"Tengo que encontrarme con Nicolás, así de confianza, y darle este papel, porque ya esto no lo aguanta nadie, hasta cuándo, tenemos que vivir así", me manifestó el amigo Pedro Cachamay, con un desespero propio de aquel que queman vivo en una manifestación.
En vista de esto y como me intrigó tanto la cuestión, tuve que indagar. "Antes de indicarte de qué se trata, amigo Malaver, voy a señalarte primero que desde el año 1972, estoy metido en este asunto, o sea desde el primer gobierno de Caldera, con quien era imposible hablar al respecto, pues estaba más ocupado en reprimir las manifestaciones estudiantiles.
Tiempo después llegó el mandato de Carlos Andrés Pérez, donde se dispararon los precios del petróleo y me dije, ahora sí se va a resolver este asunto, no que queda duda, pensé, pero tampoco. Y hablar con dicho gobernante era imposible, pues estaba más ocupado en regalarle un barco a Bolivia y seguir la política represiva.
Después llegó Luis Herrera y ahí con él, llegó el "viernes negro" y de ahí aquella economía anterior, llena de dinero, se vino en picada y entonces se puso más difícil, no sólo para hablar con él, sino de resolver esto que tengo en este papelito.
Más tarde llegó Lusinchi y el asunto venía agravándose y el Presidente estaba más ocupado de su amante y de sus tragos que de otra cosa, y fue muy difícil concertar una cita.
Luego vinieron Carlos Andrés II y Caldera II, tiempos de paquetazos contra el pueblo y de quiebra de bancos, que afectaron a los ahorristas. Y con mi asunto nada que ver.
Y por consecuencia de lo anterior, apareció el Comandante Chávez, con quien no intenté hablar, aunque si lo hubiese intentado, a lo mejor lo hubiera logrado, y no lo hice porque confié en su equipo, e incluso se hicieron planes y proyectos, pero el asunto, nos siguió golpeando.
Pero ahora, visto toda esta larga lucha y que voy hacia los setenta años, y viendo que no me hacen caso los funcionarios a quienes les compete el asunto, tengo que buscar la manera de encontrar al Presidente Nicolás Maduro y entregarle este papelito que tengo aquí urgentemente, y sé y estoy seguro que resuelve este pedido. No tengo duda, alguna.
Pedro Cachamay, tomó un descanso en su breve discurso y cuando le pregunté, de qué se trataba el asunto, respondió. "También quiero decirte, que si yo me muero sin entregar este papel al Presidente, bien seas tú u otro del pueblo, o cualquiera, que se apiade de nosotros, debe entregarlo al Presidente.
- ¿Pero cuál es el misterio, que ya no aguanto la intriga?, pregunté
- Este, mi estimado y apreciado amigo Malaver. Este papelito sólo pide que le solucionen un problema de años, a mi pueblo la Tacarigua de Margarita, como lo es la falta de agua, la escasez de este vital líquido, desde hace añales, que ya nadie lo aguanta y mucho menos que las autoridades no den la cara. Ese es el asunto y espero no morirme antes de ver resuelto este mal, para que las futuras generaciones no sufran, lo que hemos sufrido nosotros. He dicho y concluyo.
