(¿Pero al ministro Roa no le importa y a su comunidad local tampoco?)
Se va cerrando, aunque a trancas y barrancas, el lapso académico 2017-II por estos días finales de abril y comienzos de mayo de 2018 en el instituto Pedagógico de Barquisimeto, sede centro-occidental de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL-IPB) y, aunque pueda parecer increíble para otras comunidades académicas universitarias de Venezuela y el mundo, durante todo este tiempo la biblioteca central Andrés Eloy Blanco ha estado cerrada. Ello debido a que están dañados los equipos de aire acondicionado. ¿Cómo es que una universidad puede funcionar así, sin los servicios de consulta interna, préstamo circulante, unidad de hemeroteca y demás?
¿Qué no les importa semejante situación a las autoridades de la Oficina de Planificación Universitaria, OPSU, al ministro Roa y a su comunidad local? La respuesta es que en este lapso 2017-II la biblioteca de la UPEL-IPB funcionó medianamente, sobre todo en la sede llamada del este (Redoma de la Avenida Dr. José María Vargas) cuyas carreras requieren de una bibliografía especializada en áreas de conocimiento como son: Agropecuaria, Mecánica Industrial, Electricidad, Comercio, Educación Especial (Retardo Mental y Dificultades del Aprendizaje) , Música; la sección de la biblioteca destinada a los postgrados, en cambio, sí ha estado abierta y prestando sus servicios, cuestión curiosa porque funciona en esos mismo espacios físicos, ¿disposición de los empleados adscritos a un sindicato diferente al gremio tradicional de empleados?
Por su parte, en la sede del oeste (Avenida Los Horcones con calle 63) que es la más amplia hemos observado que apenas ha estado funcionando la Sala de Libros de Reserva o Únicos, ¿cómo ha hecho la comunidad estudiantil para acceder a las fuentes de conocimiento para especialidades también altamente especializadas como son: Castellano y Literatura, Historia y Geografía, Biología, Química, Física, Matemática, Informática, Educación Integral y una pléyade de asignaturas que son propias del componente de Formación General y Formación Pedagógica? No digamos la especialidad de Educación Física y Deportes, pues ésta tiene su propia biblioteca especializada en su edificio particular.
Una respuesta posible es que la internet suple buena parte de la información contenida en los libros de papel, pero intentamos hacer esa experiencia con Filosofía de la Educación y Epistemología de la Educación y nos resultó que no es tan fácil, pues, a los estudiantes se les dificulta el acceso a libros digitales y no se cuenta con la plataforma tecnológica para "bajar" las publicaciones que sean gratuitas porque en general exigen ¡pagar en dólares! U ofrecen sólo capítulos de entrada.
Sí, es verdad que algunos alumnos lograron acceder a obras como Lógica de la investigación Científica, de Karl R. Popper, sin embargo, poder leer semejante texto en una laptop es otra cosa, ¡se le secan los ojos a uno!
La conclusión es que, como sostiene un reconocido docente e investigador en el área de la Historia y las Ciencias Sociales, la universidad se fundamenta en la relación óptima entre el docente, el alumno y la biblioteca, fuente de todo conocimiento; luego un centro educativo que no posea biblioteca hay que dudar de la calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Además, es como recargar el trabajo del docente y el alumno: procurarse cada cual las fuentes de información, ¡ahora cuando los libros están tan caros y escasos en Venezuela!
Finalmente, no creo que el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología e Innovación, MPPEUCTI o la Oficina de Planificación Universitaria, OPSU, se interese por reparar el sistema de aire acondicionado del Instituto Pedagógico de Barquisimeto; además, nadie la procura, tampoco la comunidad estudiantil, profesores y empleados parece que están muy interesado en este asunto, como dice Homero en La odisea, son gente que habla otro lenguaje. Muy pocos se interesan por los libros y las bibliotecas, ese universo poblado de huéspedes de las ideas, sentimientos, la sinceridad y el conocimiento, sin biblioteca el Pedagógico de Barquisimeto padece como una herida; es una contradicción ardua y un aciago destino que una biblioteca universitaria permanezca cerrada, ¿comprenderán esto las autoridades del país?
Por cierto, ¿quién de los actuales candidatos presidenciales se habrá referido a los libros y a las bibliotecas en sus respectivas campañas? Sus propuestas al respecto brillan por su ausencia, ¡eso no da votos!, dirán o suponemos que creen. Es más, ninguno de ellos parece frecuentar las arduas bibliotecas que decía Jorge Luís Borges, todo parece que lo reducen su lectura y escritura a los pocos caracteres del Twitter, insta Grand o Facebook, ¡qué fallo!