La fe en la palabra es la verdad y cuando esta se asoma serena por los horizontes de los tiempos presentes es para anunciar que viene de vuelta y con la firme intención de reafirmar el compromiso de lealtad con la existencia de la causa justa y la lucha por la libertad de la patria y por la consagración de los grandes ideales de amor hacia el pueblo. Y esto no lo digo en sentido figurado ni en términos poéticos, sino que los murmullos van a agarrando fuerza que fluyen como una corriente cristalina y poderosa dentro del caudal de significados e intenciones de un colectivo, que en este caso apuntan en la dirección de los propósitos y objetivos de la revolución.
Precisamente, ante la posibilidad cierta y manifiesta de no volver aspirar para un segundo periodo por parte del actual gobernador tachirense, ya a viva voz se empieza a escuchar el nombre de Ronald Blanco Lacruz para que en la línea del deber revolucionario asuma de nuevo el reto de la victoria y darle perpetuidad al legado de Hugo Chávez Frías. Ciertamente, Ronald Blanco es –sin duda alguna- un soldado de la patria que defendió y rescató la Constitución y la revolución de las fauces de los golpistas en abril del año 2002. Con su voz inquebrantable y su lealtad a toda prueba denunció ante Venezuela y el mundo el hecho del golpe de Estado y la instalación de la breve pero feroz dictadura fascista de la derecha venezolana. "Esto en Golpe de Estado, Venezuela", -dijo abiertamente, sin temor y sin miedo-, a través de unas declaraciones dadas en tiempo real y al calor de los acontecimientos; denuncia que de inmediato se convirtió en tendencia nacional y en una verdad de contragolpe, expuesta con contundencia y claridad meridiana que, además de eso, devolvió el ánimo y la esperanza para rescatar la Constitución, la revolución y al líder Supremo de las garras de la clase política opositora, esa que proyecta sombras en la oscuridad y es de naturaleza asesina y de sentimientos perversos.
Ante la verdad de los hechos, fueron millones de venezolanas y venezolanos, los que a una sola voz firme e inquebrantable se lanzaron a las calles de todo el país pidiendo la vuelta del hilo constitucional y a Chávez como Presidente legítimo y constitucional de la República Bolivariana de Venezuela. Esa misma voz del pueblo chavista, del pueblo maduro y consciente es la que hoy invoca el nombre de Ronald para que vuelva al Táchira para siga marcando las huellas por las sendas infinitas de la revolución.
Desde allá lejos, los murmullos se van haciendo ecos que retumban en las montañas, propios de la naturaleza y de la realidad de los tiempos que hablan; y cuando uno va pasando por el páramo del Zumbador, pareciera que el silbido del viento pasa raudo pronunciando el nombre de Ronald, para que vuelva sus pasos de gobernante por los municipios José María Vargas, Jáuregui y Seboruco. Igualmente, para que vuelva para Pregonero, Fernández Feo y todos los municipios de la frontera. En fin para que vuelva al Táchira y asuma las banderas de la revolución.
Hay que seguir batallando. Con el compatriota Vielma avanzamos significativamente en los términos de la buena gerencia política y no debemos desmayar ni un segundo en la prosecución de esa tarea. Es por ello que surge el nombre de Ronald apara que vuelva al Táchira y junto a un pueblo que lo respeta y reconoce su liderazgo, sigamos construyendo las victorias necesarias en esta nueva etapa política. Ronald está de vuelta para brindarle más victorias al Táchira.