Producción y tráfico de drogas y las políticas imperialistas

La palabra “burgués” proviene de la denominación que se le daba al habitante del “burgo”. Entre historiadores se ha desarrollado una polémica sobre dónde y cuándo apareció, por primera vez, la palabra “burgo”; un sector considera que fue en el territorio de lo que actualmente denominamos como Alemania; otro grupo, en desacuerdo con los anteriores, ha propuesto que dicha denominación proviene de aquellos asentamientos cuasi-urbanos que se fueron desarrollando cuando el proceso de la Reconquista del territorio peninsular de la Hispania ocupado por “moros y judíos” que convivieron, pacíficamente, con los cristianos durante ocho (8) siglos de ocupación por los seguidores de Mohamad. Expresamos lo inmediato anterior para ir desarrollando y tratando de demostrar el impacto de la expulsión de judíos y los llamados “moros y sefarditas” y el “comercio internacional” en y a través de los mares del Mediterráneo cuando los denominados como Reyes Católicos decidieron, una vez expulsados los “moros”, que bien los judíos-sefarditas se convertían al cristianismo, bien la Inquisición los quemaba vivos, bien eran expulsados vía Portugal al norte del África y aquellos que se dirigieron a asentarse en Holanda. En ese orden, debemos exponer que, gracias a aquella ocupación peninsular, el comercio proveniente del Asia, vía caravanas, cruzaba las azuladas-verdosas aguas del Mediterráneo entrando a la península referida para exportarse a las cortes europeas de aquellas historias. Entre los productos exportables se encontraban las pimientas y otras especias, sedas, té, piedras preciosas y maderas exquisitas como el palo de rosa, alcanfor, entre otras. Dicho comercio, debemos precisarlo para poder entender nuestra argumentación, era controlado por las diferentes comunidades judías que poblaban en diferentes burgos de la península hispana. Como expresamos más arriba, un sub-conjunto de judíos sefarditas se trasladó a Holanda con todo aquel conocimiento y relaciones comerciales que se habían desarrollado durante ocho (8) siglos entre aquella unidad conformada por comerciantes asiáticos, caravanas de bereberes, comunidades judías y compradores cortesanos vía el Mediterráneo. En ese orden, es evidente que las políticas de Estado de la Corona de Aragón y Castilla causaron un impacto negativo en el comercio internacional (permítaseme ese concepto para aquellas épocas históricas) trastocando las realidades y necesidades que implicaban el poder obtener la pimienta, sal, las sedas, los té, etc.

Los judíos sefarditas en Holanda, vista sus objetivas ventajas, decidieron fundar la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, predecesora de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales y, ésta, base fundamental para la acumulación del capital fundacional del banco británico (¿será escocés?) cuya sucursal en ciudad de México ha sido señalado, en fechas recientes, como “money-laundry”. Es decir, “la tintorería del billullo” (y no es china, la tintorería) proveniente del comercio de la droga. Es importante rescatar y reiterar que dicha “tintorería” es “puro negocio” (just business). Regresemos. Aquellos sefarditas, como buenos sefarditas, comenzaron a “brincarse” el Mediterráneo e importar, directamente, desde Asia, con sus propios barcos, todos los necesarios, requeridos y demandados productos de consumo que las cortes europeas ya más arriba señaladas. Pero Europa y aquellas cortes y sus cortesanos no se distinguían por vivir en paz porque la guerra era una condición sine qua non del caballero cortesanos. Esas guerras obligaron a aquellos judíos sefarditas a poner tierra por medio trasladándose a la isla británica, concretamente, a Londres y con ello todo el control de su comercio con lo que los obligó a fundar la Compañía Inglesa referida. Entre aquellos judíos se encontraba la familia Rothschild, financieros de “tirios y troyanos” y sus “guerritas”. Aquella realidad impactó en la ciencia y tecnología de la realidad inglesa hasta aquella revolución Industrial manchesteriana y aquella revolución impactó el comercio entre Asia y Europa, claro, todo ello controlado por la Compañía Inglesa de las Indias Orientales y el proceso de expansión del capitalismo inglés y, of course, su política imperialista. Llegaron los ingleses y su compañía a la India controlando el comercio del té, los algodones y el opio. En sus políticas expansivas imperialistas, los ingleses, por obviedad, llegaron al sur de China impactando el comercio bilateral sino-inglés pero negativamente para la Corona victoriana. ¿Cuál podría ser la solución para poder revertir lo negativo de aquel comercio bilateral sino-inglés? Naturalmente (sic), aumentar las exportaciones de opio producido y proveniente de la India al mercado chino algo así como la función que realizan, actualmente, Colombia y, según el Departamento de Estado y su Secretaria, Hillary Rodham Clinton, Perú y Bolivia en cuando a la producción de “hoja de coca” y su derivado, aguas abajo, es decir, la cocaína hacia el mercado estadounidense vía México.

