El carácter de la crisis de los Estados Unidos, tiene dos vertientes importantes para explorar: El uso de la represión policial contra sus nacionales, como una manera de contener la protesta, y el intento de mantener el predominio político en el campo internacional a través del uso de la fuerza militar.
La agenda internacional del imperialismo tiene previsto cuatro grandes conflictos, la lucha con China y Rusia por las reservas del Mar Caspio, el control de las riquezas del Medio Oriente, en fase de culminación con el derrocamiento de Mouamer Gaddafi, la lucha con los países Andinos por la Amazonía debido a las riquezas hídricas y naturales de esta zona, y el control del mercado internacional de cocaína y heroína, que empezó con la invasión de Afganistán.
A lo interno la situación de desequilibrio financiero de los Estados Unidos, se ha agravado como consecuencia del fracaso del modelo de Keynesianismo Militar, basado en la presunción de que una inversión cuantiosa en el gasto militar aumenta los niveles de empleo, y abre una época de productividad.
Pero el incremento del presupuesto militar beneficia solo a un pequeño sector de los EEUU, al traspasarle ganancias excepcionales que son colocadas en inversiones inmobiliarias y en el mercado financiero, lo cual agrava el desequilibrio fiscal interno y compromete la recuperación de la economía. La deuda externa alcanza 5,29 billones de dólares, la caída de las tasas de ahorro de los consumidores norteamericanos es de aproximadamente un 70% de su PIB, el déficit de la cuenta corriente alcanzó 117,410 millones de dólares en el tercer trimestre del año pasado.
El Presidente Obama, ha dicho que la crisis, es política y no financiera en alusión a la disputa que se ha presentado en el congreso, por la subida de los impuestos y los recortes de gastos públicos, que intenta recargar el costo de la crisis en los ciudadanos normales.
Más allá de las apreciaciones de Mister Obama, y sus triviales observaciones sobre la pequeña historia de conjuras y conspiraciones en las cámaras. La crisis va a continuar porque es un problema sistémico y recurrente que ataca al capitalismo, y se debe a lo que el genio de Marx identifico como la Ley de la Tendencia Decreciente, que se manifiesta cuando el capitalista comienza a disminuir sus inversiones.
El Boletin LEAP/E2020 asegura que “durante los próximos cuatro años Estados Unidos, estará inmerso en conmociones políticas, económicas, financieras y sociales como no ha conocido desde el fin de la guerra de secesión, azar de la Historia, comenzó exactamente hace 150 años, en 1861. Durante este período, Estados Unidos va a ser simultáneamente insolvente e ingobernable.”
La Consecuencia directa de la crisis se expresa en una desintegración Social, incremento de la pobreza, desempleo y eliminación de programas sociales, lo cual crea las bases para que surjan sectores como el Tea Party en el congreso, Ocupy Wall Stret, obligando al gobierno a hacer uso de la represión y a diseñar una especie de estado policiaco que se caracteriza por la vigilancia permanente sobre los ciudadanos.
La clase dominante ha venido creando el soporte jurídico de un programa que busca controlar al ciudadano común a través de algunas legislaciones que atentan contra las libertades civiles, la operación TIPS que protege a los soplones, el permiso para espiar (ECHELON), el proyecto (55, S.773) que regula el Uso de Internet.
Todas estas leyes tienen un fin preconcebido: Mantener una vigilancia, sobre aspectos políticos, con el objetivo de esclavizar al ciudadano estadounidense, y mantenerlo en la más espantosa servidumbre espiritual, con lo cual se inaugura el primer estado policiaco, al estilo de las novelas de Eric Arthur Blair, más conocido como Georges Orwell.
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