Desde que Caldera tuvo la "genial" idea en su primer gobierno -y de eso hace un pocotón de años- de quitarle parte del agua a Maracaibo para entregársela a la Petroquímica, en la costa oriental del lago, la población de esta ciudad y sus alrededores ha estado viviendo un verdadero vía crucis, un terrible calvario muy difícil de explicar con simples palabras. Una situación que si con algo se podría comparar por invivible sería con la de los refugiados. Por consiguiente, los marabinos en estos momentos, debido a la irresponsable suspensión del servicio del agua potable por tanto tiempo, estamos a punto de convertirnos en unos de estos infelices, es decir, en unos refugiados en nuestra propia tierra.
Con motivo de la entrega del agua a la Petroquímica se debió establecer un racionamiento del vital líquido, pues sus reservas no alcanzaban para abastecer a la ciudad de Maracaibo y al mismo tiempo satisfacer las necesidades de la mencionada planta. Por lo tanto, había que establecer un racionamiento. Para implementarlo, la ciudad se dividió en dos zonas. La norte y la sur. Cuando se le entregaba agua a la norte se dejaba de hacerlo a la sur y viceversa. Es decir, que los residentes de ambas zonas recibían agua un día sí y un día no. O sea, un sistema que se llegó a conocer como el 1X1. y que obligó a los maracuchos a utilizar para bañarse un sistema que no utilizaban desde los tiempos heroicos cuando el agua se repartía en burros: el pote o la totuma.
El sistema arriba mencionado se mantuvo funcionando hasta la llegada de Freddy Rodríquez en el 2003 a la hidrólógica.. Este tipo, desde el mismo día que se hizo cargo de esa empresa, sin razón ninguna como no fuera por un capricho o por otras razones oscuras, eliminó el régimen anterior y estableció el 1X2: uno con agua y dos sin ella. Y esto, sin importar que estuvieran cayendo verdaderos diluvios y los embalses se encontraran a punto reventar., como sucedió con Manuelote, que hubo que aliviarlo para evitar su colapso.
Las irregularidades y abusos cometidos por este señor al frente de Hidrolago, como quitar el agua en el momento menos pensado, enviar un chisguete que no permitía mantener abiertas dos llaves al mismo tiempo, enviar barro en vez de agua,etc., fueron muchas y de distinta índole. Razón por la cual me es imposible mencionarlas todas. No obstante, sí es bueno puntualizar que este individuo se mantuvo en el cargo por once años. Y ello, pese a las constantes denuncias que contra él se hicieron Incluso, contra las protestas públicas que llegaron a quemarle las oficinas. Y sin embargo, pese a estas manifestaciones de repudio generalizado y de aquello de "participativa y protagónica", nada llegó a amenazar la permanencia de Freddy Rodríguez en Hidrolago. Palos con la baba y la baba ahí, tan campante, pues.
Finalmente, en virtud de una denuncia pública, este gobierno destituyó a Freddy Rodríguez. y en su lugar designó un sucesor.. Sin embargo, los resultados de esta nueva designación no ha sido todo lo afortunada que era de esperarse. Todo lo contrario, casi todas las deficiencias y fallas que existían en la administración anterior como pésima calidad del agua, poco volumen del líquido, muy baja presión, poco tiempo de suministro se mantienen. Con el agravante, de que algunas como los siete días de veda, esta nueva administración ha convertido en nueve; nueve días sin agua por unas pocas horas con ella.
En relación con el racionamiento de siete días, este régimen se estableció debido al fenómeno del niño, que amenazaba con dejarnos sin una gota de agua. Pero era una emergencia. Lo que no ocurre en estos momentos, porque debido a que en el Zulia no ha dejado de llover desde comienzos de mayo, los embalses están hasta el borde de agua y no es de extrañar que en cualquier momento se tengan que aliviar o drenar, si lo prefieres. De manera, que no se justifica que en estos momentos los habitantes de esta ciudad estemos pasando por la trágica situación por la que estamos pasando. Ya que existen las condiciones de sobra para que el racionamiento regrese, al menos, al 1X1 de Caldera. No hacerlo, insistir en este criminal racionamiento, sería una grave violación a los derechos humanos.
