Acerca del Holocausto se ha escrito y hablado mucho, sobre lo que poco se ha escrito o hablado mucho ha sido acerca del papel desestabilizador del estado de Israel en el mundo, siendo éste el que más ha infringido las resoluciones de la ONU en su muy gris historia. Cuando se han hecho esfuerzos por plantear los innumerables atropellos a la legalidad internacional y a la violación contumaz del estado sionista los grandes medios no les han dado cobertura alguna, o se han limitado a divulgar medias verdades que al fin y al cabo son también mentiras.
Todo ser vivo tiene un instinto básico de defender su vida, e incluso la de otros, pero pareciera a veces que por estar demasiado imbricados los estados en “sus propios problemas” no terminan de visualizar que por el lado del Medio Oriente puede llegar la aniquilación humana, e incluso de todo ser viviente en el planeta.
El estado de cosas que se viven hoy en día en la geopolítica mundial debe llevar necesariamente a la aplicación de normas de contención al estado de Israel -como a todo Estado infractor-, y esto se hace evidente cuando uno de sus generales con simpleza avisa que habrá una nueva guerra con el Líbano, y que será corta pero muy fuerte. Ante tal desparpajo cabe preguntarse ¿qué derecho asiste a un estado a aniquilar seres humanos?; lo mismo han hecho con Palestina, nación a la que esperan borrar por completo del mapa, ya lo han logrado en un 70 u 80 por ciento a pesar de las tibias críticas de los organismos internacionales.
El sionismo ha declarado que “Si Israel no existe nada más existirá”, o lo que es lo mismo “ Si alguien quiere obligarnos a algo todos moriremos”. Para el sionismo no existe ley alguna que no surja de sus intereses económicos y de dominación, y así han ido apoderándose de grandes cantidades de bancos y transnacionales alrededor del globo, y no titubearán en usar ese poder mercantil para chantajear a los demás estados, así como no titubearon en expresar su amenaza de destrucción total, y claro que lo pueden hacer ya que USA los ha dotado de armas de destrucción masiva en su creencia de utilizar a Israel como cabeza de playa para controlar el petróleo de la zona.
Es inadmisible entonces que éste problema no se encuentre en primer plano a escala global, todo porque hay quienes se empeñan en ocultarlo para seguir pujando por sus economías, ya que temen la desinversión sionista.
El sostén básico del sistema neoliberal mundial se encuentra en las inversiones y por ende en las grandes empresas sionistas existentes, sin ello ya el capitalismo sería historia.
Por último, hay que entender que se pueden seguir atacando coyunturas nacionales, pero sólo dejará de existir pobreza y desigualdad cuando este sistema ignominioso acabe, y eso paradójicamente puede llevarnos a la extinción, pues como se dijo hay quienes están dispuestos a todo para impedirlo.
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