Cincuentas experiencias de los Infocentros venezolanos. Cincuenta maneras distintas de sentir y conocer a Venezuela, de esa Venezuela profunda de la cual apenas tenemos referencias o sólo conocemos por postales, y que nos habla de un país, de un pueblo en ebullición de la mano de las Tecnologías de la Información (TIC) en especial de Internet. El sitio: la plaza de los saberes de Caracas. La fecha: del 8 al 11 de diciembre. El evento: II Encuentro de experiencias comunitarias de los Infocentros 2008.
Desde el año 2000 se inició en el país la puesta en marcha de los Infocentros con el fin de darle acceso gratuito a Internet a los venezolanos y venezolanos. Al comienzo fueron algo más de 300. Hoy existen más de 600 distribuidos en centros de acceso, Infomoviles e Infopuntos que le dan acceso a varios millones de venezolanos, especialmente en las zonas más apartadas y desasistidas del territorio nacional.
De ese universo se escogió 50 experiencias en una –supongo-difícil selección, que habría necesitado más de 4 días para mostrar toda la riqueza imaginativa, lúdica, organizativa, cultural, entre otras que hay en cada una de las comunidades de este país, esparcido en 23 estados, 2 distritos metropolitanos y 330 alcaldías.
Este II encuentro, contó además con a presencia de 22 invitados de diversos países de Latinoamérica como Cuba, Colombia, Perú, Uruguay, Argentina, Honduras, Bolivia y Ecuador.
Comienzan las historias
Ella es invidente, tiene 22 años, se llama Maryori Fagúndez y es la encargada de iniciar el relato de las 50 mejores experiencias en este II Encuentro. Expone su experiencia como directora del Infocentro para personas con discapacidad visual, ubicado en la sede del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología en Caracas.
Maryori lee su “vivencia” y lo hace usando el lenguaje Braille y cuenta con emoción como aprendió a usar las TIC con el SW Orca y Jaws y cómo enseña a otros y otras que como ella tienen discapacidad visual y entonces más que escucharla, me dedico a “sentirla” para por lo menos intentar rescatar lo que significa para un discapacitado superar esa dificultad e integrarse y sentirse incluido, porque de eso se trata, más allá de manejar el artilugio tecnológico, las tecnologías deben ser facilitadoras del desarrollo humano.
Luego llegó la gente de Tapipas, un pueblo del estado Miranda, desconocido para mí hasta ahora y que mostró la construcción de periódico comunitario virtual y en papel usando al Infocentro como sala de redacción, invocando su derecho a informar y estar informado. Entro a la red y apenas encuentro una o dos referencias sobre este vigoroso pueblo, que muestra la fuerza de su resistencia cultural en los bailes, música, tradiciones que evidenciaron en todo sus esplendor en el inicio de este II encuentro, poniendo a bailar a más de uno.
Sorpresas, muchas sorpresas
Y comenzó el carrusel de las sorpresas: las experiencias se superaba unas a otras, una más intensa que otra, una comunidad más organizada que otra, en un febril esfuerzo por “sacarle el mejor jugo posible” al Infocentro de la comunidad y mostrar en esta citas anual, desde el año 2007, lo mejor de su quehacer e inventiva.
Vimos entonces desfilar experiencias que hablan de los múltiples problemas que enfrentan cada uno de los facilitadores y usuarios al frente de estos centros, como iban ingeniando soluciones a las demandas más acuciantes de estas comunidades y como con imaginación, atrevimiento y compromiso iban construyendo respuestas a sus necesidades. De abajo hacia arriba. Como debe ser. En un ejercicio de democracia que me dejó más de una lección
Pudimos disfrutar experiencias destinadas a enfrentar la discapacidad en sus diversas manifestaciones como la ya reseñada al comienzo de esta crónica, además de la gente de Carabobo y Yaracuy que se esfuerza por alfabetizar tecnológicamente a los discapacitados visuales y auditivos. Igualmente en Caracas se apoyan a jóvenes con discapacidad reducida, farmacodependientes y con problemas siquiátricas.
