La nueva estrategia de EEUU amenaza América Latina

El gobierno de Estados Unidos (EU) lanzó en abril una potente contraofensiva para recuperar el terreno perdido en una región que sigue siendo vital para su dominación global. Nadie en su sano juicio podía imaginar que el imperio dejaría disolver su influencia en América Latina sin jugar todas sus cartas. En el nuevo escenario mundial, pautado por la crisis económica y financiera, y cuando el Pentágono necesita volcarse hacia el Pacífico, su presencia en este continente no puede asumir un perfil solamente militar.

El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor conjunto, debatió el primero de mayo la nueva Estrategia de Defensa en el Carnegie Endowment for International Peace, señalando que no sólo consiste en “rebalancear” las fuerzas armadas hacia la región Asia- Pacífico, como señaló Barack Obama en enero. Definió la necesidad de “construir una red de alianzas alrededor del globo” para lo que será necesario “resolver los desafíos pendientes, tales como las cuestiones relacionadas con transferencia de tecnología, intercambio de inteligencia y ventas militares al extranjero” (Carnegieendowment.org).

En abril el secretario de Defensa, León Panetta, realizó una gira sudamericana que lo llevó a Colombia, su principal aliado militar, luego a Brasil y finalmente a Chile, donde se acaba de inaugurar la base militar de Concón. “El propósito de este viaje es participar en consultas con varios de nuestros socios en esta parte del mundo e intentar fomentar alianzas de seguridad innovadoras en la región” (http://spanish.chile.usembassy.gov).

La base de Concón, en la provincia de Valparaíso, forma parte de esa política de “innovación”. Fue construida en 60 días por el Comando Sur y la Armada de Chile como campo de entrenamiento para la guerra urbana, las llamadas Operaciones Militares en Territorios Urbanos (MOUT) contempladas en las misiones “humanitarias” y preventivas. En septiembre de 2011 el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, había firmado un acuerdo de cooperación que permite “el despliegue de tropas estadunidenses en suelo chileno, ante la eventualidad de que el ejército nacional se vea sobrepasado por alguna situación de emergencia” (El Ciudadano, 3/5/12).

Pero el clímax de la minigira de Panetta sucedió en Brasil, al día siguiente de la entrevista con el ministro de Defensa, Celso Amorim, en la que ofreció amplia transferencia de tecnología si opta por la compra de cazas F-18 Super Hornet de Boeing, en vez de los Rafale de la francesa Dassault. El 25 de abril Panetta ofreció una conferencia en la Escuela Superior de Guerra, en Río de Janeiro, en la que detalló su propuesta de amplia cooperación estratégica entre EU y Brasil.

Se dirigió a las elites militares, empresariales y políticas de Brasil, no al gran público. Comenzó diciendo que ambos países “se encuentran en un punto crítico de la historia común” (Defesanet, 25/4/12). “Es el momento de esforzarnos en el nacimiento de un nuevo acuerdo, simultáneamente fuerte e innovador, basado en los intereses mutuos de los dos países, como potencias occidentales”. Insinuó que Brasil podría llegar a ocupar su ansiado asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no fue claro.

Llamó a establecer un nuevo diálogo para “transformar la relación Brasil-EU en el área de la defensa”, involucrando a la nación emergente en las cuestiones militares internacionales y aseguró que las relaciones bilaterales están en su mejor momento desde 1945.

En un párrafo crucial abordó el aspecto más espinoso de la relación bilateral: “Brasil es una potencia económica y la cooperación en alta tecnología, que necesita fluir en ambas direcciones, parece limitada por los controles a la exportación existentes actualmente. Respondiendo a esto, tomamos la decisión de librar 4 mil licencias de exportación para Brasil, un nivel similar al que tenemos con nuestros mejores aliados globales”.

Panetta agregó que la compra de los 36 cazas F-18 puede “transformar radicalmente la relación entre ambas industrias de defensa” y concluyó asegurando que “Amorim es esperado en Washington en breve para continuar el diálogo”.

¿Cómo debe interpretarse este discurso? Sin duda, se produce en un momento clave y delicado. El triunfo de François Hollande es analizado en Brasil como oportunidad para potenciar la alianza con Francia, mientras la presencia de China en la región no deja de crecer. Amorim aseguró meses atrás que la decisión de la compra de los cazas se tomará antes de mitad de año, pero lógicamente después de las elecciones francesas. Este es el momento. Sin embargo, el imperio no suele ofertar una amplia transferencia de tecnología por la compra de tres docenas de aviones. El objetivo parece más ambicioso: el Pentágono realiza su “generosa” oferta tecnológica y diplomática (el asiento en el Consejo de Seguridad) a cambio de una sumisión militar y estratégica. A mi modo de ver, es un chantaje.

Los cables revelados por Wikileaks señalan que en 2009 EU buscó sabotear la transferencia de tecnología espacial y nuclear de Ucrania a Brasil (Defesanet, 13/5/12), dos aspectos decisivos para la autonomía estratégica del país emergente. Pero Brasil ya está desarrollando tecnología espacial con China y tiene su propio y avanzado programa nuclear. El mensaje es claro: si Brasilia no se subordina, el cerco militar será cada vez más estrecho, como lo demuestra la nueva base militar en Chile.

No es sencillo anticipar el camino que tomarán las elites brasileñas. Por mucho menos, Getulio Vargas fue acorralado hasta empujarlo al suicidio. Las próximas semanas develarán buena parte del enigma: la demorada decisión de la compra de los cazas mostrará el estado de ánimo imperante en el país que se propone unir a la región para hablar con voz propia en el mundo.


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Raúl Zibechi / SurySur.net


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