Hay dos visiones acerca del abastecimiento: La capitalista, ve las necesidades de la gente como una oportunidad de negocios, como una manera de hacer dinero en la cual los precios se fijan, no por los costos ni por el valor agregado que tengan los productos, sino por lo que esté dispuesta la gente a pagar por ellos. Esa es la razón por la cual existe la ley capitalista de la oferta y la demanda, que fija los precios y determina las “ganancias”.
Cuando los gobiernos se guían por los intereses de los capitalistas, terminan reforzando los problemas de la gente, agravándolos, pero los funcionarios obtienen buenos sobornos de aquellos que están interesados en abastecer para poder obtener más plusvalía, más dinero, y poder comprar cosas inservibles pero de lujo, hacerse operaciones estéticas, deslumbrar muchachas que tengan precio y tener más poder para hacer lo que les dé la gana con los demás.
La otra visión del mundo es la socialista, que se basa en la solución de los problemas de la gente, y no en las ganancias especulativas que se pudieran obtener del comercio usurario. Esa es la visión que está comenzando a desarrollar el Estado venezolano, del cual son buenos exponentes el Presidente Chávez y el Ministro Eduardo Samán, entre muchos otros revolucionarios y revolucionarias que quieren que esto cambie a favor del pueblo.
Cuando el Ministerio de Comercio se metió de lleno a investigar los precios de los insumos, a buscar la causa de los precios tan especulativamente altos que existen en el “mercado” venezolano, se encontró con que las empresas no decían la verdad, ellos compran barato y venden carísimo, y a quienes se quejan, la respuesta es que la culpa es de Chávez. Por eso, con la política de los mercados socialistas y con la intervención del Estado en el comercio directo para favorecer al pueblo, se les caen las tramoyas a los especuladores y salen chillando, quejándose de que el gobierno los va a perjudicar.
En todo caso, una empresa que pertenece a una familia beneficia sólo a esa familia, explota a los trabajadores y roba a los que finalmente compran, pero con la política comercial socialista, se beneficia la gran masa de la población, que adquiere prendas de buena calidad por un precio razonable y, pese a eso... ¡Los vendedores también ganan!
Es el inicio del reventamiento de una inflación planificada y dirigida por medio de la cual los burgueses, en tanto perjudican políticamente al gobierno, achacándole ser el origen de todos los males que sufre el pueblo, ganan mucho, pero mucho dinero robando a ese mismo pueblo, siendo los culpables de la inflación.
Sería muy bueno que el Ministerio del Poder Popular para el Comercio, junto con los ministerios de Agricultura y Alimentación, se hiciera cargo también de la distribución de alimentos para la gente, eliminando la corrupción presente en muchos distribuidores de Mercal, con la necesaria complicidad de algunos funcionarios, que desvían los mejores alimentos a la empresa privada y se quedan con dinero mal habido, y a nivel de detallistas, la mentalidad de bodeguero, embrión de capitalista especulador, hace que el usuario se encuentre, bajo el cartel de Mercal o PDVAL, con más de lo mismo: Especulación, condicionamiento de la compra, frases groseras culpando a Chávez de un presunto desabastecimiento.
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