El Investigador venezolano, Luís Solórzano, nativo de Tucupido, Estado Guárico, egresado de la UCV como Ingeniero Electricista en 1967, Inventor del Motor de Aire (http://www.mediafire.com/view/?3q2d3sd21lg31s0,http://www.mediafire.com/?32cx6bzqxox4awl, http://www.mediafire.com/view/?e5fi33f3yh86xtc) y de la Turbina Térmica de Perfiles (http://www.eluniversal.com/opinion/110525/la-oficina-de-patentes-estadounidense-reconoce-invento-venezolano), acaba de demostrar experimentalmente en su laboratorio ubicado en la ciudad de Miami que la Segunda Ley de la Termodinámica no es en realidad una Ley, es decir, no se cumple, en el caso de la Turbina Térmica de Perfiles. En efecto, en un reciente reporte de avance, Solórzano muestra que al utilizar una TTP de 8 perfiles con un flujo de aire de 23 m/s, y al aplicarle una potencia de entrada de 3 W se obtiene una potencia generada útil de 130 W, a una velocidad rotacional de 900 rpm (http://www.mediafire.com/view/?uh7c1paiph0brki). Este resultado, perfectamente comprobable y reproducible por lo demás, es imposible según la Segunda Ley de la Termodinámica. En efecto, esta Ley, postulada en 1851 por el físico británico Lord Kelvin, descarta la posibilidad de construir un móvil perpetuo de segunda clase. Éste se define como una máquina capaz de transformar en trabajo mecánico el calor tomado del ambiente, mediante el enfriamiento de los cuerpos que la rodean. El motor de aire desafía esta ley pues al generar una potencia de salida mayor que la aplicada, mediante la extracción de la energía térmica del aire ambiental por medio de perfiles aerodinámicos, hace posible un movimiento auto sostenido, el cual puede utilizarse para mover un vehículo o convertirse en energía eléctrica ilimitada.
Como integrante del equipo de investigación encabezado por Luis Solórzano he podido reproducir utilizando turbinas no óptimas en nuestro capítulo de Barcelona los siguientes valores: potencia de entrada: 16,65 W; potencia de salida: 16,67 W, corroborando así los resultados de Luis Solórzano, los cuales sin duda son de una transcendencia científica y económica enorme, ya que amén de obligar a reescribir los textos de Física, pone al alcance de la humanidad una fuente de energía limpia, renovable y de costo cero: el aire ambiental. Ante tal hecho, como venezolano me honro en solicitar al Gobierno Nacional, a las Universidades Nacionales, al Colegio de Ingenieros de Venezuela y a la Academia Venezolana de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales que inicien las gestiones pertinentes ante la Real Academia Sueca de Ciencias para que le sea conferido el premio Nobel de Física a este ilustre venezolano.
(*) Eudes Vera, Ph. D., Ingeniero Electricista, eudesvera3@gmail.com
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