Kareem el Bloguero

Sin problemas de remarcar mi ignorancia debo decir que la primera vez que oí hablar de Yoani Sánchez fue bajo una de las siempre interesantes y regulares conversaciones que suelo mantener con mi buen amigo Douglas, en la que seguramente para recalcar el cuño de su reconocido olfato de sabueso de la Web, hacía hincapiés cómo un sujeto como el que tiene el placer no había podido oír hablar de la que en ese momento como espuma del champagne se aproximaba hacia las increíbles y desoxigenadas alturas de ser la “indiscutible” heroína de todos los blogueros del mundo, suelo luego de haberse hecho preciadora de una lacrimógena campaña publicitaria que no en balde le ha valido de innumerables reconocimientos.

No sería hasta mucho después, aunque de retruque, cuando nuevamente logré oír el nombre del personaje en cuestión. En un muy interesante artículo desarrollado por el formidable profesor Pascual Serrano, en contraposición, también refería la historia de otro humilde y desconocido bloguero. Un personaje que por no encajar ni merecer los atractivos de quienes se encargan de bautizar ídolos o “heroínos” actualmente se sumerge inexorablemente hacia las profundidades de su desconocida, poco rentable pero igualmente peligrosas luchas y persecuciones políticas.

Para no redundar sobre las ya formidables intenciones y agudeza del trabajo de este reconocido autor me limito, enteramente satisfecho, a presentarlo tal como lo leí.


La diferencia entre ser bloguero opositor en Cuba o en Egipto

La famosa Yoani y un tal Kareem



Pascual Serrano

Tomado de Rebelión Internacional

http://www.rebelion.org


La periodista Olga Rodríguez nos cuenta en su magnífico libro “El hombre no teme la lluvia” (Debate, junio 2009) la historia del bloguero egipcio Kareem el Behirey, nacido en 1983. Vale la pena conocerla para compararla con otra bloguera que, según nos cuentan los medios, vive acosada y perseguida por el gobierno cubano, Yoani Sánchez.

Es habitual presentar a Cuba como una dictadura que persigue la libertad de expresión, escenario no tan habitual cuando las informaciones tratan a Egipto. Por ello conocer la situación de estos dos blogueros, cada uno crítico con el gobierno de su país, puede ser ilustrativo del talante democrático de cada gobierno y de lo acertado o no de la imagen que se proyecta en nuestros países.

Según relata Olga Rodríguez, Kareem es de origen humilde, vive con sus padres y hermana en un edificio de pisos destartalados cerca de El Cairo, su madre está prejubilada tras contagiarse en su trabajo de enfermera la hepatitis C, sin que pueda garantizarse los recursos para pagar la medicación. Kareem tuvo que financiar sus estudios trabajando de camarero. Cuando terminó su carrera no tuvo otra opción que incorporarse como obrero en la mayor fábrica textil del país, allí pasaba horas pedaleando en una máquina de coser envuelto en un ruido ensordecedor por treinta dólares al mes. Al salir de la fábrica se va a trabajar al periódico donde termina de madrugada, sin que le dé tiempo a volver a casa por lo que debe pernoctar en el domicilio de un amigo. Aquí ya vamos encontrando diferencias con la cubana Yoani Sánchez. Su familia tiene en Cuba acceso gratuito a los servicios médicos y garantizados sus estudios de filología sin tener que trabajar, el estado cubano también le asegura el trabajo como filóloga, aunque ella ha renunciado para sobrevivir con los ingresos que le proporciona su blog reproducido en numerosos medios extranjeros.

En diciembre de 2006 Kareem fue expulsado seis días de la empresa textil por apoyar una huelga de trabajadoras. Fue entonces cuando decidió abrir su blog que ha terminado siendo una referencia para los movimientos sociales egipcios, a pesar de que en esa época uno de los blogueros más conocidos en Egipto fue detenido y condenado a tres años por criticar al presidente egipcio Hosni Mubarak. En septiembre de 2007 comenzó una nueva huelga en su empresa textil, la situación del país era explosiva, a principios de 2008 el precio del pan se había incrementado un 50 por ciento en un año y los disturbios se saldaron con quince muertos en tan solo dos semanas. En Egipto, el presidente Mubarak mantiene el estado de emergencia desde que subió al poder en 1981, por lo que muchos derechos y libertades están limitadas. El 6 de abril de 2008 las Fuerzas Armadas egipcias, provistas con rifles de asalto, gases lacrimógenos y pelotas de goma, rodearon una manifestación de obreros y abrieron fuego contra ellos. Murieron un niño de nueve años y un joven de veinte, y otras noventa personas resultaron heridas. Cientos de activistas fueron detenidos, entre ellos el bloguero Kareem. Las autoridades le acusaron de haber incitado a la huelga a través de su blog. Al igual que otros detenidos, fue golpeado y maltratado en su celda, recibió descargas eléctricas durante los primeros días. Hubo un amplio movimiento de solidaridad dentro del país, decenas de blogueros expresaron su apoyo a los detenidos y diez días más tarde un fiscal ordena su puesta en libertad, sin que fuera cumplida por la policía. Kareem fue expulsado de su trabajo en la industria textil y, junto con otros presos, comenzó una huelga de hambre para protestar contra los malos tratos en la prisión.

