El perverso tiburón: Estados Unidos

En 1.584 un grupo de ingleses se apoderan de parte de las costas norteamericanas, todo comienza con del actual estado de Carolina del Norte, más tarde conforman la gran colonia de la Nueva Inglaterra, luego fundan la colonia de Maryland y más tarde unos puritanos expulsados de Inglaterra se fijan en Massachussets; toda esta gente va asentándose a lo largo de la Costa Este de lo que ahora es los Estados Unidos. En calma transcurren casi 200 años, pero al imperio inglés aplicar un aumento de impuestos en 1.773 causa un gran descontento en las ya 13 colonias inglesas ubicadas en los Estados Unidos, y es el 5 de septiembre de 1774 que los líderes de estas colonias se reúnen en la ciudad de Filadelfia para discutir el asunto; allí deciden enviarle un documento de protesta al rey y así lo hacen. Al no obtenerse ninguna respuesta nuevamente vuelven a reunirse y después de muchas discusiones acuerdan el 4 de Julio de 1.776 declarar la independencia. Estas 13 colonias inglesas fueron las de: Massachussets, Nueva York, Nueva Jersey, Rhode Island, Nueva Hampshire, Pennsylvania, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Connecticut, Georgia y Delaware, por lo que se suscita la guerra fraticidas entre parientes; ingleses y norteamericanos.

Después de varios años de guerra independentista y estabilizado el gobierno estadounidense, es en 1.803 cuando esta nueva nación comienza su expansión siendo el Presidente Thomas Jefferson, 1.800-1.808, quien aprovecha las desavenencia de Francia con Inglaterra para entrar a negociar con los galos un vasto territorio llamado Louisiana, atravesado por el río Mississippi que comunica el Norte con el Sur, este territorio había sido del dominio español pero debido a la guerra napoleónica este país lo había cedido a Francia, y Napoleón al trazar su plan estratégico contra Inglaterra ve conveniente vender todo este amplio territorio a los Estados Unidos. Hay que considerar que este territorio es de una extensión igual al que ocupó las 13 colonias norteamericanas y hoy allí existen 13 estados de la unión, de manera que para finales de 1.803 ya los Estados Unidos tiene más del doble de su extensión territorial originaria. El gobierno de Jefferson anexiona también algunos territorios bajo la autoridad británica, en 1.803 Ohio, en 1.804 Mississippi y Nueva Orleáns, en 1.805 Michigan, y al dejar la presidencia está listo el proyecto para el apoderamiento de los territorios de Indiana y Illinois; lo que se concreta en el año 1.809. La obsesión expansionista de Estados Unidos se arraiga fuertemente en sus gobernantes y en 1.819 compran a España el territorio de la Florida, en 1.845 invaden y se apoderan de Texas, territorio mexicano, y obligan a este país a cederle en 1.848 los territorios de California y Nuevo México; por último, en 1.867, adquieren de los rusos el amplio territorio de Alaska. Obsérvese como desde la independencia de Estados Unidos en 1.783 hasta 1.867, 84 años, su territorio en América del Norte crece unas 8 veces, y hoy habría que sumarle los territorios que poseen en el mundo entero en donde sus Presidentes o Jefes de Estados dicen tener gobiernos independientes; pero que no mueven un dedo sin las directrices emanadas de la Casa Blanca.

Los mandatarios estadounidenses ahora tienen en vilo a la humanidad, pues desde que lanzaron las bombas atómicas en dos pequeñas ciudades japonesas, asesinando sin ninguna compasión a cientos de miles de sus habitantes, hombres, mujeres, ancianos y niños, y como nadie se atrevió a llevar a los órganos de justicia a los responsables de esta masacre, el gobierno de los Estados Unidos se creen con derecho a intervenir bélicamente en cualquier parte del mundo y someter a esos pueblos para despojarlos de sus riquezas y apoderarse de sus recursos naturales. El lector podrá darse cuenta como algún tiempo después de la independencia de los Estados Unidos sus gobernantes prepararon al pueblo para que se considerara amo del mundo, inculcándole que de no lograrse obedezcan sus órdenes por las buenas se debe actuar por las malas. Y como actualmente existen varios países dignos en los cuales sus gobernantes quieren sean soberanos y desarrollarse sin estar sometidos a la política de otros, todos ellos se encuentran amenazados abierta o solapadamente por el gobierno de Estados Unidos. Pero a pesar del riesgo indiscutible que eso significa, Venezuela, a la memoria de nuestros libertadores, debe seguir luchando para que tal dependencia vuelva a producirse como sucedió con algunos gobiernos anteriores. El pueblo de los Estados Unidos está sufriendo la humillación de ser llamado guerrerista por culpa de algunos de sus gobiernos que han autorizado las invasiones y guerras, actuando ellos directamente o por intermedio de sus cómplices, tal como acaba de ocurrir con el país de Libia, en donde masacraron a un buen numero de sus habitantes, asesinaron cobardemente a sus líderes y también al Presidente de la nación Muamar Gadafi; todo esto aprobado y estimulado por el engreído Premio Nóbel de la Paz estadounidense Barack Obama.

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José M. Ameliach N.


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