Creo que hay que resistir: este ha sido mi lema. Pero, hoy, cuántas veces me he preguntado cómo encarar esa palabra, cómo vivir la resistencia. Antes, cuando la vida era menos dura, yo hubiera entendido por resistir un acto heroico, como negar a seguir embarcado en este tren que nos impulsa a la locura y al infortunio. ¿Se le puede pedir a la gente de vértigo que se revele?¿Puede pedirse a los hombres y a las mujeres de mi país que se nieguen a pertenecer a este capitalismo salvaje si tienen que mantener a sus hijos, a sus padres? Si son responsables ¿cómo han de abandonar esa vida?
El párrafo anterior corresponde al libro La Resistencia del connotado escritor argentino Ernesto Sábato. En este texto, publicado en el año 2000, este importante pensador comprometido con las causas más nobles de la humanidad, reflexiona en torno a la necesidad que tenemos de tomar conciencia sobre los grandes problemas que amenazan la subsistencia del hombre en el planeta como la globalización, el neoliberalismo económico, la contaminación ambiental, y, sobre todo, el imperialismo.
A Sábato, conocido entre otras obras por la famosa novela El Túnel, lo citamos en esta columna a propósito del importante acto en defensa de la soberanía, la patria y contra el imperialismo celebrado recientemente en el Salón Elíptico de la Asamblea Nacional (AN), el cual contó con la honorable presencia del presidente de la república, Hugo Chávez Frías.
En la actividad los representantes de los cinco poderes públicos del Estado Venezolano suscribieron un Manifiesto en el que se planteó al mundo “la determinación de derrumbar las cadenas imperialistas que nos han mantenido dominados durante años”
Apoyamos totalmente esta decisión emancipadora, porque al igual que Sábato estamos convencidos de que la lucha contra el imperialismo implica en sí misma un inmenso compromiso revolucionario, de resistencia, entrega y libertad. Lucha que no será posible mantenerla sino estamos claros y convencidos de que tenemos que impregnarnos de una clara y profunda conciencia ideológica.
Ese manifiesto antiimperialista debe circular por todas las aristas y rincones del país con el propósito de que cada mujer, y cada hombre de nuestro pueblo lo asuma con el amor y el compromiso que estamos asumiendo la consolidación del proceso bolivariano.