Capriles recibió las órdenes imperiales: denuncia un fraude electoral, dices que tienes las pruebas, arrecha a tus seguidores, debes mandar a incendiar el país, crear el caos, y llenar de muertos sus calles.
Siembra la duda, construiremos las pruebas y las presentas en televisión, Acusa a Nicolás Maduro de robarse las elecciones.
Siguen las instrucciones a Capriles: tienes que hacerte la victima, dices que es un complot contra tu persona, niega los hechos, acusa al gobierno de autoatentados.
Capriles al igual que Colin Powell -cuando acusó a Irak de tener armas de destrucción masivas- dijo tener pruebas incuestionables: fabricaron las mentiras y las armas nunca aparecieron.
Acusar a Maduro de robarse las elecciones es solo comparable con las mentiras y trama montado por George W. Bush para hacerle la guerra a Irak, invadirla - un millón de iraquíes muertos- y adueñarse del petróleo.
Los asesores y Globovisión le prepararon a Capriles un programa especial para cargar contra el CNE y presidente Maduro, amenazar con impugnar las elecciones y la posibilidad de una intervención extranjera.
La CIA convirtió a Capriles en un señuelo seductor, señuelo que mordió el chavismo y toda la mediática revolucionaria. El lacayo ha hecho muy bien su trabajo.
Mientras tanto el golpe continúa: groseros aumentos y especulación en alimentos, ropa, calzado, repuestos, restaurantes, recreación, desabastecimiento y escasez.
El dólar de guerra ¿Qué ha pasado con la lista Sitme?, sabotaje en los servicios del Estado, inseguridad -asesinatos aleatorios- tráfico inducido en las ciudades, ataque mediático, etc. Están creando las condiciones subjetivas y erosionando las bases chavistas.
Nos están tumbando y pensé ¿Qué diría Chávez? ¡Se rompe la zaraza o se acaba la bovera! Eso diría. ¡Pura dialéctica!
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