidad de demostrar sus conocimientos teóricos? Concluyo dejando bien claro que jamás pensé en concursar por el cargo, siempre estuve consciente que la única credencial válida era tener el aval del PSUV.
Tovar se merece un Cronista de la talla de los Licenciados Juan Ramón Suárez Zambrano o Henry Ramírez Rey, ya que otros clonistas declinaron al cargo. En cambio, me hubiese gustado ser jurado de la prueba escrita para ver la cara del novel clon(ista), sin chuleta en mano o internet para plagiar. Amanecerá y veremos. Entretanto, seguiremos protestando y con la vista fija tras los pasos del clonista (con ele menor). A todas estas, valdría la pena conocer la opinión al respecto, de la Asociación de Cronistas del Estado Mérida. Acogerá al clonista en su seno, y de ser así, cabría preguntarse ¿si acaso ASOCEM se convirtió también en una sociedad de clones? Los amigos de Don Alfonso y los interesados por la historia de Tovar pedirán cuentas en su momento.