Ciertos políticos, algunos sin experiencia y otros más veteranos carecen de prudencia con el uso de la palabra. En oportunidades, quizás con intención o sin ella los colocan muy cerca de la frontera de la traición a la patria. No soy juez para juzgar las actuaciones de mis semejantes, pero soy libre de interpretar las expresiones de mi prójimo, con la posibilidad, no puedo negarlo, de estar equivocado o también, acertado. Toda esta perorata tiene que ver con la solicitud airada que hacen algunos integrantes de la MUD, inclusive el ex candidato presidencial y un grupo de opositores movilizados hacia el extranjero, para requerir “ayuda internacional” para “resolver los problemas de la ilegitimidad del presidente MM”. Ante tal estropicio diplomático recordé las palabras de nuestro insigne Libertador:
“La China no envía a buscar mandatarios militares y letrados al país de Gengis Kan, a pesar de que los actuales chinos son descendientes directos de los subyugados por los ascendientes de los presentes tártaros…”
Simón Bolívar en su genialidad sabía que sólo los venezolanos podíamos dirimir nuestros propios asuntos. Cuando escucho la frase “ayuda internacional” me da cierto escalofrío, más que estremecimiento experimento cierta pavura, porque mi centro de acopio de remembranzas me obliga asociar tales frases con intervención extranjera. EEUU es uno de los más afanados en ofrecer tales “auxilios humanitarios”, o bien lo hace mediante su presencia, a través de los marines o bien, por intermediación de los organismos internacionales que el imperio controla, es decir: la OEA, la ONU, la OTAN o si no, pone en manos de su amigos incondicionales un ejército privado de mercenarios para que haga el trabajo sucio.
Resulta que un grupo de militantes de la oposición están mostrando a sus aliados en el extranjero a una Venezuela forajida y filibustera. Una nación donde los poderes públicos no funcionan, ni la Asamblea Nacional (Poder Legislativo), ni el CNE (Poder Electoral), ni el TSJ (Poder Judicial), ni el Poder Moral o Ciudadano, agregado a lo anterior, un “presidente ilegítimo” quien preside del Poder Ejecutivo. La pregunta que cabe formularse es: ¿Quién le ha dado poderes a esos señores para juzgar, evaluar y concluir sobre la legitimidad de las instituciones de país? ¿Dónde se ha visto que los vencidos les ponen condiciones a los vencedores? Declaran abiertamente fraude en las elecciones presidenciales sin mostrar una sola prueba, ofenden a los altos funcionarios que ejercen dignamente sus trabajos. Son ellos los que están propiciando situaciones de ingobernabilidad para solicitar una intervención extranjera. De allí las muertes (10) de los camaradas del PSUV, los heridos, los destrozos a la propiedad y atentados a los CDI y los atentados genocidas contra los médicos cubanos y venezolanos que allí laboran todo, secuela del llamado a la barbarie por parte del candidato perdedor. Y lo último, la vil patraña de la violencia en la AN preparada con antelación. Esto no es nada al azar, todo esto es parte de un guión perfectamente preparado por sus amos del norte, que por fortuna para ellos, concluyó con la fatídica e inmoral injerencia de Obama en nuestros asuntos.
A partir de ahora hay debemos ser muy cuidadoso y los pasos diplomáticos deben ser muy bien pensado, por fortuna, el presidente MM tiene experiencia en tales lides, dada su larga experiencia como canciller de mi comandante Chávez.
Lo que sigue a continuación es un recordatorio de “las ayuda humanitarias” o “ayuda internacional” o “bombardeos humanitarios” de quienes en un momento ejercieron la presidencia de los EEUU.
La bomba contra Hiroshima y Nagasaki (1945): 140.000 y 70.000 muertos respectivamente, además de miles de heridos con quemaduras y una cantidad de enfermedades como el cáncer debido a la radiación.
Golpe de estado en Guatemala contra Jacobo Arbenz (1954): 42.275 muertos y miles de heridos. Además de miles presos torturados por agentes de la CIA.
La guerra de Vietnam (1957-1975): entre 60 mil soldados norteamericanos muertos y entre 4 millones de vietnamitas muertos y millones de heridos.
Invasión a Santo Domingo (1965): 400 muertos, centenares de heridos y destrucción de propiedades.
Invasión a Panamá (1989): 4000 muertos, cientos de heridos y propiedades destruidas.
Invasión a Granada (2009): un centenar de muertos y cientos de heridos.
Guerra civil de Salvador (1980-1992): en la misma tuvo injerencia directa la CIA y el Departamento de Estado. Resultado: 80 mil muertos, miles de heridos y 550 mil desplazados.
Guerra civil de Guatemala (1960-1996): al igual que la anterior, recibió el apoyo de los EEUU: 200 mil muertos, miles de heridos y millones de desplazados.
Guerra contra Irak (2003-2011): 1.140.000 muertos, millones de heridos, millones de desplazados, patrimonio cultural arrasado y propiedades destruidas.
Guerra contra Libia (2011): más de 50 mil muertos, centenares de heridos, miles de desplazados y propiedades destruidas.
Guerra contra Afganistán (2001- ): 40 muertos, miles de heridos, miles de desplazados y patrimonio cultural destruido.
Guerra contra Siria (2013): una guerra civil donde están involucradas las potencias occidentales: más de diez mil muertos miles de heridos y pueblos arruinados.
Muertos en Palestina: la guerra contra Palestina es de vieja data, desde el arrebato por parte de Israel de las tierras árabes (1948). Ciertamente, son los israelíes sionistas los responsables del genocidio del pueblo palestino amparado por los EEUU que le suministra las poderosas armas de exterminio. Ente una de las cifras de muertos se puede señalar: durante el conflicto de la franja de Gaza (2008-2009) 1800 muertos, más de 50 mil niños muertos durante la ocupación de Palestina por 10 años; balance de la intifada (2000-211) 7418 muertos, entre ellos 1300 niños y 583 mujeres. Al drama anterior se suman casi tres millones de refugiados en campamentos ubicados en Cisjordania, Gaza y Jordania.
Cuando llegue la “ayuda humanitaria” proveniente de los EEUU lo sentiremos de inmediato: nos daremos cuenta durante la noche que Caracas y otras ciudades del interior quedaron sin agua y sin electricidad. Los drones, a pesar de su inteligencia lanzarán un misil bruto que en vez de caer en La Carlota explotará en algún edificio cercano o en el parque Miranda. Los padres de la clase media alta deberán cuidar de sus niñas de una violación por parte de los cascos azules de la ONU o los soldados de OEA o los mercenarios privados. No me cabe duda, cuando la cosa se ponga fea los oligarcas partirán hacia Mayami y los pendejos sin plata se quedarán para denunciar ante la comunidad internacional los delitos de lesa humanidad cometido por la tropa invasora. Debo recordar que los anteriores son los mismos que participaron en el golpe de estado del 2002, los mismos soliviantaron a sus acólitos para llevarlos a Miraflores a una masacre planificada por mentes criminales y los mismos que abandonaron, como unos cobardes y en estampida, el palacio presidencial cuando el pueblo recuperó sus instalaciones.
No podemos equivocarnos, tanto los chavista como los opositores, tal como dice el título de una canción del inolvidable Felipe Pirela: “La historia vuelve a repetirse”. De nosotros depende que no suceda. No existen guerras buenas ni guerras malas, todas son crueles e inhumanas. Honor, gloria e inmortalidad a mi comandante Chávez.
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