En efecto aquellas exportaciones de opio indio tuvieron su efecto positivo para la balanza de pagos inglesa permitiendo que la Compañía Inglesa de las Indias Orientales acumulara suficiente capital para convertirse, después de sus propias reconversiones, en un “poder y el brazo ejecutor del imperialismo” británico que impulsó la invasión y ocupación de territorio chino obligando al resto de las testas coronadas europeas a “seguir el ejemplo que Londres obligaba”. Un simple paneo de aquellos hechos históricos nos trasladan a las actualidades obligándonos a inquirirnos si no es lo mismo que se desarrolló y sigue su curso en Afganistán, importante productor de amapola, opio y las bases para la heroína. No es lo mismo que está en “pleno desarrollo” en Colombia, nos preguntamos. Ahora ¿Por qué la política comercial imperialista de las drogas es tan necesaria y obligante para el Imperio?

Con frecuencia leemos y/o Walter Martínez nos informa en Dossier que el Departamento de Estado, el Pentágono, la DEA, y cualquier órgano gubernamental estadounidense señalan, con todo el descaro, a Venezuela (permítasenos ponerla como referencia) de ser un país con un gobierno que permite, avala y promueva el tráfico y lavado de dineros proveniente del comercio de las drogas hacia los EEUU de América, la Comunidad Europea y al occidente del continente de África lo que obliga, inmediatamente, al Canciller Nicolás Maduro ha responderles con la acostumbrada vehemencia a la cual nos tiene acostumbrado Maduro. Claro! no hablemos de las respuestas del Comandante Chávez Frías porque “Troya arde”. Analicemos. Primero, es bastante curioso que los órganos del poder imperialista estadounidense acusen a Venezuela de lo expuesto más arriba cuando está más que demostrado que Venezuela no es un país productor ni de materia prima ni elaboradora de drogas; segundo, ni Clinton ni Panetta, nunca jamás, mencionan a Colombia ¿Por qué será? (nos permitimos precisar sobre la preocupación del Presidente Santos sobre este tema) Tercero nos inquieta los porqué de las actitudes de la oposición venezolana quienes se adscriben a las tesis del Pentágono sin elaborar una argumentación razonada sobre sus adhesiones a las políticas estadounidenses de acusar a Chávez Frías, al Gobierno bolivariano y a la Revolución Bolivariana de ser, supuestamente, permisivos con el tema referido a las drogas.

De lo anterior expuesto nos permitimos elaborar algunas conclusiones de nuestra total responsabilidad. El tráfico de opio hacia China le permitió a la Corona británica solucionar a su favor el desbalance negativo en la balanza comercial con China por los volúmenes de exportación de valijas de opio para el consumo de miembros de la sociedad china. Le permitió a la Corona británica desarrollar la y su “política imperialista” que impuso a “sangre y fuego” invadiendo el territorio chino y castrando cualquiera relación ético-moral con los derechos humanos de la sociedad china afectada, profundamente, con el tráfico impuesto por el tráfico y consumo de opio. Esos escenarios nos enseñan que debe y tiene que haber una relación entre las políticas imperialistas de un país concreto con el control del comercio de drogas. Nos explicamos. Comentan expertos que desde la invasión que los EEUU de América realizara sobre y en Afganistán, la producción de amapola, por tanto, de opio y heroína, han crecido exponencialmente a pesar de la ocupación militar de tropas de la OTAN de ese país del Asia Central y vecino de Paquistán. Pero dichos expertos lo que no nos dicen mucho menos señalan es quienes controlan la distribución del tráfico de drogas afganas ni apuntan a quienes controlan la acumulación de capital que ese negocio indigno y amoral que viola todos los Derechos Humanos de la Humanidad cual se ve afectada por la imposición de ese paradigma del capitalismo neo-liberal del consumo masivo, permanente y constante promovido a través de la propaganda subliminal que los medios informativos capitalistas en cualesquiera sean sus expresiones nos venden cotidianamente.

Regresemos a América Latina. El Pentágono acusa a Venezuela de ser un país donde se trafica con drogas y lavado de dineros provenientes de ese indigno comercio llegando a sugerir que, prácticamente, Venezuela es el país exportador de toda la droga que se consume en los EEUU de América, en la Comunidad Europea y más allá del Universo. Nos preguntamos: ¿cuál es la opinión del candidato de las derechas, nacionales e internacionales, el candidato del fascismo latinoamericano, el candidato del Departamento de Estado y del Pentágono, Henrique Capriles Radonski, sobre esos señalamientos y acusaciones que provienen del norte imperialista? Quien calla, otorga.

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Miguel Ángel del Pozo


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