El Simón Bolívar ya está en órbita, pero debe llegar hasta los pobres de Venezuela. Y para crear ese tejido de telecomunicaciones entre el espacio y nuestro pueblo se creó Vedesat. Se trata de una empresa estatal, adscrita al Ministerio del Poder Popular para las Telecomunicaciones y la Informática, cuya misión será instalar la infraestructura terrestre a nivel nacional para el despliegue satelital.
Pero no será Vedesat (Venezolana de Despliegues Satelitales) la que instalará las antenas, porque sus máximos esfuerzos los dedicará a transferir el conocimiento a pequeñas empresas emanadas de las propias comunidades, quienes serán las responsables de instalar la infraestructura.
"Ese es nuestro mayor reto", reconoce Julio Durán, presidente de Vedesat.
La meta es que las comunidades realicen la instalación y luego se dediquen al mantenimiento de la infraestructura.
"Queremos
que las comunidades se apropien del conocimiento, que puedan generar
proyectos, porque se desea una verdadera transferencia del poder
popular hacia el pueblo", dice.
Julio Durán explica que serán las
comunidades, a través de las mesas técnicas de telecomunicaciones,
quienes plantearán sus necesidades.
Y desde la misma comunidad se
constituirán empresas comunales de Tecnologías de Información, que
serían el brazo técnico de la comunidad.
Según Julio Durán éste es el verdadero camino para tener un satélite soberano.
"Queremos
que el pueblo conozca su satélite, sepa cómo usarlo, e, incluso,
formule proyectos para generar nuevas aplicaciones", comenta el
ingeniero, quien sostiene que ese el único camino para que en el tiempo
le podamos dar un uso emancipador.
Este modelo –explica- posee la
ventaja de que al generar capacidades dentro de las propias comunidades
a la hora de cualquier eventualidad, existen en la localidad capacidad
técnica para enfrentarla.
También se evitaría que las grandes
corporaciones tuviesen el poder para bloquear las señales, como ocurrió
durante el golpe de Estado del 11 de Abril de 2002.
"Ya hemos dado
un paso importante con el lanzamiento del Satélite Simón Bolívar, pero
la gran revolución sucederá si logramos transferir este conocimiento al
pueblo", expone.
Porque por años el conocimiento ha sido un lujo bajo el control de un reducido grupo de expertos.
"De
esta manera estaríamos luchando por lograr una verdadera soberanía,
porque fue el pueblo el que salió a defender la democracia durante el
golpe de Abril y el paro petrolero de 2003", comenta.
Julio Durán
explica que CANTV será el operador satelital, paralelamente se
activarán las mesas técnicas de Telecomunicaciones, que harán el
diagnóstico.
En base a este inventario el operador estatal definirá las prioridades que atenderá el satélite.
Indudablemente
que las extensas regiones de la geografía venezolana que hoy no cuenta
con infraestructura de telecomunicaciones, se verán beneficiadas con el
rápido despliegue de la conectividad satelital.
Pero advierte. "No sólo es tener la autopista, el reto es llevar contenidos nacionales, liberadores".
A
diferencia de los satélites comerciales, cuyo foco está en la
rentabilidad, el Simón Bolívar pretende ofrecer contenidos con un
sentido humano, que sirva como una herramienta de desarrollo y para la
integración latinoamericana.
Julio Durán plantea que las misiones
del gobierno pueden servir para esta transferencia de saberes, al igual
que las universidades que deben volcarse hacia las comunidades.
Y
recuerda que en todas las barriadas y poblados humildes del país se
cuentan con técnicos populares que reparan televisores, neveras y
cualquier clase de electrodoméstico.
Queremos identificarlos y
formarlos para que no sólo aprendan cómo hacer las instalaciones
satelitales, queremos que además aprendan a reparar computadoras y
adquieran otras experticias tecnológicas.
"Cuando se aprende a
instalar módems para antenas satelitales, también se cuentan con los
conocimientos para montar una red LAN, o instalar la distribución Linux
Canaima en un computador", acota.
Porque la formación de Vedesat les permitirá ofrecer diversos servicios en el área de las TIC.
Vedesat
defiende el uso de tecnologías libres, porque considera que es un
instrumento para alcanzar la soberanía tecnológica, por lo que
alfabetizará en el uso de programas libres.
La empresa comunal tendría una mayor contraloría social.
Vedesat
se ha planteado un despliegue de unas 100 empresas comunales entre 18
meses a dos años, y señala que se trata de un proceso que exige un gran
acompañamiento.
"La idea es que se multipliquen por ellas mismas".
Bajo
este modelo también se generarían recursos que serían absorbidos por la
misma localidad, contribuyendo a su desarrollo socio-económico, basado
en un banco comunal, que ayudaría a mejorar la calidad de vida de las
comunidades.
"Tenemos que romper con el cerco que concentró el
conocimiento en manos de unos pocos. Ya el hecho de lanzar un satélite
es un avance, también lo hicimos cuando montamos una fábrica de
computadoras y lo haremos con las fábricas de celulares, porque ese
cerco se está cayendo y eso es posible porque contamos con un gobierno
que quiere transferirle el poder al pueblo".
Pero se trata de un nuevo tejido económico social, que a penas se comienza a construir.
Son
tiempos en que las radios, televisoras y periódicos comunitarios están
reproduciéndose, y bajo esta efervescencia social se quiere que también
se apropien del conocimiento tecnológico.
Julio Durán explica que
las leyes habilitantes han definido la estructura jurídica de estas
nuevas empresas emanadas de las comunidades.
Durán es de los que
cree que Venezuela puede desarrollar un entramado industrial en el área
de las TIC, porque no es descabellada la meta de instalar fábricas de
enrutadores satelitales dada la gran capacidad satelital que está en
órbita. Incluso hay planes para fabricar en el país satélites de
observación.
El modelo planteado por Vedesat debe asegurar la recuperación de los costos, aunque tampoco se pretende un lucro desmedido
Considera
que la experiencia que genere Vedesat podría trasladarse a otros países
de la región, pero advierte que cada país tiene sus propias políticas
en torno a cómo desarrolla sus capacidades satelitales.