El personaje era tan mentiroso y caradura que, Chuíto, el cargador de agua en perolas “Los tres cochinitos”, solía decir:
“A ese no le creo nada de lo que dice, así me rece el credo al revés”.
Aquel refrán se volvió popular, tanto como el que nuestro embajador en la OEA, Roy Chaderton, usó para aplicárselo al de Colombia, durante los estertores del gobierno de Uribe, aquel tristemente célebre Hoyos, “ahora cuéntame una de vaqueros”.
Porque como sabemos bien, ante persistentes mentirosos y sus mentiras, uno y otro tienen pertinencia.
Estas reflexiones vienen muy al pelo al leer en las informaciones internacionales que Diego Arria, aparece de nuevo en España, donde convocó una rueda de prensa para repetir embustes en “refrito”, como dicen en la jerga periodística.
1.- Un mentiroso contumaz como él, dijo que Colombia posee abundante información acerca de los contubernios del gobierno de Venezuela con las FARC y ETA; por ello le reclama a aquél la ponga a disposición de los organismos internacionales. Pero, embustero al fin, como está seguro que lo afirmado en la rueda de prensa es falso, optó por acomodarse lo mejor que pudo diciendo:
“O Uribe es un embustero o Colombia no quiere exhibir esa información”.
Tal dilema, muestra al rompe que está mintiendo. No tiene nada en que afirmarse. Si no fuese así no hubiese dicho lo anterior. Es un desmentido de lo que antes afirmó.
Pero lo más desconcertante, es que el caradura y no por las repetidas cirugías solamente, quiere obligar a Colombia reflotar las denuncias de Uribe, para que a él le den sustento.
Pero, volviendo al refranero popular, sabio e ingenioso, pese a que algunos exquisitos quieran devaluarlo, a Arria, cabe decirle, cuando califica a Uribe:
“Cachicamo llamando a Morrocoy conchúo”.
2.- Arria, llega a España a presentar denuncias contra el gobierno venezolano, sustentándose en informaciones, de por sí dudosas y devaluadas, aportadas por el personaje a quien en el mismo encuentro le sugiere mentiroso. Como Cantinflas, Uribe viéndose descalificado, por aquel que intenta en él apoyarse, podría haberle dicho:
“No nos ayudes compadre”.
3.- ¿Y, a todas estas, cuáles son las denuncias de Arria?
a.- “No hay nadie que haya presentado documentación más detallada y específica” que la llevada por Colombia a la OEA. Se refiere al mismo bodrio de Hoyos, por el cual Chaderton dijo lo que arriba recordamos. Lo que no hace Santos, presidente de Colombia, lo hace Arria, quien “no tiene vela en ese entierro”.
Tan “específica”, como una fotografía, en toma cerrada, dentro de una enramada o rancho, donde tres personas asan un cochino, sirvió para afirmar que era un campamento guerrillero en suelo venezolano.
b.- De nuevo, sin temer al ridículo, habla del “caudal de información” hallado en las computadoras de Raúl Reyes y más recientemente en las de “Mono Jojoy”.
Hablar de este último asunto debería serles vergonzoso; a uno le parece innecesario, porque en este mundo, particularmente en nuestro espacio, después de todo lo sabido, no hay nadie serio que a eso le haga caso. Precisamente, porque es la causa que a Uribe y sus más allegados, nadie les tenga como personas respetables. Para muestra, allí están los hechos. Más de medio congreso uribista está en la cárcel, unos cuantos de sus colaboradores investigados y otra porción anda en carrera. El expresidente colombiano, ha llegado a la desfachatez de aconsejar a sus colaboradores asilarse, en virtud que las actuales autoridades no ven posible esconder o pasar por alto los desafueros cometidos en la anterior administración.
El mayor desmentido en todo caso a las impertinencias de Arria, es el rumbo que han tomado los asuntos entre Venezuela y Colombia. Hasta las mismas relaciones entre Uribe y Santos, que bien saben de vericuetos e intimidades, hablan no precisamente a favor de las mentiras necias de Diego Arria.
c.- Arria, abrió su comparencia ante la prensa española, acusando al gobierno de Venezuela de servir de protector a un grupo de integrantes de la ETA. Pero veamos hasta donde llega la audacia asociada a la mentira. Los “etarras” a quienes el copeyano-adeco, exgobernador de Caracas, “exiliado voluntario” en Estados Unidos antes que Chávez se alzase, por temor que sus ex compañeros lo apresasen por presuntos hechos ilícitos, son los mismos que en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, del cual formó parte, se les dio asilo en Venezuela previo acuerdo con Felipe González.
Pero hay más de esa audacia vergonzosa; tuvo el empacho de entregar a un juez español, informaciones que le dieron viejos policías venezolanos, de la época de cuando gobernó, muchos de ellos acusados de torturadores y algo más, como pruebas de los “vínculos” de aquellos vascos, residenciados en Venezuela y hasta nacionalizados, con el gobierno de Chávez.
5.- Arria es un testigo devaluado. La credibilidad y él siempre andan como agua y aceite. Cualquier juez imparcial desecharía su comparencia, por eso, su historial político, vínculos con la corrupción, abusos contra la colectividad y hasta por su reciente confrontación con el gobierno nacional, por un asunto de tierras presuntamente usurpadas, sobre las cuales no ha probado su legítima propiedad.
“Dios los cría y ellos se juntan”.