La invasión de las fuerzas napoleónicas

Haití: una resistencia de dignidad que no debe morir

La respuesta colonialista no se hizo esperar. En I 802, en representación del gobierno francés, Napoleón envió una poderosa expedición integrada por 86 barcos y cerca de 30.000 veteranos de guerra, a los cuales pronto se sumaron otros 20.000 hombres, al mando de su cuñado, el general Carlos Víctor Manuel Leclerc.

El ataque de Napoleón a Santo Domingo francés y español formaba parte de un vasto plan de dominio de otras islas antillanas, el sur de los Estados Unidos y México. España había cedido la Louisiana a Francia, hecho que inquieté al Presidente de Estados Unidos, Jefferson, quien notificaba a Livingston, ministro norteamericano en París. La cesión de la Louisiana y ambas Floridas que España le hace a Francia afecta muy gravemente a Estados Unidos. En el globo no hay sino un punto cuyo poseedor es nuestro enemigo natural y habitual. Hablo de Nueva Orleans, por donde la producción de las tres octavas partes de nuestro territorio tiene necesariamente que pasar para llegar a los mercados.

Napoleón pretendió hacer creer a los ingleses que la expedición a Santo Domingo era en interés no sólo de Francia sino también de Gran Bretaña. En nota de Talleyrand, dictada por Bonaparte, se decía. Haga saber a Inglaterra que en la resolución que he tomado de aplastar en Saint Domingue el gobierno de los negros, me he guiado menos por consideraciones de comercio y finanzas que por la necesidad de ahogar en todas partes del mundo toda especie de

inquietud y desórdenes la libertad de los negros, reconocida en Saint-Domingue y legitimada por el gobierno francés, sería, en todos los tiempos, un punto de apoyo para la República en el Nuevo Mundo. En ese caso, el cetro del nuevo mundo caería tarde o temprano en manos de los negros; la sacudida que resultaría para Inglaterra seria incalculable, mientras

que la sacudida del imperio de negros, relativamente a Francia, se confundiría con la revolución.

El general Leclerc se posesioné de las costas, mientras el Ejército haitiano se retiraba ordenadamente al interior. La táctica de Toussaint “consistió en eludir toda batalla campal, en quemar el suelo bajo las propias plantas del enemigo y en atraerlo a los lugares donde la disposición topográfica del terreno significaba alguna ventaja para la defensa... predominé en

todo el país la táctica de las guerrillas. No obstante el apoyo de los jefes mulatos Rigaud, Petion, Villate y Jean Pierre Boyer al ejército invasor, las milicias de los libertos batieron ampliamente a las tropas napoleónicas que se habían paseado triunfalmente por Europa. Toussaint cometió el error de negociar. Pronto Leclerc le tendió una celada y lo hizo prisionero,

reportándolo a Francia, donde murió en las montañas del Jura el 7 de abril de 1803.

Leclerc restauró la esclavitud, hecho que motivó una masiva reacción de los negros. Los mulatos ricos apoyaron al principio a Leclerc, pero pronto comenzaron a dudar, sobre todo de sus métodos de exterminio. Las atrocidades cometidas por estos adalides de la “civilización europea” fueron peores que las de los conquistadores españoles, como lo atestigua un militar francés de la época, Lemonnier Delafosse. Fusilamientos, anegados, ahorcamientos, autos de fe, víctimas que se entregaban a los perros para que los devoraran, tales fueron los medios que se creyó deber emplear para someter al país. Muy pronto llegó su turno a los negros para vengarse. Después de nuestra salida, todos los blancos que quedaron fueron degollados; y las atrocidades que se habían cometido allí eran suficientes para legitimar las venganzas . Es preciso haber estado en guerra para conocer su audacia.

El terror y los crímenes cometidos por Leclerc no hicieron más que incrementar el odio al invasor francés. Miles de ex-esclavos y otros sectores de la población se incorporaron activamente a la resistencia. Jean Jaeques DESSALINES se puso al frente del ejército de los libres, reemplazando la bandera francesa por otra azul y roja con el lema “Libertad o Muerte”. A medida que avanzaba, repartía tierras. Sus principales lugartenientes eran Christophe y Belair. Además fue muy dúctil para lograr el apoyo de un fuerte sector de mulatos, pues no sólo luchaba por la liberación de los esclavos sino también por un gran proyecto político: la independencia nacional, en la cual también estaba interesado un grueso sector de mulatos . Sin embargo, la restauración napoleónica durará menos en Haití todavía que en Europa. El 28 de septiembre de 1803 , Dessalines, proclamará la definitiva independencia de Haití. En 1805 Francia perderá en Trafalgar toda posible capacidad de respuesta marítima y , sin barcos, no podrá recuperar el control de Haití. La mayoría de los historiadores magnífica la epidemia que sufrió el ejército francés con el fin de minimizar el avance del ejército negro. Sin dejar de considerar la importancia de la epi- demia, en la cual pereció Leclerc, creemos que la derrota del ejército napoleónico fue en último

análisis el resultado del enfrentamiento con un ejército superior en moral y en táctica militar. El 29 de noviembre de 1803, Rochambeau tuvo que capitular en toda la linea. Las invictas tropas napoleónicas habían perdido en los campos de batalla de esa pequeña isla de las Antillas, más de 62.000 hombres y 225 millones de libras esterlinas. Los tan menospreciados y discriminados negros habían batido sin apelación a los mejores espadas del Estado Mayor del Ejército de Napoleón.

Hoy Haití esta entre recolonizacion o refundación, los hijos e hijas del Magnánimo Prócer Latinoamericano Alexandre Petión, reclaman a los hermanos de nuestra América que Reflexionan, en el siglo XVIII Haití brindo Libertad a todo sin nada a cambio tampoco humillaba a nadie, No me hablan de Integración si permite este termino excluyente a un pueblo que dio su libertad para volver hacer esclavos después 206 años.

Haití de tanto luchar por la libertad del continente, merece respeto.

(*) Antropólogo

Seg General de Casa Cultural Haitiana Bolivariana de Venezuela

Coordinador del Fuente Unido Socialista Haitiana

fritzsaintlouis8@gmail.com


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Fritz St Louis (*)


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