También pudimos conocer Infocentros que se dedican a hacer labores ecológicas, en los llamados Eco-Infocentros, como en Monagas que trabajaron a favor de la preservación de la recuperación ambiental de la cuenca de Ipure. También en el distrito Federal, en la zona de Monte Piedad, apoyados en los niños de la comunidad, los facilitadores de los Info junto a la comunidad, organizaron un vivero forestal con el fin de crear conciencia ecológica; la gente de Margarita que mantiene una lucha por el rescate de cerros, costas y aves en Nueva Esparta y las brigadas ecológicas de Las Tejas y Las Claritas del Estado Bolívar
Otros, como los Infocentros del Alto y Bajo Apure, se dedican a educar a su comunidad, especialmente los jóvenes y adolescentes, dictando talleres sobre salud sexual preventiva, el sida y el embarazo precoz como una respuesta a problemas puntuales.
También desfilaron experiencias de alfabetización tecnológica para integrar a los indígenas, a los niños y las personas de la tercera edad. Así, durante el evento mostraron su quehacer los Infocentros que trabajan con la etnia Kariña en Anzoátegui, con los Waraos en Delta Amacuro y Monagas y los wayuu en el Zulia, quienes además bautizaron en el marco del evento, el manual de alfabetización tecnológica en su lengua.
La Comunicación: una necesidad vital en las comunidades
Mención aparte merecen las experiencias de comunicación comunitaria, como la ya reseñada de Tapipas, la de Falcón con la producción de contenidos para audio y video, la de San José de Guaribe en Guárico y en Cojedes con la producción de un programa radial sobre los Infocentros y Tecnología en línea respectivamente, la Escuela Libertaria de Comunicación Popular en el estado Bolívar, la escuela de Comunicación para los niños de la casa Hogar en Santeliz en Monagas, el periódico La Voz de los Infocentros en Yaracuy y el Programa “ Amazonas Insurgente en la red” página Web que busca darle visibilidad al quehacer de estas comunidades en Internet.
También se mostraron experiencias para ayudar a superar problemas de organización comunal en aras de construir el poder popular como el Proyecto mano a mano con los Consejos Comunales en el Estado Aragua; Tejiendo Redes Sociales en Barinas, la gente de Mismote en Trujillo consolidando sus proyectos comunitarios. El rescate de la identidad local es una constante en Vargas, Yaracuy, Falcón, Lara y Sucre.
Cada una de estas experiencias merecería una crónica parte, pero el espacio es tiránico. Cada una de ellas, nos habla de un compendio de iniciativas que muestran el vigor de una Venezuela profunda que no aparece en los grandes medios de información, pero que existe y se multiplican y poco a poco se va haciendo visible y ejemplar y, que nos deja la lección de cómo la gente desde sus comunidades, va construyendo sus propias respuestas y con ellas, su destino y su futuro.
Más de una vez sólo atine a hacer silencio frente a lo mostrado, no encontraba palabras para expresar lo que sentía y allí nació entonces la necesidad de escribir esta crónica para expresar, ahora con más calma, el cúmulo de emociones que viví, lecciones que aprendí y que sobrepasaron todas mis expectativas.
Comencé a estudiar a los Infocentros casi desde su creación. En el año 2006 terminé mi tesis de postgrado sobre los mismos, teniendo al Zulia como epicentro. Ese trabajo me arrojó la conclusión de que allí se brindaba conexión, pero no se estimulaba la apropiación. Hoy puedo decir que lo que sentí y conocí en este II Encuentro habla de otra realidad, por demás alentadora.
Entendí en este encuentro que el verdadero país se fragua en estos espacios. Que más allá de las políticas públicas y de las leyes y decretos, un país se construye con personas como las que vi desfilar estos 4 días que duró el II Encuentro, mostrando sus sabores y saberes, en una ejemplar lección de elaboración colectiva de una esperanza.
Entendí finalmente el verdadero significado de las expresiones uso con sentido y apropiación social de las TIC, que a veces de tanto usarlas las vacían de sentido y aquí lo recuperé. Sentí que en estos Infocentros se está construyendo la Venezuela que queremos y recibí de ellos, la mejor lección de organización social y política que ningún libro me había dado. Gracias Infocentros.
mgonzalo@cantv.net