Ha calado nuestra prédica de que necesitamos mejorar la productividad para que la cadena de valor crezca y tengamos mejores resultados económicos generales. Lo venimos ofreciendo desde hace tiempo. Ahora lo que vale es rectificar, reaccionar de verdad y hacer.
El 15 de septiembre de 2013, con motivo del Día del Guaiquerí, destacábamos la capacidad productiva de nuestros hermanos originarios hace 1.500 años y hoy, una latica de maíz, producida en Tailandia, se comercializa en los supermercados margariteños. Sepamos entonces que Tailandia está a 17.353 km de nuestra amada isla, y desde esa impresionante distancia llega ahora el maíz. Un despilfarro de dólares y pérdida de empleos.
Lo que le preguntaba en ese momento al calificado auditorio en la casa de la Comunidad Indígena Francisco Fajardo en Porlamar era ¿qué nos pasó a los venezolanos que ahora importamos lo que éramos capaces de producir con las uñas hace 15 siglos?
Hubo algunas respuestas con autocrítica. Lo que sí -y esto me reconforta publicarlo- es que todos aceptaron el reto lanzado de volver a ser productivos como hace 1.500 años.
Nuestra consigna es clara: debemos producir, de alguna manera, los productos que consumimos y que a su vez tengan calidad de exportación. Tenemos que crear una cultura para superar la dependencia de una economía de importación que a cada minuto nos hace desangrar miles de dólares que necesitamos para el desarrollo endógeno. Debemos laborar con persistencia, planificación y sobre todo, conocimiento específico para sustituir importaciones. Algo al alcance de la mano. ¡Ya!
En la medida en la que los sectores público y privado no transiten caminos complementarios, con un mismo verbo en positivo, el despegue de la patria hacia alturas maravillosas será más lento y débil.
Demostremos con inteligencia emocional tricolor que somos más fuertes que los problemas que tenemos. Seamos puentes de entendimiento y diálogo extendido para que los sueños de millones se sigan haciendo realidad. Nuestros hijos nos miran. No podemos fallarles y sacrificar su futuro.
Tenemos todo a favor. Solo nos falta determinación y coordinación Gobierno-productores. Pongamos manos a la obra y lo conseguiremos. Confío plenamente en ustedes.
Un abrazo bien productivo a todos.