Según cuenta Olga Rodríguez, salieron finalmente de prisión tras la presión internacional de varias asociaciones de derechos humanos. También fue readmitido en la fábrica y pudo volver a su vida de pluriempleado, con la que no llega a fin de mes y con la que apenas le queda tiempo para dormir. No ha abandonado su blog. Se puede ver en http://www.egyworkers.blogspot.com/ y http://yalhwy.maktoobblog.com/. En él difunde datos de las protestas que se celebran en todo Egipto, acompañados de vídeos y fotos que él mismo capta. En uno de sus correos electrónicos a Olga Rodríguez terminaba así: “Por lo demás, bien. Feliz por leerte y feliz por estar libre. En total estuve setenta y tres días en la cárcel. La policía me sometió a descargas eléctricas por todo el cuerpo durante los tres primeros días de mi arresto. Acabo de regresar de la fábrica, me han readmitido. Sigo estando pluriempleado, duermo poco. Pero mantengo el blog, por supuesto, con más energía que nunca. Lamentablemente aquí todos los días hay mucho que denunciar. Salam maleicum”. En las últimas noticias de Kareem enviadas a Olga Rodríguez, ya después de la publicación del libro, le informa que se han repetido sus problemas con la policía egipcia cuyas presiones han provocado que le despidan de su trabajo.

Volvamos ahora con la cubana Yoani Sánchez. Ella no puede informar y fotografiar represiones policiales con fusiles y pelotas de goma en La Habana porque no las hay. Yoani no ha pisado una cárcel cubana, pero la presentan todos los medios como un icono de la lucha contra la dictadura.

Mientras Kareem debía trabajar de sol a sol para pagar sus estudios y las medicinas de su madre, Yoani, que abandonó voluntariamente su trabajo estatal de filóloga recordaba sus angustias de falta de privacidad en los campamentos de estudiantes:

Salí del preuniversitario en el campo sintiendo que nada me pertenecía, ni siquiera mi cuerpo. Vivir en albergues crea esa sensación de que toda tu vida, tus intimidades, tus objetos personales y hasta tu desnudez han pasado a ser bienes públicos. “Compartir” es palabra obligatoria y se llega a ver como normal el no poder estar –nunca– a solas. Después de años entre movilizaciones, campamentos agrícolas y una triste escuela en Alquízar, necesitaba una sobredosis de privacidad [1] .

Cuando Kareen se recupera de las torturas y descargas eléctricas en la prisión, Yoani Sánchez se indigna porque el Estado no le arregla el ascensor de su vivienda:

Ya van a cumplirse cuatro meses desde que estoy sin ascensor. Catorce pisos para abajo, catorce pisos para arriba y no hay una fecha clara de cuándo estará listo el dichoso artefacto. El montaje va a ritmo cubano, que se parece al de esos galápagos que necesitan horas y horas para avanzar unos pocos metros. Siempre surge algo que prolonga el plazo para inaugurar los nuevos ascensores rusos, mientras mis piernas emulan con las de cualquier alpinista [2] .

A Yoani la presentan como una bloguera que debe enfrentarse a la censura en Cuba, pero en La Habana se le puede encontrar con su portátil donado desde el exterior en las antesalas de los mejores hoteles de la ciudad [3]. La historia de Kareem no interesó a los medios de comunicación occidentales, sin embargo la agencia Reuters ya informó del blog de Yoani nada más inaugurarse, The Wall Street Journal le dedicó una página completa con llamada en primera plana y el periódico español El País le publicaba entrevistas en contraportada [4] . Con motivo de la elección del nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, en febrero de 2009, el propio marido de Yoani contaba que hacían cola para entrevistarla The New York Times, The Zeit, Newsweek, Washington Post, Reporteros sin Fronteras, la televisión alemana, la española, Aljazira… [5].

El blog de Yoani es traducido a doce idiomas, a diferencia del de Kareem que solo está en árabe. En abril de 2008, el diario El País concede a Yoani el premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital, noticia que titulan Premio al periodista comprometido [6]. Kareem, el bloguero egipcio, nunca ha sido citado en el diario. Introducido el nombre de Kareem en el buscador no aparece ninguna noticia, en cambio en el último año Yoani Sánchez apareció en 29 ocasiones, una vez cada trece días.

La misma prensa occidental que ha encumbrado a Yoani no ha dicho ni una palabra de Kareem el Behirey. La revista estadounidense Time sitúa a la cubana entre las 100 personas más influyentes del mundo [7] en la categoría “héroes y pioneros”. El dominical de El País la incluye en los 100 hispanoamericanos más notables del año [8] , la revista Foreign Policy la elige entre los 10 intelectuales más importantes del año [9] en Iberoamérica y la revista Gato Pardo, desde México, la incluye entre los 10 personajes de 2008 [10] . Pero para todos ellos Kareem no merece ni una palabra, no existe, ni es héroe, ni pionero, ni notable, ni intelectual, ni influyente. En realidad, lo que no es, es cubano. Por eso nunca se acordarán de él, aunque lo detengan y lo torturen por escribir un blog. Su enemigo es un gobierno amigo y servil de occidente, el de Mubarak, y no un gobierno díscolo a nuestros intereses como el de Cuba.


waldomunizaga@hotmail.com


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Waldo Munizaga


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